Si quieres jotearte a alguien y decirle que fuiste a Abbey Road ya no es necesario pagar un pasaje a Londres. Todo gracias a ese multimillonario buscador de Internet que pone cámaras hasta en el baño.
Esto es lindo. Nos llena de alegría. Nos dan ganas de correr por el campo, de la mano, desnudos. Como para que salgamos en la portada de La Segunda como alguna secta satánica o algo por el estilo.