9 razones para no perderse 50/50 (¡ganadores publicados!)

Publicado por disorder.cl

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Por Cristobal Fredes

1- La enfermedad sin clichés.

50/50 se llama así porque a Adam (Joseph Gordon-Levitt) le descubren un cáncer y tiene un cincuenta por ciento de posibilidades de salvarse. Es, entonces, una de las tantas películas que existen sobre un protagonista enfermo. Decía Todd Solondz, ese cineasta que en largos como Welcome to the Dollhouse, Happiness o Palindromes se ha esmerado en demostrar que lo interesante de la vida es su lado retorcido, oscuro y grotesco (y allá él), que la manera más fácil de hacer que el público empatice con un personaje es enfermándolo de cáncer.

“Le pones cáncer a alguno y obviamente todos nos sentiremos horriblemente tristes y con lástima”, decía, acaso con desdén. Tal vez se olvidaba Solondz que el cáncer no sólo puede ser la invención de un guionista en crisis sino que también –oh, sorpresa– algo que suceda en la vida real. 50/50 está basada en la historia del guionista de la película, Will Reiser (amigo de Seth Rogen, quien acá se interpreta así mismo), un tipo que llevaba una vida sana y tranquila hasta que tuvo la mala cueva de que le diagnosticaran un cáncer. Lo que quizás irritaba a Solondz, para ser justos, era la típica película de enfermos, esa donde el protagonista (con una pareja de toda la vida, claro) de repente está en el hospital y todos recuerdan su intensa vida, se lamentan y lloran. Este, claro, no es el caso.

En primer lugar, por la especificidad del personaje de Joseph Gordon-Levitt, que está  muy bien escrito y retratado. Su actitud frente a la adversidad es pragmática, atea, si se quiere, y por lo mismo se toma el tema como lo que es, sin echarse a morir pero tampoco con un optimismo irreal y sonso. No es un mamón ni un amargado: solo es realista, práctico. Sigamos haciendo lo de siempre, tomando café en las mañanas, fumando hierba y viendo tele en la tarde. Y es eso, su actitud frente a la enfermedad, no la enfermedad en sí, es lo que hace que uno sienta empatía con el personaje.

Además, está el hecho de que sea un buen tipo. Sencillo, sin poses ni pretensiones, que hace su pega (trabaja en una radio local), tiene una novia, una casa, un perro y un amigo bueno pal hueveo (Rogen). El protagonista es, digamos, un huevón simple y entrañable, como lo son los buenos amigos en la vida real.

2- Seth Rogen.

Para quien viva en la luna, le contamos que Rogen es uno de los actores claves de la comedia norteamericana actual. Superbad es su historia (allí actúa de paco, pero su rol clave fue el haber escrito la película, basándose en sus vivencias de pendejo), Ligeramente embarazada no sería lo mismo sin él, lo mismo que Pineapple Express y Funny People. Es de esos actores que interpretan siempre el mismo personaje y además ese personaje es, básicamente, el mismo en la vida real. Si a alguien esto le parece un defecto, importa un pico porque el argumento por sí solo no sirve: hay actores que interpretan cientos de personajes en su carrera y su impacto en el mundo es equivalente a la miga de pan que se me acaba de caer en el teclado.

Bueno, Rogen acá es Kyle, el partner de Gordon–Levitt, el protagonista, pero en verdad se roba la película. Está lo de siempre: sus chistes escatológicos y sexuales (su speech sobre el real significado de una blowjob no tiene precio) y también esa manera que sus personajes tienen de enfrentarse a la vida y sus problemas, que es con actitud, no echándose a morir y –sobre todo– pasándolo bien en el camino. Sus personajes son también tipazos, pese a que, claro, tengan defectos, como todo en la vida. Acá, por ejemplo, en ciertos momentos se aprovecha de la enfermedad de su amigo para engrupir minas, pero nadie podría decir que es un cerdo oportunista. Porque, uno, convengamos que es una buena idea, y dos, lo hace también para animar a su socio.

3- Arriba la amistad, abajo el amor.

No sé si 50/50 es una comedia romántica (creo que comedia dramática le hace más justicia), pero la verdad es que alguien tampoco se equivocaría llamándola así. La vida de Gordon-Levitt gira en torno a las chicas. Tiene una novia, cierta onda con su psicóloga y la película además se estructura en torno a esta presencia femenina. Sin embargo, lo que más termina reluciendo es la amistad. La amistad como gran valor, capaz de sanarnos, redimirnos. El amor y la vida en pareja quedan retratados como algo mucho más pasajero, anecdótico y leve, sin la solidez y la trascendencia de la amistad. Su impacto en este sentido es mucho mayor que el de un bromance cualquiera, por lo general tan generoso en humor como carente de sustancia. Acá la amistad no solo es la risa, el hueveo, los buenos momentos; es derechamente lo que te hace más feliz y mejor persona.

4- Anjelica.

Hay una buenísima canción de Los Chalchaleros (folklore argentino, sí) que dice “Angélica / cuando te nombro / me vuelve a la memoria / un valle…” y es la que se me viene a la cabeza cuando me acuerdo de la actriz Anjelica Huston y todos sus momentos en pantalla. Diamante del cine, la presencia de Huston, con su melancolía y elegancia, es impagable en cualquier película. Acá sigue estando muy bien en su rol de mamá del protagonista. Histérica como ella sola pero a la vez encantadora y querible.

5- Pitos y Planet Earth.

Las películas están hechas también de detalles, de pequeños momentos irrelevantes que se nos quedan grabados por capricho de vaya saber uno qué neurona. Yo siempre voy a recordar la escena en que Adam y Kyle matan una tarde fumando hierba y viendo Planet Earth, de la BBC. ¡Qué buena idea!

6- Dos mujeres, un camino.

La mejor creación del director Ron Howard no es ni Apollo 13, ni Una mente brillante (esa sí que no), ni Frost/Nixon. Se llama Bryce Dallas-Howard y es su hija. Aquí es Rachel, carismática novia del protagonista, y tiene unos labios como para besar durante cuatro horas ininterrumpidas. Su némesis es otra chica encantadora, Katherine, interpretada por Anna Kendrick, actriz quizás menos guapa pero igual de atractiva. Katherine es una psicóloga inexperta y voluntariosa que a Adam le asignan en la clínica. El acepta verla así como que no quiere la cosa, como para pasar el rato más que para encontrar consuelo y salen buenos momentos de esa dinámica, en parte gracias a la torpeza y a la grata inocencia de la chiquilla. También hay buenos momentos con Rachel, claro. Es más bitch, se las da de artista, pero, cresta, esos labios.

7-Philip Baker Hall.

Otro crack es este octogenario actor, a quien muchos conocimos tarde gracias al talentoso P.T Anderson y sus películas. En 50/50 el es un viejo con cáncer que, a dúo con otro enfermo cincuentón, interactúa con Adam en la clínica. Representan ellos la experiencia y la posibilidad de la muerte pero en otro sentido, distinto al que vive el joven protagonista. Los tres se hacen amigos y pasan las penas del tratamiento con humor y queques de marihuana.

8- Seattle.

50/50 está ambientada en Seattle (rodada ahí solo en parte, el resto es Vancouver, me sopla Google) y la ciudad –o como la ciudad está filmada– es también parte importante de la película.  Es una ciudad grande, pero no tanto, como Concepción, dicen. El Seattle de 50/50 es una ciudad donde la gente no está tan loca como en NYC ni tiene el cerebro medio quemado como en L.A ni es tan aspiracional como en Santiago de Chile. Nunca he ido ni pienso ir, pero sale muy bien retratada y no porque sea fotogénica; es una cosa de ánimo. El protagonista sale a trotar y no se intoxica, vive en una casa con patio, llega atrasado al trabajo y no pasa nada terrible, etcétera. Pequeñas grandes cosas que influyen, claro, en el ánimo, en la onda, de los personajes.

9- Yellow Ledbetter.

Nunca me gustó mucho Pearl Jam pero esta canción me provoca algo indescriptible. La música, por cierto, porque ni idea qué quiere decir la letra. Seguro que tiene que ver con que fue de mis primeros lentos en el colegio. Suena la primera nota, esa cuerda al aire, y siento el recuerdo del vértigo de esos coqueteos teenagers, tan intensos como llenos de espinillas. Una canción que parece que en Chile, quizás porque somos más emo, es más famosa que en el mundo, donde muchos no la reconocen. Lo sé porque en USA se hizo célebre gracias a su uso aquí, en 50/50. En la película llega, tal como esos lentos noventeros, cuando tiene que llegar.

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GANADORES:

Erika Silva, Jonaz Gómez, Dominique Cataldo, Gonzalo Raiman

Revisen su mail para saber dónde y cuándo retirar sus tickets.

 

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