Diego Peralta respira música. Con menos de veinticinco años, ya tiene tres discos a su haber, y luego de experimentar con varias formaciones, ha dado comienzo a una nueva etapa: él y su guitarra. ¿Trovador? Diego se desmarca de ese mote y, de hecho, se identifica con la generación Myspace; reconociendo -eso sí- en los Beatles, Jeff Buckley, Sean Lennon y el difunto Elliott Smith algunas de sus máximas referencias. Desde Valparaíso, un Space Invader de tomo y lomo, con planes de tomar un tren al sur. Y hacia el otro lado de la cordillera.

Por Francisco Franetovic / Fotos: Raúl Ramírez

De un tiempo a esta parte, han surgido varios solistas en nuestro país: Leo Quinteros, Gepe, Nano Stern, Manuel García, Fernando Milagros, Chinoy, Francisca Valenzuela, Felipe Cadenasso, Javiera Mena y así, la lista sigue. Muy diferentes entre sí, algunos(as) alternan presentaciones con banda con otras en soledad. Hombres y mujeres detrás de su propio nombre (o seudónimo).

Sólo hay que escarbar un poco más profundo para encontrar una nueva camada de personas que han seguido «el mismo camino» (quiero decir: en solitario), como Javier Barría, Natalia Molina y Diego Peralta. Música con nombre y apellido.

Diego Peralta, el Songwriter

Diego Peralta no pasa los 25 años y ya ha editado tres discos. A lo largo de este año, su circuito musical ha girado en torno a Valparaíso, Viña y Santiago

En su tierra natal, Diego se siente cómodo. «Me gusta mucho Valparaíso: es mi ciudad preferida. De hecho, en un par de semanas voy a estrenar el video de «Sin’  Ninguna Bala» que fue grabado en las calles de Valparaíso, con unas localidades muy bonitas, estará disponible en todos los sitios virtuales», confiesa.

Su vida gira prácticamente en torno a la música. Es su pasión. Y su trabajo. «Trabajo con la música, estoy constantemente tocando, ya sea con mi material o tocando en bares música de mi gusto. Me encanta el cine y escribo bastante, gran parte de los textos son canciones y otros no. Escucho hartos géneros musicales, trato de no filtrar nada. Si más amplia es tu recepción mucho más sensible es la manera que tienes de ver las cosas, no eres tan rígido ni establecido», explica.

– De un tiempo a esta parte han surgido varios solistas ligados más al rock que a la balada (por decir algo). Leo Quinteros, Manuel García y ahora Chinoy y tú. ¿Es un asunto de convicción personal?

– Siempre me gustó y creí en la forma de mostrar tu música de manera diferente. Sé que lo que hago no es algo nuevo, pero me gusta la idea de reducir las cosas a elementos más pequeños, por ahora solo guitarra y voz.

– ¿Fue espontáneo o te lo propusiste?

– Tenía una gran cantidad de canciones y de ahí comenzaron a nacer mis primeros trabajos. En ese periodo de tiempo -el 2005-, era bien complicado llamar el proyecto con tu nombre: no existían solistas o no los conocía. Ahora se empezó a masificar mucho más el cuento. El proyecto no lo encasillo bajo ningún nombre, simplemente soy yo y la manera que tengo de ver las cosas.

– ¿Es un asunto de autosuficiencia? ¿De ego?

– Yo destaco el hecho de ser solista, simplemente por la sinceridad de lo que se está diciendo. Siempre menciono el mismo ejemplo: en una banda el concepto general es grupal, y aunque sea solo uno el compositor, siempre el trabajo va a ser dirigido desde una cantidad específica de personas, de los integrantes que involucran a la banda. En este caso, el material es más reducido e íntimo, por lo tanto tiene esa sensibilidad que el grupo no te brinda.

– Muchos pueden pensar que se trata de personas que no les acomoda trabajar con más gente…

– Trabajo con más gente: las personas que realizan los videos, el diseño y el arte mi música; los encargados de poder establecer fechas ya sea en Santiago o en Valparaíso… No es algo tan cerrado, estoy abierto a poder trabajar con las personas que estime conveniente.

– ¿Alguna vez estuviste en una banda?

– Las típicas bandas que uno forma cuando chico… El segundo álbum «Desde Ningún Lugar» (2005) lo toqué harto en vivo en formato banda (bajo, guitarra y batería). Tuvimos hartas presentaciones ese año y nos fue súper bien. Son canciones que fueron compuestas para que sonaran como banda. En la actualidad me presento sólo, con mi guitarra; en algunas oportunidades con una configuración de efectos completa en donde genero loops de voces y guitarras, y en otras, solo con guitarra y voz.

– ¿Es más fácil no estar en una? Digo: no hay que llegar a acuerdos, ni coordinar ensayos, ni repartir el poco dinero que entra, etc.

– Tiene sus pro y sus contra, pero yo no lo veo por ese lado. Me gusta la manera de poder mostrar tu música con la menor cantidad de recursos posible, tratar de llegar con materiales súper reducidos; armónica, guitarra y a veces unos efectos. Mucho más minimalista e íntimo.

– ¿Hasta el momento has grabado sólo en estudios caseros?

– No, el primer álbum lo grabé en un estudio profesional. El segundo y el actual en formato doméstico. Me gusta más la manera de poder registrar las canciones con la menor cantidad de equipos, pero con la misma calidad de un estudio de gran envergadura, hasta no notar diferencia. «De Lo Humano Sin Corazón» fue grabado en mi estudio casero con un Mac Power Book G4 y los equipos que tengo a mi alcance. He grabado también sesiones acústicas en Radio Guerritas y Pániko.cl. En ellas toqué material del último trabajo.

– Y cuéntame del nuevo disco. ¿Cuales son los planes?

– «De Lo Humano Sin Corazón» es mi tercer álbum y el primero de esta nueva etapa. Salió este mes (septiembre de 2008) y contiene todas las canciones que estoy tocando en vivo y las que están en el Myspace; ya se puede conseguir en formato físico en todas mis presentaciones. Es un disco que habla acerca de cosas muy particulares, cada canción te da una solución para poder comprender el álbum en general y sacar una idea global de lo que se está diciendo. El título del disco involucra los textos de cada canción, y si las unes como rompecabezas puedes entender y sacar una visión personal.

– ¿Y qué onda con «Mejor, No Fumes«? Ahí aparecen algunas canciones tuyas…

– Es un proyecto cinematográfico que aún está en etapa de pre-producción y que por falta de fondos no se ha podido rodar. Mi participación dentro del mediometraje es la composición de la música incidental y original. El tema principal de la película lo estoy rotando en mis presentaciones en vivo, tema del cual no pertenece a ningún disco.

– En tu página citas a Bright Eyes, Thelonius Monk, Jeff Buckley, Elliott Smith, Brian Wilson, etc. ¿Crees en las influencias o referencias como una forma de validarse legítima? Pregunto porque muchos intentan ocultarlas, como que le temen a las comparaciones…

– Partí escuchando a The Beatles, el referente común casi obligado de cada músico o melómano. Tengo hartos discos preferidos que me han influenciado en el transcurso de los años y han modificado la manera que tengo de escribir y componer. Mucho Jeff Buckley, Elliott Smith, Bob Dylan, The Beach Boys y su Pet Sounds, Sean Lennon y el tremendo álbum Friendly Fire. Lo que he ido escuchando a lo largo de mi vida es la estructura arquitectónica que hace que yo escriba en la actualidad de esta manera

– En tus canciones hay referencias al rock británico de los primeros discos de Radiohead, Oasis (algunos punteos sobre todo) y claro, solistas de todas las épocas. ¿Qué referentes chilenos tienes, de ahora y de ayer?

– Me gusta mucho el sonido otoñal: frío, pero a la vez muy cálido y cómodo. En cuanto a la música chilena, rallé un tiempo con «Las Últimas Composiciones» de Violeta Parra. Admiro mucho lo que hace Alvaro Henríquez, mi amigo Gastón Astorquiza, y en la actualidad, lo que hacen Fernando Milagros, Felipe Cadenasso, Chinoy, Javier Barria… Pero destaco más la nueva generación digital de músicos y cantautores chilenos que ha nacido gracias a la red cibernética, desde donde dan a conocer su trabajo.

– ¿Cómo es tu relación con ellos y los demás «trovadores» contemporáneos?

– No me gusta mucho la clasificación de «trova» en mi música. De hecho, no me siento parte de ese circuito. Me siento dentro de los solistas digitales que nacen del Internet con las herramientas fundamentales que nos brinda el Myspace. Hay varios cantautores haciendo cosas interesantes, ya sea Javier Barría, Matías Cena o Natalia Molina, músicos que ocupan la red digital para dar a conocer su trabajo.

– ¿Tu canción favorita de Bob Dylan?

– Uff… Difícil escoger la preferida, pero he estado rallando harto con «All Along The Watchtower» de John Wesley Harding (1967).

– ¿De Elliott Smith?

– «Oh Well, Okay» de XO (1998)

– ¿Bright Eyes o Conor Oberst?

– Bright Eyes. Tiene uno de los grandes discos de mi vida, «I”’m Wide Awake, It”’s Morging», y su hermosa «First Day Of My Life».

– En «Valor Agregado» dices «Las tillas Nike marcadas del valor con su rigor». ¿Te interesa la canción protesta? Parece ser un común denominador que las letras no sean directas en la «nueva generación de solistas chilenos»…

– Me gustan mucho las citas de cosas específicas o personas en particular. «Sin Ninguna Bala»”’ hace mención a la’  llegada Charles Manson y su Ipod. No es una canción que hable directamente de él, pero es acerca de cómo una visita se puede transformar en algo poco agradable.’  En ”’”’Restos”’”’ cito a Ziggy Stardust y sus arañas de Marte… Me gusta transmitir la mayor cantidad textos en el menor tiempo posible y de eso se trata el nuevo disco: de la manera en que cada vez nos estamos robotizando, la mecanización de las cosas y de la poca vitalidad que va quedando.

– ¿Qué ha cambiado desde tus primeras tocatas hasta ahora, que tienes una agenda bien cargada?

– He aprendido. Este año he estado tocando harto, ya sea en Santiago o en Valparaíso. El calendario de fechas está agendado hasta enero en ambas ciudades, y también tengo planes de ir muy pronto a Concepción y Buenos Aires, a mostrar mi material con «De Lo Humano Sin Corazón», darle tiempo a que el disco se desarrolle de la manera adecuada. Por ahora lo más cercano en Santiago es en El Sofá (en Santa Isabel), junto a Javier Barría, el 9 de octubre .

– Y lo último: ¿Qué tiene Diego Peralta de choro porteño?

– No me siento tan porteño, pero me encanta la ciudad y tiene mucho de mi música, de mí y de lo humano…

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