por Francisco Campos

Pese a que a mucha gente no le parezca correcto porque atenta en contra de las “leyes de Dios”, existe una relación directa entre el aborto y la disminución de la delincuencia en un plazo de veinte  a treinta años. El principal ejemplo es el descrito en un capítulo del libro Freakonomics, el cual señala que debido a la aprobación de una ley de aborto en 1973 en el estado de Nueva York, los índices de criminalidad y violencia disminuyeron considerablemente en casi quince años. Le duela a quien le duela.

El  capítulo en cuestión, se basaba en la relación hecha por  John Donohue, académico de Yale, llamado “El impacto de la legalización del aborto en el crimen” . Dicho estudio señalaba que luego de la aprobación de la Ley Federal de Aborto en 1973, los índices de delincuencia habían disminuido hasta en un 50% en los estados que si tenían ley de aborto.

Por supuesto que los autores del libro – el economista de Chicago Steven Levitt y el periodista del New York Times Stephen Dubner –  fueron criticados tanto por la derecha como por la izquierda, al mismo tiempo que fueron  tildados de fascistas, racistas, sacrílegos, y un sin fin de epítetos similares, por el simple hecho de haber una relación coherente y que se remitía exclusivamente al estudio de los datos e índices de criminalidad en el estado de Nueva York.

Como podrán ver en el gráfico que se adjunta a continuación, los países  más pacíficos del mundo y con menor tasa de delincuencia (1), son aquellos que cuentan con leyes de aborto, por lo que – si nos remitimos exclusivamente a los datos – podemos afirmar que no resulta tan descabellada la relación hecha por los autores de Freakonomics.

Si bien el gráfico resulta bastante claro y explicativo, es necesario ahondar un poco más en esta relación, ya que, no solamente basta con aprobar el aborto y tema resuelto debido a que esto acarrearía consecuencias sociales mayores, tales como la disminución de la natalidad y por el consiguiente, el envejecimiento de la población.

Hipotéticamente, para que  se produzca una efectiva disminución de los índices de delincuencia y violencia es necesario realizar un control de las madres de “potenciales” delincuentes, vale decir, madres en situación vulnerable cuyo embarazo podría devenir en el nacimiento de alguien peligroso.  Entonces, se hace un seguimiento a aquellas madres que presenten antecedentes de drogadicción, delincuencia y bajo nivel socio económico para luego realizar una evaluación del riesgo que implicaría que dicho embarazo termine con éxito.

En vista de lo anterior, queda claro que una ley de aborto no significa la panacea, si no que también involucra una fuerte participación del Estado a través de los órganos pertinentes para que el proceso se desarrolle con éxito.

Ahora bien, el tema del aborto nos lleva a otro punto de relevancia: la marginalidad. Para nadie es un misterio que hijos no deseados nacidos en un ambiente “complicado” influye directamente en  el aumento de pobreza debido a que gran parte de estas familias no tienen los medios necesarios para mantener a un nuevo miembro de la tribu (perdón, pero no me aguanté la salida de madre), de manera que aquí se hace necesaria nuevamente la intervención del Estado a través de políticas claras de prevención del embarazo no deseado.

Los que piensan que un hijo es siempre una bendición y que “sobre la marcha se arregla la carga”, por favor, denle una segunda vuelta. Lisa y llanamente existen familias que no pueden hacerse cargo de un hijo por diversos factores, entonces, desde la concepción estaríamos asegurándole al niño una vida terrible, salvo contadas excepciones.

Como siempre sucede en Chil,e cada vez que se intenta abordar estos temas, surgen voces inspiradas en criterios ideológicos y morales que se oponen a cualquier atisbo de mejoras en el control de la natalidad y, aun más, al aborto. Para este sector ultra conservador de nuestra sociedad siempre existe una solución,  por que “la vida es sagrada”, de manera que para ellos la solución óptima en caso de un embarazo no deseado sería la adopción.

Sin embargo, los procesos de adopción en Chile son sumamente engorrosos y burocráticos debido a que, muchas veces quienes entregan sus hijos en adopción, luego quieren recuperar la tuición pese a no estar calificados. También sucede en que el trámite de adopción se demora más de la cuenta mientras los niños tienen que esperar meses y años en hogares para menores, los cuales están sumamente lejos del óptimo.

Entonces, podríamos decir que quienes estan contra el aborto a cualquier costo — incluso la vida de la madre ya que también se oponen al aborto terapéutico – , son pro vida, aunque el resultado de la vida que se protege sea una vida de mierda.

Lo anterior nos lleva a otra arista del problema y tiene que ver con los índices de desarrollo humano. Según el matemático chileno radicado en Noruega – uno de los países con menores índices de victimización y delincuencia -, Dante Kalise, “no es posible permitir el nacimiento de niños a diestra y siniestra si no somos capaces de asegurarles un mínimo de desarrollo en términos sociales que les ofrezca opciones más interesantes que ser delincuentes o mano de obra barata. La misma gente que habla de derecho a la vida debiese decir la frase completa, es decir, derecho a una vida de mierda”

Como podemos ver en el gráfico adjuntado a continuación, curiosamente los países con mayor índice de desarrollo humano son aquellos que cuentan con ley de aborto (2).

En relación a este  último dato, Kalise señala  que “hay que ser cuidadoso en esta relación debido a que se podría desprender erróneamente que el aborto es sinónimo de desarrollo humano. Una lectura más apropiada es que se trata de economías o sociedades sensatas, que entienden que la planificación familiar es fundamental para el desarrollo de sus individuos. Se la da la posibilidad a los ciudadanos de no traer al mundo gente a la cual no podrán darle lo necesario para que se integren de buen modo a éstas. El desarrollo humano es un problema técnico, no se trata de gente feliz bailando en el bosque, se trata de cuánto dinero ganas, cuánto es necesario para mantener una familia, para pagar vivienda, educación y salud. Quizás la principal lección subyacente en estas cifras, válidas tanto para el aborto como para una serie de temas contingentes, es que los criterios de decisión debieran ser técnicos y no ideológicos. Del mismo modo que usualmente pediríamos un crédito en el banco con la menor tasa de interés y no necesariamente en aquél con las cajeras más sonrientes, nuestras políticas como país no debiesen estar basadas en la existencia del alma, en entes superiores o profetas iluminados. ”.

Como podemos ver, el problema de la delincuencia infantil y juvenil no se soluciona con la internación provisoria o permanente en un centro del Sename o con  la dosis justa de cariño y rigor, como señaló LUN en la edición de ayer. Al parecer, el problema se soluciona imponiendo criterios técnicos por sobre manoseadas disposiciones religiosas e ideológicas.

Para influir tendenciosamente en nuestros lectores, aplicamos el Estilo Agustín, e incluimos un par de videos que hablan por si solos

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=Y2HsuEYsVvw[/youtube] [youtube]http://www.youtube.com/watch?v=2nT_Jbluo70[/youtube] [youtube]http://www.youtube.com/watch?v=vYMrrPEuxhg[/youtube]

(1) Gráfico construido por Global Peace Index en base a los datos aportados por el  United Nations Survey on Crime Trends and the Operations of Criminal Justice Systems y que contemplan los delitos que provocan mayor victimización en la población: asesinatos, robos con violencia, violaciones y narcotráfico en relación al total de la población.  Además, para la elaboración del raking  se consideran otros factores como los conflictos internos y relacionados con atentados terroristas,  conflictos religiosos, étnicos y de refugiados. Esta es la  razón por la cual Chile,  pese a tener una mayor cantidad proporcional de delitos graves en relación a su población  que países como España, Holanda, Inglaterra o Italia,  ocupa un lugar más alto que estos países, los cuales pierden puntos por los factores anteriormente mencionados.  Sin embargo, al desglosar los datos y remitirse exclusivamente a los índices de criminalidad, el resultado será muy diferente.

(2) Reporte del desarrollo humano de Las Naciones Unidas 2007 – 2008.