1.- Se han farreado todas las oportunidades

Mucha gente que votó por Piñera se comió con papas el cuento de “el cambio”, el caballito de batalla de la Alianza desde la campaña presidencial de 1999. Sin embargo, pese a las enormes oportunidades que han tenido para arreglar los condoros de La Concertación y generar el famoso cambio, las cosas siguen exactamente igual o incluso, peor.  Oportunidades no han faltado – educación, salud, Transantiago, Punta Arenas, Aysén y un largo etcétera –, pero aun así no ha atinado con ninguna y la gente se da cuenta, razón por la cual Piñera baja cada vez más en las encuestas.  Además, son muy repelotudos porque, lo único con menos aprobación que el animal que tenemos presidente, es La Concertación, así que cualquier intento por hacer las cosas bien les aseguraría un par de votos. Pero no, ni de eso parecen darse cuenta.

2.- Pegan, después preguntan

Los gobiernos de La Concertación hicieron un muy buen trabajo conteniendo los movimientos sociales, bajándoles el perfil, absorbiéndolos por la maquinaria del Estado, nombrando a sus dirigentes como funcionarios públicos o simplemente desarticulándolos a través de promesas inconclusas. Pero, como se produjo esa tan esperada “rotación” de autoridades, las cosas cambiaron y la administración actual no ha tenido el mismo tino para tratar con los dirigentes de los distintos movimientos y organizaciones sociales cada vez que estos deciden manifestarse por lo que consideran justo.

Dicen constantemente que ellos buscan privilegiar el diálogo, pero al parecer se trata de  uno de sordos, porque cada vez que la gente ha salido a la calle lo primero que haces es echar a los pacos, como cuando el Sr. Burns suelta los perros. Y lo peor es que los echan encima  mucho antes de proponer soluciones. Yo no creo que los pacos sean la peor basura que existe ni mucho menos creo que todos aquellos que van a una marcha lo hagan con las intenciones más sanas. Tampoco voy a decir que estamos viviendo en un estado policial y represivo, porque eso es faltarle el respeto a quienes vivieron en La Dictadura y se mamaron la más cruda de las represiones. Lo que digo es que este gobierno pega el palo y después hace la pregunta.

3.- Viven echándole la culpa al gobierno anterior y en un constante estado de negación.

Como se trata de un gobierno inoperante que no reacciona a los estímulos, a lo Cerati (?), la única excusa que han utilizado para justificar su constante desidia ha sido “es culpa del gobierno anterior”. O sea  ¿Porque el gobierno anterior dejó la zorra, yo me tengo que quedar de brazos cruzados y esperar que las cosas se arreglen por arte de magia?  Si parecía hueveo cada vez que La Designada campantemente lo decía, y lo peor es que lo decía convencida, como si se tratara de una verdad universalmente conocida y aceptada. Sin embargo, cada vez que se hace una crítica al gobierno respecto a su gestión, sobre la cual no pueden sacarse los pillos, no son capaces de asumir sus errores ni mucho menos dar cabida a la posibilidad de que están haciendo algo mal. Para ellos basta con que Chile crezca económicamente y estamos todos bien.

4.- ¿Gobierno de excelencia? Mis pelotas.

Una de las principales críticas de La  Alianza hacia los gobiernos de La Concertación hechas durante la campaña del 2009, consistía en que gran parte de las personas que ocupaban  cargos de confianza dentro la administración pública fueron nombradas bajo criterios políticos por sobre criterios técnicos.  Por esta razón, el subnormal que tenemos de presidente, repitió hasta el cansancio que su gobierno “sería de los mejores”, y que poco importaría el color político. Sin embargo, en la práctica la cosa fue sumamente distinta pues, de un momento a otro, la administración pública se llenó de pasteles. No es que no lo hubiese estado, sino que ahora se pasaron ¿Se acuerdan del colaborador de Colonia Dignidad que nombraron como gobernador de Bío Bío? ¿de Miguel Otero como embajador en Argentina? ¿Del seremi de economía de Aysén al que se le “desaparecen” las camionetas”? ¿De Lavín y Portales como ministros de educación? ¿La Jacquie en Conce? ¿El gobernador de Los Andes con 147 cheques impagos y un Dicom de 60 palos? ¿La gobernadora de Tierra del Fuego involucrada en un delito de fraude al Bancoestado? ¿el gobernador de Cautín que tenía ocho querellas en su contra? Y faltan muchos más. Ni que los hubiesen hecho a propósito.

5.- El presidente es un papanatas.

Cada vez que tenía la oportunidad, Bush hijo la cagaba. Parecía que lo hacía a propósito y uno pensaba que no podía haber alguien más pelotudo que él en toda la historia de la humanidad. Bueno, al menos eso pensaba yo hasta que Piñera demostró lo impresionantemente equivocado que estaba. No puede ser normal que alguien que es presidente de la República no sea capaz de expresarse con un mínimo de rigurosidad. Siempre se arranca con los tarros  en los discursos tratando de parecer inteligente e informado pero siempre la caga. Vez que sale al extranjero – dato no menor es que en dos años de gobierno ya viajó más que Frei que estuvo seis años – nos hace pasar vergüenzas y siempre tiene una excusa pelotuda para equivocarse.   Además, no es capaz de soportar que no lo quieran y hace todo lo posible para caer bien. Desgraciadamente, provoca inmediatamente la reacción contraria y no hace más que quedar como un subnormal.