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99 Películas: Gran Torino

Publicado por Ignacio Molina

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Con 78 años de puro talento, Clint Eastwood, produce, dirige y protagoniza Gran Torino (2008), su más reciente entrega y con la cual anunció que se retiraría de la actuación. Si así fuera, lo haría por la puerta grande, ya que en la cinta Walt Kowalski ””el personaje que encarna”” es un despreciable veterano de guerra dispuesto a taparle el culo a punta de balazos a cuanto coreano ose invadir su territorio. Aunque el viejo Walt también posee buenos sentimientos.

Por Ignacio Molina

Evitando soltar spoilers, la historia va más o menos así: Walt Kowalski (Eastwood) es un estadounidense ex combatiente de la guerra de Corea, que ha enviudado recientemente y que vive en un suburbio de Detroit dominado por inmigrantes mexicanos y coreanos, en el que la delincuencia esta literalmente a la vuelta de la esquina.

””Estás jodidamente loco, veté a la casa.
””¿Si?… Te voy abrir un hueco en la cara y luego me iré a dormir como un bebé. Puedes contar con eso. Con rifles como éste jodimos a varios putos como tú en Corea. Apilábamos sus cuerpos como barricadas.

En los primeros minutos de “Gran Torino” (2008) Kowalski parece ser un odioso anciano hijo de puta ””y con las pelotas del más mortífero milico”” que detesta con fervor a los inmigrantes ””principalmente de etnia coreana”” debido a la decadencia que le significan y también a los malos recuerdos que le traen de su sangrienta militancia en la guerra. Pero todo toma un giro cuando uno de ellos intenta robarle su preciado Gran Torino para cumplir de esta manera con el rito de iniciación en una pandilla que controla el barrio.

En “Gran Torino” Clint Eastwood encarna al inconfundible americano rústico lleno de prejuicios y fantasmas no exorcizados, pero con fe en la prosperidad de su patria, con fe en el sueño americano. Aunque esto se encuentre exteriorizado ””sublimado”” debido a su vejez. Y aunque se traté de un veterano racista lleno de odios y prejuicios, valores que deberían ser universales como proteger a las mujeres y a los más débiles de las injusticias, para él son intachables. Incondicionales. Sin posibilidad de espacio para excepciones étnicas.

Atentos. Ahora se vienen los SPOILERS.

Luego del incidente del Ford Torino (vehiculazo inmortalizado en «Starsky and Hutch» de los 70”’s) Kowalski comienza a ver las cosas de otra forma y comprende que los coreanos (e inmigrantes) también poseen valores ””aunque diferentes a los suyos”” y merecen respeto y aceptación. Es así como se convirte en un guía para Thao (o “pussy kid from the next door”, como le llama): el adolescente que intentó robarle el Ford.

Walt comienza apartándolo de la pandilla y la delincuencia, enseñándole a valorar la importancia del trabajo, proveyéndole de objetivos en la vida, dándole confianza y seguridad, y demostrándole que con esfuerzo es posible salir del guetto. También le enseña’  a ser un verdadero hombre (ya que lo encontraba afeminado por dedicarse al cuidado de las plantas y flores del jardín); enseñándole de mujeres, de la fraternidad entre machos o del significado de las buenas afeitadas. Transformándose en la figura paterna que tanto le faltaba al joven descendiente de coreanos.

Por otro lado en “Gran Torino” tenemos a los verdaderos hijos de Walt, quienes sólo le demuestran interés en sus bienes y que para su cumpleaños le llevan de regalo el pase a un asilo de ancianos, provocando la ira del veterano, representando la paradoja de que las relaciones padre e hijo a veces resultan ser extremadamente distantes y vacías.

La ley impuesta por la estructura de orden llamada Cristo, también está presente; encarnada, explícitamente, en la figura del padre Janovich, un párroco hincha pelotas que le prometió a la difunta esposa de Walt, que antes de que su consorte muriera, lo haría confesar todos sus pecados. Por supuesto que a Walt le importa una mierda confesarse, pero no es precisamente por una abolición a la religión o por orgullo propio, sino porque el ejercicio sería demasiado desgastante.

Gran Torino es una película que versa sobre los valores más intrínsecos, el respeto y la aceptación por los otros, el error de la pre-concepción y los prejuicios, los lazos de amistad y el empobrecimiento y vacío de algunas relaciones filio-paternales. Y es, también, una peculiar metáfora acerca de la presente amenaza oriental en tierras estadounidenses de Toyota a Ford, la que tiene a la nipona como actual líder del mercado, instaurándose como protagonista en el lugar donde más le puede doler a la franquicia yankee: el salón automovilístico de Detroit. Al igual que los coreanos instalados imperiosamente en las barriadas de la misma ciudad.

Sin contar con piruetas visuales, juegos de tiempo, de edición, o grandes estrellas cinematográficas (salvo Eastwood por supuesto), “Gran Torino” se deja querer mediante una atrayente y rápida historia, en donde el juego de la tensión parece estar constantemente presente y en la cual la banda incidental no puja por ser la protagonista, apareciendo solamente en los momentos precisos. Sin desmerecer por supuesto el notable tema que aparece en los créditos y algunos momentos de la película, el que por cierto fue compuesto por el mismo Clint.

Es posible señalar que la actuación de Eastwood esta a la altura de su altísimo itinerario fílmico, encumbrándose tal vez a las mejores de su carrera de actor. La respiración profunda, los ojos llenos de furia, y los nudillos mojados en sangre son la analogía en carne, del trayecto de un artista integral que es capaz de dar la vida por sus films.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=nuJjTyEnKFA[/youtube]

Trailer subtitulado

Walt contra los malandras del barrio

Thao habla como un macho

Get off my lawn!

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