Soy una autopista, tengo sentimientos

Publicado por Camilo Salas

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Una consultora cultural -dedicada al acercamiento del arte, las empresa y la ciudadanía- lanzó TAG, un gran libraco sobre los cambios culturales que llegaron junto a las autopistas concesionadas. 14 autores jugaron a intelectualizar sobre los cobros automáticos y los viajes express, pero hay grupo que se roba el libro: Grifo. Mediante la manipulación de los carteles electrónicos, cambiaron los mensajes y humanizaron un símbolo de la destructiva modernidad.

Por Camilo Salas

Esto es lo que te quieren hacer creer: las carreteras concesionadas son buenas, rápidas, seguras y automáticas. La realidad es diferente, hay lugares donde no puedes llegar sin pagar un peaje, existen barrios que están escondidos detrás de las rejas de protección y la pobreza del gran Santiago se esconde, adyacente a la modernidad. Bienvenidos a la tierra del automóvil.

Durante los 90, la Concertación acogió un modelo de inversión privada para crear carreteras urbanas en el que las empresas construyen, capitalizan y luego las traspasan al estado. Hay 4 carreteras que circundan la capital bajo ese modelo, las que prometieron disminuir los tiempos de viaje, descongestionar y descontaminar el aire. A años de su puesta en marcha las carreteras se enfrentaron a problemas, como la congestión en horas punta, el cobro para motos y el pago de multas, que a veces suman 40 veces lo adeudado originalmente, por eso se prepara una nueva ley de concesiones. Echando a perder se aprende es nuestro lema.

Las carreteras son la quimioterapia del cáncer de nuestra vida moderna, la cura es peor que la enfermedad.

Grifo, colectivo de ideas creado por Sr. F y Potoloco, los mismos tras campañas como “Permitido pisar el cesped”, los carteles de «Por Favor» bajo señaléticas de transito o el timbre “Advertencia: el dinero puede provocar adicción” estampado en billetes, idearon una campaña pensando en las autopistas urbanas. Manipularon los letreros digitales de información y pusieron distintas frases, como una manera de humanizar esta catástrofe urbana y darle un poco de humor.

Para comenzar el debate y reírse un poco.

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