Chinoy en el Normandie: Ángel de la Cuadra

Publicado por Ignacio Molina

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Pocas veces he visto personas llorar en un concierto. Pocas veces he visto a todo el público aplaudiendo extasiado a medida que avanzan las canciones. Pocas veces he visto como seis cuerdas de nylon son capaces de llenar un teatro por completo. Pocas veces ocurren fenómenos como el de Chinoy y sus amigos ayer viernes 8 de mayo en el Normandie.

Por Ignacio Molina / Fotos: Piero Mangiamarchi

Fenómenos como el de Chinoy no tienen sentido. Son como los cisnes negros descritos por Nassim Taleb en su ensayo El Impacto De Lo Altamente Improbable, en donde el economista estadounidense señala a la actual crisis financiera como un mega suceso de alto impacto que apareció de la forma más inesperada en un escenario lleno de esquemas y probabilidades que terminó colapsando y fracasando en su afán profético.

Chinoy aparece en nuestra escena nacional desestructurado todo tipo de arquetipos socioculturales, sin tener que responder a fenómenos musicales europeos o estadounidenses. Sin responder a tendencias —o trendsetters— a diferencia de otros músicos nacionales hiperbolizados por los medios como Teleradio Donoso o Fother Muckers. Los que tienen mucha prensa pero poca carne. Y también: muchos referentes y poca referencia. Incluso: mucho de afuera, poco de adentro.

Chinoy es todo lo contrario al hype, a la hipérbole que trata de construir constantemente nuevos fenómenos, nuevas etiquetas, nuevas tendencias. Chinoy, por cierto, traspasa las reseñas del periodismo para calar hondo en la carne del público mediante el única arma que tiene: su propuesta en vivo. Desangrándose con la guitarra mediante un rasgueo furioso y una voz pasiva-agresiva que se hace tira contando historias de Placilla, del Cerro Bellavista, de la calle Centenario, de la 30 de Marzo, de dragones, de leones, de pescadores, de San Antonio. De Valparaíso.

Chinoy no necesita tener discos editados para tener una colección de éxitos coreados. No necesita de personajes como Carlos Fonseca pagando en radios y canales musicales para hacer sonar sus canciones. No necesita de reseñas como ésta. Chinoy existe y se fundamenta únicamente en el escenario. En la tocata producida con unas pocas lucas, buenos amigos y harto empuje. En la ganas de hacer algo sin pensar en los obstáculos. En las ganas de hacer algo por puro corazón. Puede haber treinta, cincuenta, o trescientas personas en sus presentaciones, pueden ser en cines, centros culturales, bares o ferias de mercados. Da lo mismo dónde o cuánta gente vaya. Siempre habrá alguien que quede con carne de gallina al oírlo.

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Carne de gallina

Son pasadas las 21:30 y David Ponce está afuera del Cine Normandie con cara de desesperación. Parece que no pudo comprar su entrada debido a que estaban agotadas. Tal vez, como la mayoría de nosotros, nunca imaginó que Chinoy iba a vender todas las locaciones un día antes.

En Tarapacá 1181 la fila llega hasta la cuneta y desde afuera se escucha “Sólo sé que nada sé, solo sé que nada sé /corrí todo a mi alrededor y en el frío hallé calor”. Es Chinoy y ‘Cantar’, una canción que quizás se originó en el período de ermitaño del porteño, en el que estuvo viviendo por dos meses en un bosque, alejado de toda realidad, ensimismado en un mundo de reflexión y reconstrucción. A lo Zaratustra. A lo Sócrates.

En el Normandie el público sentado en el piso impide avanzar para encontrar una mejor locación. En el otro costado, una fila de personas apretadas rodea la pared lateral del recinto. Habrá que quedarse en el fondo. Termina ‘Cantar’ y con ella vislumbro los primeros gritos y aplausos. La gente está contenta con Chinoy y Chinoy parece estar algo asustado. Van pasando las canciones: ‘Riendo para no llorar’, ‘Ángel de la Cuadra’ y ‘De barro’, esta ultima una de las más emotivas; desde sus primeros acordes se lleva los gritos más fuertes y extasiados hasta el momento. En las pausas que tiene el tema se escucha un silencio abismal, casi relajante.

Termina ‘De barro’ y en escena aparece Nano Stern y su violín. Desde las últimas filas se ven manos en alto y se escuchan gritos de apoyo: “Dale Nano, conchatumadre”, “¡Grande, culeado!”. Stern saluda conmovido al público, saca su volín y junto a Chinoy se despachan ‘Para la pena no’ que raudamente pegan con ‘Klara’. En ese instante se produce el momento más impactante de la noche. Se crea una atmósfera indescriptible. Parecen todos hipnotizados. Seducidos. Se me paran los pelos y no entiendo que está ocurriendo. Hago un paneo a las filas cercanas y veo gente llorando. Pocas veces he visto personas llorar en un concierto. Pocas veces se me había puesto la piel de gallina.

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Stern abandona el escenario tras una marea de gritos. Chinoy se queda solo y nuevamente llena el espacio como bien lo aprendió, tocata tras tocata, en los cerros: con las seis de nylon y esa voz tan particular que lo hacen escapar de cualquier etiqueta. Las que siguen son ‘Valpolohizo’ y ‘Plata pa pan’, dos canciones que le hicieron ganarse el cariño de todo un puerto. Dos canciones que lo están inmortalizando. —Quiero invitar a un amigo. Él es quien me trajo acá, a Santiago —dice algo tímido—. En el escenario aparece Manuel García, el que se lleva una avalancha de aplausos y gritos tan ensordecedores como los de la salida de Colo-Colo en la final del Apertura 2006. A dúo cantan ‘Carne y Alma de Gallina’, otro de los clásicos de Chinoy. La canción termina y la dupla deja a todo el Normandie hirviendo.

Chinoy continua con ‘Llegaste de Flor’ en compañía de Kaskivano (Marcelo Castillo, su hermano) el que luego se instala en el escenario en plan guerrilla y por momentos parece que va a cortar las cuerdas. Canta enojado, enrabiado, como perro de puerto sin sexo. Tiene un timbre parecido a Chinoy, pero su parada es más agresiva. Termina la canción y sale ovacionado.

Avanza la noche y Chinoy sigue haciendo desfilar por el viejo recinto a una pasarela de invitados que van apareciendo y desapareciendo canción tras canción, “un poco al lote”, como señala. Uno de los que se queda es Ángelo Escobar, oriundo de Serena, que se aventura con ‘Me sorprendió el día’ mientras Chinoy lo contempla desde un lado del escenario. Ángelo se gana al público y sale airoso de la misiva. A esta altura, Chinoy puede invitar a quien quiera y el público lo recibirá con los brazos abiertos. Sucede que todos los invitados han realizado una presentación de gran nivel.

Chinoy vuelve nuevamente para despedirse y tira toda la sandía calada: ‘Igual, Igual’, ‘Sólo resistir’, ‘No empañemos el agua’ y ‘Para el final’ suenan de corrido y suenan gigantes. Como si se tratara del cancionero de un artista con una extensa discografía y una colección de éxitos.

Pero no; es Chinoy, el ángel de la cuadra, el que hace apenas una semana acaba de editar su primer single. El Mauricio de Placilla. El Mauricio de los cerros. El Mauricio que ayer se comió a un teatro entero.

“Este tema se llama «Corazón». Era con el que me presentaba cuando tocaba en los bares de Valparaíso… Ahora es con el que cierro»

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Actualización (vía Kaselknam):

Chinoy y Nano Stern – Para la pena no / Klara

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=L4X4NNEALW4[/youtube]

Chinoy – Plata pa pan (junto a Charles en Melódica)

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=vuwa35lyhVM&feature=channel_page[/youtube]

Chinoy y Manuel García – Carne y Alma de Gallina (junto a Charles en Melódica)

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=bGwTgXdeKus&feature=channel_page[/youtube]

Chinoy, Kaskivano y Flaco Davis – Llegaste de Flor

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=e1Zdz97oGQ0&feature=channel_page[/youtube]

Kaskivano – Pelado

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=k9d1FUvWtd4&feature=channel_page[/youtube]

Angelo Escobar – Noches de Alejandra

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=oP3uo-aO7wM&feature=channel_page[/youtube]

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