
por Dante Kalise
A qué viene todo esto? Viene a que de pronto te das cuenta, frente al televisor que todo lo maneja (que no me vengan con el cuento de la polítca 2.0 cuando aún hay casas con pisos de barro-pero con televisor- en nuestro país) , que la política de tu país se reduce a una derecha con ideas decimonónicas,’ a un ente mutante de “izquierda” que parece que le tomó demasiado gusto al poder, y a una cosa que le dicen “izquierda extraparlamentaria” con algunas ideas más razonables que otras pero demasiado anclada en un pasado que a mis 25 años no me interesa cargar. Y que como joven (joven de verdad, no sólo de espíritu como los de las juventudes de los partidos políticos)’ debes esperar a que aparezca el candidato “lolo” de turno para que hable de reformas sociales, de derechos civiles.’ Y sólo para escucharlo, porque ya sabemos que con el sistema actual es imposible que salga. Yo espero que la clase política que controla mí país (al menos déjenme que me apropie de él en sentido figurado) se haya dado cuenta que esta situación, más allá del hastío que puede provocarme, es el caldo de cultivo ideal para posturas bastante más radicales y menos amistosas que escribir una columna en un blog.
De’ nuevo, a qué viene esto?’ Viene a que necesitamos de modo urgente reactivar nuestra sociedad civil, crear instancias que nos hagan sentir que de algún modo gobernamos nuestro destino, o que al menos podemos expresarnos con cierto peso. Pero requerimos de instancias permanentes, que vayan más allá del candidato díscolo cada 4 años. No me alargo más y voy al punto.’ Hace unos días atrás pensaba en el aborto, y en el debate que cuesta tanto que se genere. Por un lado la Santa Inquisición más algunos más chascones, y en otro rincón del ring, el ente mutante que no quiere perder votos,’ pues si bien es de izquierda tiene una uña encarnada demócratacristiana, fenómeno gracias al cual hemos ingresado al salón de la fama de las rarezas políticas y de paso perdido toda posibilidad de discusiones progresistas al interior de su estómago de monstruo mutante. Se me olvidaba el MEOllo del asunto, el candidato simpático que un poco para diferenciarse, un poco para llamar mi atención, dice que va a legislar al respecto.’ Claro, y yo me pregunto, y dónde cresta va a legislar si nunca va a salir electo? Así es fácil. Y entonces pasa la elección y nos olvidamos del tema por algunos años, hasta el 2013 con suerte.
Y ahí es cuando le pregunto a mi amigo noruego “ Y ustedes cómo lo hicieron para tener ley de aborto?” . Automáticamente me parece bien idiota mi pregunta porque no pueden tener una configuración política similar a la nuestra, de lo contrario no serían el país con el segundo índice de desarrollo humano en el mundo (que no deja de ser paradójico esto del desarrollo humano pues permiten el “asesinato del que está por nacer”) mientras que nosotros’ aún discutimos si los mapuches de la Araucanía tienen alma. Por suerte él no sabe esto,’ pues de verdad me da un poco de vergüenza contar como se manejan las cosas en mi país y evito estas conversaciones a la hora de almuerzo,’ y me responde: “ Bueno, yo diría que un motor fundamental en la obtención de derechos civiles en nuestro país han sido las feministas”.’ La cosa sigue más o menos así: con la onda hippie en los 60-70”’s surge un movimiento feminista radical, y luego de algunos años se constituye en una fuerza política fundamental que propone una serie de derechos civiles, centrados en la mujer por cierto, pero cuyo resultado es transversal. Las feministas son en su mayoría pro aborto porque creen en el derecho de la mujer de decidir sobre su cuerpo. Creen en mejoras en las leyes de unión civil, en la regulación de la prostitución,’ y en la igualdad de salarios entre hombre y mujer. Creen obviamente en un millón de cosas que probablemente ni tú ni yo estemos de acuerdo pero que entedemos que son un tanto descabelladas y que no resistirán mayor discusión a menos que seas feminista.’ Porque ciertamente el feminismo de un modo más o menos explícto se basa en una lucha de géneros que es tan cuestionable y arbitraria como la de clases. Pero la evidencia muestra que los grupos feministas a medida que avanzan en importancia y en el tiempo tienden a moderar sus posturas.
Yo digo, y por qué no? Sus principales caballos de batalla no me molestan en absoluto. De hecho, me identifican.’ Un nuevo referente en la arena políticasin la carga histórica ni las ideas económicas de la extrema izquierda.’ Un grupo permantente, una voz de mujer al oído para recordarnos que no todo está perdido y que aún hay mucho por hacer.
Publicado por Francisco Campos
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