Estamos perdiendo por goleada

Publicado por Pablo Bustamante

Archivo: 155 artículos

«Ver a mi pueblo desesperado buscando una salida, es mi derrota», escribió Mauricio Redolés en RRSS. Era parte de un poema más grande que ha querido retratar lo que han sido no solo las últimas horas de Chile, sino el arrastre de  sucesos y circunstancias que gatillaron esto que en las últimas horas terminó por explotar.

Nadie va a descubrir la pólvora acá determinando por qué el país se desbordó. Porque es asi: Chile se desbordó, como el caudal de un río que ha recibido precipitaciones constantes y además desechos y basura y escupitajos y tantas otras cosas que terminaron por sumarle mierda a su caudal normal, a lo que podía tolerar. Y todo esto, sin una pizca de una ingeniería mínima que le permitiera a este caudal sostenerse de manera normal para soportar esa brutal embestida. Por consiguiente, se desbordó y estalló la crisis.

Porque si no lo notaste aún, nuestro país está en crisis y los motivos estuvieron siempre ahí, en la superficie, a la vista de esas personas encargadas de mantener el agua dentro de sus límites y que sencillamente no hicieron nada por mejorar las condiciones, sino que simplemente hicieron la apuesta de siempre, dejar que todo siga su curso, porque el río siempre parecía que iba a salirse, pero finalmente, de alguna manera, se mantenía pasivo, en un equilibrio fino y soportando lo que le arrojaran.

Cuando nuestras autoridades dicen que nadie pudo prever este estallido social, sus palabras no hacen más que alimentar las llamas de este río que ahora es de lava, magma puro e incandescente que va quemando todo a su paso, como un perro rabioso y descontrolado, que ladraba sin ser escuchando, pero que al fin se escapó de la correa y que se fue alimentando de rabia pura a medida que iba siendo apaleado por hechos como la colusión de las farmacias, la condonación o perdonazo a grandes empresas por millones de dólares, las alzas constantes en los precios de los servicios básicos, los robos de millones en Carabineros y FFAA, el nepotismo, los cortes de luz, agua, el Internet como la corneta, las «eliminaciones administrativas» en las listas de espera de hospitales, el robo de agua para favorecer a los empresarios de las paltas en Petorca, las AFP, las zonas de sacrificio, las colusiones del papel higiénico, los pañales, los pollos, la leche, las empresas zombies, las pensiones miserables, las Isapres y el acceso segregado a una salud de calidad, un sistema educacional elitista y discriminador, frases de empresarios y autoridades que en tono burlesco daban «soluciones» a estos fenómenos, una vida estresante donde solo «vives» para el fin de semana, Alex Lemún, Zenen Díaz, José Huenante, Matías Catrileo, Rodrigo Melinao, Camilo Catrillanca y un largo, larguísimo etcétera.

Como te decía, no vamos a descubrir la pólvora. Los motivos estaban ahí, era cosa de querer verlo. Era cosa de pensar en el resto y entender que la vida en este país cuesta y está bien, cuesta en todas partes, vivir es difícil, pero si además le sumas desprecio y abusos constantes, vivir de manera precaria y solo soñando con alguna vez no estar urgido por las lucas, puedes darte cuenta que estaban aplicando una forma de violencia que no es física, pero que es quizás igual de severa que quemar un supermercado y saquearlo por completo. Porque vivir como vive la mayoría de los chilenos y chilenas, es violento y dramático.

Y mientras nuestro Presidente se paseaba por varios países defendiendo este modelo y permitiendo más y más abusos de parte de quienes extraen y extraen ganancias de manera casi psicópata, el cause dijo basta, el cause se salió de control y se dio cuenta que el poder lo tiene su mismo conjunto, cada molécula de agua que lo compone y que hoy se dispersa por las calles mientras las autoridades han desaparecido y entregado la responsabilidad a los militares en una de las acciones más cobardes que se puedan presenciar.

Hemos visto como en las últimas horas la gente está ahí buscando que todo mejore para ti, para tus hijos, para nuestro futuro. Somos todos quienes golpeando una olla, levantando las manos, o gritando, podemos transformar esto en el país que merecemos. La rabia emergió y tras el paso de la violencia somos nosotros quienes debemos restaurar la paz y reconstruir Chile, de manera espontánea, como ha venido sucediendo.

Si el pueblo está en la calle es porque estamos perdiendo por goleada, como dijo Redolés. Pero el partido aún no se acaba y lo damos vuelta. Por una vida digna, no más abusos.

Comentarios publicados en "Estamos perdiendo por goleada"

¡Deja el tuyo!