Lo primero: con Los Vengadores (The Avengers), Marvel Studios se ha despachado la película más divertida de su catálogo. Lo segundo: personajes tan disimiles—con personalidades tan marcadas, con mochilas tan gigantes, con fans tan expectantes, con odiseas tan imposibles—jamás se resolvieron tan bien en un mismo filme, en una misma escena, en una misma batalla.
Desde que el mundo es mundo, personajes de toda calaña han osado usar el mote de capitán. Algunos con más gloria que otros, claro está. Como, por ejemplo, Capitán Comando, una suerte de vaquero intergaláctico armado con un guante de energía y acompañado de una momia alien, un bebé superdotado y un ninja homosexual; Capitán Marvel, un huérfano con poderes mágicos, un cuidado peinado y un programa de radio; Capitán Tsubasa, un joven futbolista japonés que logró triunfar en un equipo con menos ambiciones que Universidad Católica.