Trolleo: La propia trampa del Tío Emilio Sutherland

Publicado por Luc Gajardo

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Por Daniel Belmar

En la era en que los realities shows, shows buscatalentos y shows de dimes y diretes dominan nuestra pequeña pantalla, resulta del todo curioso que un programa “de denuncia” lídere la sintonía de los super lunes televisivos. El comidillo de Canal 13, “En su propia trampa”, promete ser una especie de Robin Hood televisivo en que los débiles podrán recibir su merecida venganza frente a esa tropa de estafadores que día tras día nos oprime.

¿Quien es el paladín encargado de esta singular cruzada televisiva? Nadie menos que el GRAN (?) Emilio Sutherland. El mismo periodista que encabezó la diarrea de chanterías mediáticas desplegadas en el defecable caso Spiniak. Desde hace un par de semanas cada noche de lunes, el tío Emilio expone en pantalla alguna de esas pequeñas estafas que todos hemos escuchado: sordos que no son sordos, prestamistas buena onda e inmigrantes expertos en el «cuento del tío» (Ninguna relación con el desparecido programa del siniestro Carlos Pinto).

Sutherland coordina desde una Van estilo “Los Magnificos” a un grupo de actores que finge ser víctima de los estafadores. Paso a paso, van contando lo que pasa hasta que… ¡Sorpresa! El estafador comienza a ser descubierto. Si es que lo anteriormente descrito se aplicara a politicos, empresarios y economistas, Emilio Sutherland le entregaría un auténtico manjar de los dioses a una audiencia acostumbrada a ser estafada por quienes se auto suben el sueldo en un par de millones, repactan nuestras deudas y se llenan los bolsillos hablando de los pobres.

Pero el tío Emilio no se atreve . Mientras los débiles y pobres son humillados en cámara, desde el otro lado de la pantalla los verdaderos estafadores estan muertos de la risa  tomando whisky y auspiciando el programa. Imagino a los ejecutivos de Johnson’s viendo Canal 13 desde la tranquilidad de sus lujosos hogares, viendo al pobre Enzo Corsi arrancando del país por un par de deudas piñuflas. También imagino sus comentarios: “Nosotros evadimos impuestos por varios millones de dólares y no nos pasa nada y este pobre huevón teme por su vida debiendo apenas un par de millones de pesos”.

“En su propia trampa” evade olímpicamente a los verdaderos estafadores y se centra los estafadorcitos. ¿Por qué Sutherland no se atreve a tocar a los peces gordos? Aunque nunca jamás se dignaría a admitirlo, todos conocemos la respuesta: Ese tipo de estafadores son los que auspician el programa o, en su defecto, pueden pegarle una llamadita a los ejecutivos del canal y dejar al pobre Emilio de patitas en la calle.

El único que termina cayendo en una trampa es el propio Tío Emilio, quien cae en el auto engaño de querer ser un periodista serio, investigativo y mordaz, pero termina siendo solo una marioneta más de los intereses corporativos.

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