No hay nada más punk que la música electrónica: Disparar desde un laptop o sintetizador los más ruidosos beats es tal vez lo más cercano hoy en día a la filosofía del «do it yourself». Y así bien lo sabe Miguel Conejeros, pionero de la escena punk-rock nacional en bandas como lo fueron Pinochet Boys y Parkinson, y que desde hace ya varios años viene lanzando un nuevo mensaje ideológico desde su proyecto electrónico Fiat 600.

Por Ignacio Molina

En los tiempos como miembro de Pinochet Boys y Parkinson, Miguel Conejeros no lograba hacer latentes sus influencias musicales provenientes del synthpop de bandas como Depeche Mode o New Order. Motivo que lo llevar a armar el proyecto Fiat 600, en donde bajo la independencia musical logra definitivamente plasmar su atracción por los sonidos más robóticos y experimentales, gestando, en ese plan, los discos “El Empleado del mes” (1998) y “El último día” (2000).

Conejeros comienza a ocupar la música electrónica como nueva plataforma de expresión, pero manteniendo siempre una parada punk-rock, que queda en manifiesto en el hecho de invitar a participara Rodrigo Hidalgo, un ex Parkinson, e Iván Conejeros, el primer vocalista de Pinochet Boys. Es más: sus presentaciones visuales también estarían marcadas en un comienzo por un fuerte mensaje social, buscando constantemente manifestar su firme postura política. Fiat600, se convierte entonces en el nuevo escudo de batalla de Conejeros contra las injusticias sociales y otros males culturales.

Idas y vueltas entre Chile y España, y luego de conversaciones con Rodrigo Castro y Sergio Lagos (Marciano / Cóndor Music), Fiat600 es invitado el 2001 a participar en el  festival  Sonar de Barcelona, caracterizado por dar cabida a las propuestas más experimentales y vanguardistas dentro de la electrónica mundial, abarcando desde presentaciones musicales en vivo – como ive acts o dj sets- hasta instalaciones y exposiciones de diverso tipo. Luego de la presentación, Conejeros se enamora completamente del festival y decide radicarse finalmente en Barcelona. Desde España comienza a publicar discos, a realizar encuentros culturales y a presentarse en vivo. A veces en formato solitario -como Fiat600- y otras acompañado de su amigo Pablo Mellado, bajo el nombre de Bipolar.

Hace unos días y conmemorando los cincuenta discos publicados, el Netlabel porteño Epa Sonidos lanzó un compilado con lo mejor de su cantera y Fiat600 aparece colaborando (con el tema “La cuestión). El disco es completamente, siendo posible su descarga. Es un hecho: Miguel sigue fiel a su filosofía punk, desde sus sintetizadores luchando contra el autoritarismo; desde su estilo rechazando las modas; y mediante su propuesta estética transgrediendo los sistemas. Haciendo las cosas a su manera.

A continuación, en la edición #9 de Entrebeats, el primer cyberpunk chileno, Fiat600:

¿Cuál fue tu primer acercamiento con la música electrónica y como esto fue generando que hoy en día te dediques a ella?

Mi primer acercamiento a hacer música electrónica o con máquinas fue en la época de los Pinochet Boys, mi primera banda. En ese tiempo trabajábamos con secuencias y sintetizadores, una época pre-midi. La verdad, me cuesta concebir la música en términos que la encasillen estilísticamente, se podría decir que toda la música que se produce es electrónica. Desde el minuto que hay un micrófono o un ampli ya es electrónica. Para mí el hecho de utilizar instrumentos electrónicos atiende al lenguaje que he elegido casi azarosamente para expresar mis ideas. Hoy en día tener una banda es un lujo que de momento no me puedo permitir.

¿Qué te parece la crítica que se le hace a la música electrónica de ser poco humana debido a que es originada mediante maquinas y/o softwares?

No comparto esa crítica. Personalmente tengo una relación muy humana con mis equipos, de hecho mucho más humana que con muchas personas. La historia de la música nos ha dado infinidad de ejemplos que contradicen ese retrógrado concepto, de hecho para mí el sentimiento viene de las ideas, de la música en sí, de los conceptos y no de las máquinas o del instrumento con el que se desarrollen.

Hoy en día es posible hablar de un movimiento de músicos electrónicos chilenos que triunfa en Europa. ¿A qué crees que se debe el interés internacional tanto de sellos como de fans en ellos?

Simplemente que hay mucho talento y trabajo detrás de cada una de las personas que en ese minuto están siendo reconocidos internacionalmente, no creo que tenga que ver con la condición de ser chilenos o de algún país en particular.

¿Crees que es posible formar un sello a nivel nacional que sea sustentable económicamente?

Esto no lo sé. Hace seis años que no vivo en Chile. Pero me imagino que todo se puede con ganas y amor por lo que estás haciendo. En todo caso el modelo de industria discográfica está cambiando vertiginosamente y me da la impresión que lo que más se necesitan son buenas ideas para generar nuevas formas de negocio a partir del concepto musical que quieres desarrollar. En definitiva, no se ve muy fácil el asunto pero tampoco es imposible.

Una alternativa a los sellos a nivel de difusión son los sellos virtuales (Netlabels) ¿Estás actualmente en uno? ¿Crees que el futuro va dirigido hacia ese lado?

Sí, he participado en algunos. De hecho, la semana pasada salió el nuevo compilado (¡¡Nº50!!) de un Netlabel de Valparaíso que está muy bien, se llaman Epa Sonidos y han incluido un tema mío. La verdad es que todo lo que está ocurriendo en la red está cambiando el paisaje y gran parte del futuro pasa por ahí, creo.

Para finalizar algunos músicos que recomiendes dentro de la música electrónica chilena actual.

A mí me gusta Nano Stern y This Co.

Links: Fiat600 | Epa Sonidos

Descarga: Epa Sonidos#50

* Lee la entrevista a Miguel Conejeros: Pinochet Boys, Parkinson, punk y caos.