El día iba a ser el 7 de noviembre. Ahí Sir Paul iba a ofrecer un show que lo volvería a traer al país después de su mítico concierto en 1993. Pero finalmente todo se frustró, Santiago finalmente salió del tour «Up and Coming». Podría decirse que «son cosas del fútbol», porque eso es exactamente lo que intervino. El 7 de noviembre está agendado el super clásico entre Colo-Colo y Universidad de Chile, donde los azules ejercerían su localía en el Estadio Nacional, ya que no tienen estadio propio y arriendan el principal coliseo del país para jugar de local.

Pero un concierto como el de Paul McCartney sólo podría albergarse en un estadio grande, tanto por su show como por la cantidad de público que congregaría. Según informa La Tercera, las productoras involucradas en traer a McCartney conversaron con la ANFP para poder correr la fecha del clásico, pero después de Fiestas Patrias la máxima autoridad del fútbol nacional cerró la posibilidad de reprogramar el encuentro, dejando el show de McCartney prácticamente cancelado.

Pero la Universidad de Chile tampoco dio nunca un espacio para jugar el partido en otro estadio. El accionista mayoritario de Azul Azul, José Yuraszeck, mencionó a La Tercera la imposibilidad de arrendar otro estadio:  «Soy fanático de los Beatles y de la «U»… por lo que tengo sentimientos encontrados, pero el clásico se jugará en el Estadio Nacional el 7 de noviembre».

Otro factor en contra es la apretada y extraña agenda que maneja el ex Beatle en esta gira, que incluso raya en la maña. Los interesados en traer a McCartney trataron de agendar el show para finales de noviembre, pero a Sir Paul no le gusta dar muchos conciertos seguidos y ya tenía compromisos por esa fecha. Es tan extraña su agenda, que el 7 de noviembre tocará en Porto Alegre, el 10 hará su show en Buenos Aires y después partirá por 10 días a descansar a su casa en Inglaterra, para regresar a Brasil el 21 en su concierto en Sao Paulo.

Para rematar en el suelo las escasas posibilidades que existían de traer el show de Sir Paul, la corta anticipación con que ha confirmado sus conciertos (el show del 10 en Bs Aires lo confirmó ayer)  hacen que vender las entradas en tan poco tiempo sea poco viable para las productoras locales.

Finalmente, fue una serie de extrañas coincidencias lo que mató el concierto de McCartney en Santiago. Aunque si la Universidad de Chile, un equipo que dice ser grande, tuviese un estadio propio, quizás estaríamos todos con nuestra entrada en la mano para el show de «Macca».