Hablar de Sonic Youth es hablar del adn de una ciudad como Nueva York; ruidosa, sucia, infecciosa, tal como la describe el enajenado y sensitivo Travis Bickle en Taxi Driver: “Esta ciudad es como una alcantarilla abierta”. Y desde luego, hablar de la Juventud Sónica es hablar del sonido directamente heredado de la Velvet Underground. Porque la Velvet Underground definió para siempre el camino musical de esa ciudad; seguida por la vital y nutrida escena punk que marcó la siguiente gran parte del mapa. Los Sonic Youth en plena sintonía con ambos referentes y tomando la libre experimentación amasaron una vanguardia musical a partir de 1981 que dió lugar a un nuevo torrente de sonido y propuesta artística que no solo transgredía la esfera musical sino toda la cultura subterránea de su tiempo. Ahí nació el sonido de esa alcantarilla abierta; el sonido de Sonic Youth.
Los ochentas y el rechazo a la era Reagan habían quedado plasmados en la superioridad y experimentación anticomercial de Day Dream Nation, mientras que “Goo” abría los noventas con un escenario social, cultural y musical diferente. La premisa era no repetirse. Es ahí donde se abre una línea divisoria “Antes de Goo y Después de Goo”. Cuando volvemos a escuchar el álbum de 1990, el primer disco bajo el alero de la multinacional Geffen Records, no solo encontramos un momento decisivo en su sonido, sino que además simboliza el movimiento expansivo de una banda rupturista y transgresora, que en términos estilísticos se hace cargo del ruido, la psicodelía, las influencias retro pop; y el salvajismo del rock para usar por primera vez la estructura de canciones y estribillos, y aún así obtener como resultado un disco incendiario y una suerte de manifiesto artístico musical que propone estética e ideología sonora para la década de los noventas.
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Dirty Boots abre el disco con Thurston Moore en la voz; ritmo jovial y atolondrado, probablemente una de las características eternas de la banda, siempre poseedora de esa cualidad juvenil. El riff inicial ligero y melódico, aventuras adolescentes, hazañas nocturnas y desparpajo. La voz de Moore delgada y limpia en contraste con el decibel alto, el estallido de guitarras y pedales perfectamente disonantes puestas en diferentes colocaciones. Melodía y disonancia unidas para la bienvenida de Sonic Youth al mundo de MTV.
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Tunic (Song for Karen): Ruido de guitarras y la entrada de la reina Kim, la voz etérea de Gordon siempre como encapsulada nos remite a pasajes oníricos en medio de compás ágil y crudeza para hablarnos de la otra reina, Karen Carpenter, heroína de los newyorkinos. Oscura y disonante, un epílogo de noise surreal en memoria de la reina olvidada.
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Mary Christ: una patada sónica muy punketa y primal, chillona y de compás entrecortado. Gordon y Moore compartiendo voces y gritos esquizoides, aludiendo a fanatismos religiosos y al catolicismo americano, una fijación recurrente que vuelve una y otra vez en varias canciones, jugando con ello para desarticularlo: “Talking to a punker priest / Just dogging the breeze / About beein in a tree / he says it’s free now! Along comes Mary Christ”/ “Angel in a devil skirt, Buys me a shirt / Says I hope you like / uh, like what now!? / Hope I hope you like, Like you like yr hope / With the tightest rope / I see, I know now! / Here we go – I’ve been waitin so long, Yeh I know – for Mary to come along / Aaaooooiii”. Una pastilla punk ácida, nada más newyorkino que eso.
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En Kool Thing SonicYouth está lanzando una molotov sobre los poderes corporativos, el activismo y el sexismo. Lo hace de manera tan inteligente, tan poco obvia y tan lúcida. Y claro está usando el ruido y la connotación sexual para hablar sobre política e ideología, y la banda si que es ambas cosas. Pero no termina ahí; nuevamente encontramos en ella otra determinada acción transgresora para la época en la unión con Chuck D de los incendiarios y fundamentales Public Enemy; la burla a todo cliché sexista que pudiese representar el rock n roll y el mismísimo rap, en voz de Kim Gordon: “Hey, Kool Thing, come here, sit down beside me There’s something I gotta ask you. I just wanna know, what are you gonna do for me? I mean, are you gonna liberate us girls from male white corporate oppression? Tell it like it is, Huh? Yeah!, Don’t be shy”. Es Gordon la que está citando al activismo y al radicalismo y desde luego a la inexistente liberación femenina en un mundo gobernado por las grandes corporaciones: “Fear of a female planet?” murmura Chuck D en uno de los momentos insuperables del disco.
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El track cinco “Mote”, compuesto y cantando por Lee Ranaldo es la evidencia de la influencia ramonera con un inicio que incluso podríamos comparar al de “Rock n Roll Radio” ondas sonoras y un dial. Mientras que el resto nos recuerda a los mejores momentos de discos como Rocket to Russia. Qué mejor referente si vas a incursionar en la estructura “pop”. La guitarra de Ranaldo reventada, filuda y distorsionada, el estruendo atraviesa toda la canción: “when you see the spiral turning through alone / and you feel so heavy that you just can’t stop it when this sea of mandess / turns you into stone picture of your life shoots like a rocket”. Los coros de J. Mascis, Dinosaur Jr poniendo aires de punk melódico y finalmente el juego eterno de pedales y cuerdas en suspensión hasta el último acople.
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“My Friend Goo” mucho más simple y directa, en tono irónico ¿De quién se están riendo los Sonic Youth? de las masas?,¿la moda? o de alguna generación algo boba?. “Disappearer” nos reencontramos con la experimentación, y ese juego de doble guitarra y bajo junto a la batería de Steve Shelley que se contiene en un punto de equilibrio evitando que la contundencia marque decisivamente el ritmo de la canción, permitiendo ese característico ritmo indeterminado e impredecible.
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La alternancia entre Thurston Moore, Lee Renaldo y Kim Gordon como vocalistas, es otra de las grandes virtudes de la Juventud Sónica, otorgándole fluidez y carácter experimental a cada momento. Goo tiene estribillos, tiene catarsis eléctricas y amplificadores que están a punto de estallar. A continuación dos piezas de la saga Kim Gordon “Mildred Pierce” dos minutos y trece de melodía instrumental acelerada, estridencias y voz gutural explotando en el final que, no puedo evitar vincular a las evidentes influencias que la banda recibió del crossover.
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“Cinderella’s Big Score”, Gordon nuevamente al ataque, otro de los grandes momentos del disco. Una intro espeluznante, los riffs a punto de explotar marcando las diferentes afinaciones y Shelley entrando a marcar el galope cada vez más veloz para que entre la voz casi asfixiada de la rubia: “If I could give you anything, I would give you a Kick /You’d rather have a dollar,Than a hug from your sis”. La canción explota rabiosa y cruda, en medio de sentimientos de decepción y oscuridad: “Don’t give me yr soul, It’s caught is an abyss / A cold is gonna take you, And freeze away your tears”. En “Cynderella´s big score” no hay nada de calma Kim Gordon y Sonic Youth lo incendian todo.
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Las últimas dos canciones del disco, “Scooter + Jinx” un minuto y siete de caos sonoro, decibel y distorsión, ruido puro y retorcido para pasar a “Titanium Exposé” siempre marcada por las distorsiones de las guitarras, con una intro potente, quiebre, groove y sonoridad ácida. Thorton en la voz principal y Gordon en los coros: “Waking up i see you dreaming of a drivin’ Open your eyes to see tv set in blue, I’ve been waiting for you to smile, i’m pretty freezin’, Wintertime come summer, you are why it’s happenin’ / [Kim]: Sugar babe sugar babe do it to me, Do me babe do me babe can’t you see me? I’m sugar now sugar now do it to me”. El juego de voces entre Gordon y Moore siempre otorga un toque espacial y los interpases rítmicos y vocales son la curva del terror para el oyente inexperto en rock caótico. Vuelvo nuevamente a la sintonía de los newyorkinos con la potencia del Crossover y el Groove Metal.
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Goo es una cátedra sobre eso que conocemos como Noise o Rock Alternativo para masas. Pero vamos más allá de las etiquetas y los manoseados conceptos del Undergrund o el Mainstream, esto es expansión pura, es ir de la premeditada experimentación súper arraigada en la vanguardia y lo anticomercial, a un sonido de estructuras musicales claras y más cercanas a la “convención” recibidas directamente de las grandes influencias “pop” que la banda adora, todo esto sin perder un gramo de alma, ni una nota de acople. Así de simple, los cojones y el alma se encuentran en ese acto desprejuiciado de unir elementos que parecen opuestos, y por supuesto en la claridad artística y la visión de una banda que es mucho más que una banda de rock alternativo.
Porque Sonic Youth es tan visceral como craneal, y su música siempre ha sido una propuesta artística completa, desde lo ideológico, lo conceptual y lo visual. No olvidemos la memorable portada a cargo de Raymond Pettibon, ilustrador del underground norteamericano, y la imágen icónica inspirada en la crónica roja y de estética pop que representa a cabalidad el sentido de Goo, que además de ejercer el cruce vital entre el Noise y el molde verso/estribillo, es lo que el mismo Thorston Moore expresa elocuentemente cuando se refiere al video de Kool Thing – canción emblema del disco – : “Esto es el encuentro de Barbarella con Andy Wharhol”. Es un hecho comprobado que en Goo Sonic Youth dió con la fórmula del Noise para las masas.
Publicado por disorder.cl
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