por Valeria Barahona desde Concepción.
El reloj del Café Marbella de Concepción marca las 8.30 cuando el candidato a diputado, y hermano de la alcaldesa, comienza su agenda: hoy le toca desayuno con María Marcos, dirigente de la Población Pedro del Río Zañartu, sector ubicado en la ribera norte del Bío Bío. Enrique van Rysselberghe no tiene miramientos en decirme que espera que no sea una infiltrada (¡uf! Tengo una pinta de espía im-pre-sio-nan-te), y que confiará en mí para mostrarme su “privacidad”, y eso que el café donde estamos es transparente.
En una mesa, casi al medio del café, escucha -o hace como que escucha- a la señora Marcos, una mujer bastante delgada producto de sus múltiples enfermedades y la violencia propinada por su marido durante 40 años.
-¿En qué ramos le iba mejor en el colegio? ¿En lenguas?-pregunta van Rysselberghe.
-Si era escuela”’e campo, ¡no había inglés pue”’!
Estamos en el barrio de las notarías, los bancos, y frente al Club Concepción, el símil de la Unión en Santiago. María se nota contenta, lo mira a los ojos, sonríe. El candidato comienza a preguntarle por su vida personal, mientras en un acto de picardía me guiña un ojo, como diciendo “esta es la parte entretenida”. Luego de una historia que mezcla alcohol, maltrato, y muchos partos, Enrique le dice que pedirá a Dios por ella, pero como ninguna candidatura es tal sin peticiones, aprovechando el “relajo divino”, la dirigente recuerda que hay bingo en su sector y que necesitan un premio y amplificación. De la nada aparece un funcionario municipal al que van Rysselberghe solicita, en un lenguaje bastante críptico, que haga los contactos para conseguir aquellas cosas.
Luego, el instante clásico de la campaña: la foto con el candidato, quien posteriormente la subirá a su Facebook. Quiere que yo aparezca. Me resisto: no, no, y no. En vista que una insistencia más y arranco, se da por vencido. Es su técnica, relata Camila Garay, estudiante de periodismo de la Universidad San Sebastián: “el 4 de agosto andaba comprando un regalo para mi pololo, entonces salgo de Kodak, y un tipo, que yo no tenía idea quién era, va y me dice «oh, hace tiempo que no veía una señorita tan linda». Pensé que sólo se trataba de un huevón jote. Y me dice «mira para allá» y yo la mensa miré y me toma una foto con él. Y yo como súper impresioná me fui no más”. Si tienen la osadía de buscar a Enrique en Facebook podran encontrar la foto y otras cosas, como este video donde explica que siente al recibir el cariño de la gente.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=0DICeB6yo2s[/youtube]
Enrique van Rysselberghe trabajó en la Universidad del Desarrollo de Concepción, el mismo lugar donde estudió ingeniería comercial, hasta que fue elegido concejal el 2004. En 1995 la casa de estudios le otorgó el premio universidad, y hace dos años El Mercurio lo incluyó en su tradicional selección de los 100 líderes jóvenes. Hoy se le puede encontrar realizando clases de gestión empresarial en el Instituto Profesional Providencia, propiedad de la UDD, también en la capital penquista. Eso es en el ámbito profesional, porque la vida política es otra cosa y no da descanso.
Son las 9.30 y la agenda continúa: hora de trasladarse a la Corporación de Ayuda al Limitado Visual (Coalivi). En la camioneta suena el celular “¿Don Luis, cuándo fue la última vez que recibió ayuda municipal? Mire, llegue muy temprano, por número. Por favor no me mencione para no tener problemas. Lleve papeles que acrediten que necesita ayuda. Si hay dificultades, me llama. No le puedo asegurar ayuda. Luego llámeme para saber cómo lo atendieron”. A estas alturas el premio para el bingo de la señora María ya está listo, sólo falta la amplificación, relata el chofer.
En el bolsillo del asiento hay un montón de hojas indescifrables, junto a un libro de Patricio Lynch y la Revista Nuestra Iglesia.En la institución nos recibe Dayane Salazar, periodista, ella es quien nos guía. “Aquí llegan niños con multidéficit, es decir, que presentan daño neurológico al nacer, y junto con ello discapacidad visual” explica nuestra anfitriona, pero el candidato Van Rysselberghe pone poca atención. Está que se mea. Luego de los típicos “anda detrás de un árbol” y bromas de ese calibre, vuelve con una gran sonrisa y continua el tour.
Claudia Gaytán, Directora de Coalivi, nos relata que la corporación se dedica a proporcionar educación y rehabilitación a niños y adultos que presentan ceguera total y visión parcial. A las madres de los internos les brindan apoyo psicológico, ya que generalmente son mujeres que dedican el 100% de su jornada al cuidado de sus hijos.
La periodista se acerca a una de las madres de los niños y la saca de la sala para decirle que el candidato quiere conversar con ella. Dayane es quien realiza las preguntas todo el tiempo, ya que Enrique se encuentra inmerso en el Blackberry, y sólo asiente con la cabeza. Al cabo de una historia en que el marido abandona a su mujer al ver este hijo discapacitado, y esta cada día se esfuerza admirablemente por que el niño sea feliz, van Rysselberghe levanta la cabeza y atina a preguntarle por su cercanía a la Iglesia.
Caminamos rumbo al centro de Concepción y desde una oficina de Telefónica aparece un hombre: “las chiquillas quieren hablar contigo”, dice con una risa picaresca. Se trata del presidente de la junta de vecinos de la Villa CAP (Compañía de Aceros del Pacífico). Comienza el reparto de tarjetitas, con citas bíblicas, que incluyen el celular de Enrique van Rysselberghe ”“para tener un contacto fluido con los vecinos-, la página web en construcción, y el logo de Facebook y Youtube. Solo le faltó Twitter.
“Es que soy bien poto loco, por eso ahí está mi celular para que cualquier cosa me llame” dice a una mujer cuya hija adolescente lo mira con cara de aterrada.
–¿Y quién te hace los videos de Youtube? Porque al parecer más que ayudarte, han sido contracampaña.
-Mira, es que cuando uno se porta bien con la gente, queda ese sentimiento de gratitud, y Paulina, una chica que estudió cine, me dio la idea y dije ¿Por qué no experimentar?
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=XVzTHyfruHU[/youtube]
Ignacio Vildoso, ex estudiante de periodismo de la Universidad San Sebastian, se ha dedicado a seguir por la web al candidato a diputado van Rysselberghe: “A la viejita del carro de palomitas le habla de Facebook, ¡la vieja con cue”’a sabe prender la tele! Le dije que no se la jugaba en Internet, que los videos eran una mierda, que en el The Clinic los lectores lo habían despedazado, y que mejor se buscara un asesor. (”¦) Y lo más chistoso es que no es el The Clinic, ya que sólo lo presenta, sino que los post que la gente deja” y Justamente eso es lo que le pregunto:
–Pero The Clinic ha publicado varias veces tus videos y también un par de artículos sobre ti.
-No me importa The Clinic. No lo leo. Dios es justo y yo estoy con la conciencia tranquila. Además después de que te han tratado de esto y lo otro, hasta homosexual, ya te haces inmune. Lo malo del cuento es que son tus cercanos los que terminan sufriendo, tus seres queridos, por la acidez gratuita que te dan.
–Y el teléfono de Pluto, ¿idea tuya?.
-Fue sugerencia de un alumno. Por estúpido que se vea, el teléfono de Pluto relaja a la persona que viene a solicitar ayuda, que en su mayoría son mujeres con hijos. Genera cercanía, produciendo un momento memorable para la persona, que luego recuerda y se sonríe.
Mientras conversamos, van Rysselberghe reparte tarjetas y se toma fotos con la gente que circula por el paseo peatonal Barros Arana. Pese a todo las personas parecen contentas y dispuestas a posar con el candidato a diputado. Y es cierto, las mujeres se le tiran encima, literalmente. Como dato anecdótico, en Facebook hay un grupo llamado “Mi amor platónico= Enrique van Rysselberghe”, paso el dato por si las lectoras de Disorder quieren unirse a la causa.
–En el caso que fueras electo diputado, ¿cuáles serían tus gestiones frente a problemas como la delincuencia?
-Primero, enfatizar la importancia de la educación y mejorar el sistema, ya que este es el proceso que antecede al delito, y por el que asimismo se puede evitar. Luego fiscalizaría el destino de recursos en instituciones como por ejemplo la ANFA (Asociación Nacional de Fútbol Amateur) que sirven para distraer a los jóvenes el tiempo que no están en el sistema educativo, y con ello, la democratización de los impuestos. Es decir, que yo, como ciudadano, decida libremente dónde destinar el 1 o 2% de mis impuestos; o sea, si quiero apoyar a María Ayuda, que allá vaya mi dinero. Si lamentablemente sucede el acto delictivo, que las cárceles fuesen concesionadas, ya que al ser administradas por privados, está la presión que genera el mercado para hacerlos competir por ofrecer un buen producto. Contrario a lo que pasa hoy, al ser estatales, ya que todos los funcionarios, independiente de si lo hacen bien o mal, reciben su sueldo a fin de mes.
Y así fue como recorrimos el centro de Concepción junto al candidato a diputado Enrique van Rysselberghe. Buena idea, mala idea, acierto, desacierto, es juicio de cada uno; lo que no podemos negar es la peculiaridad del personaje. Ahora, que la ciudadanía realmente viva un empoderamiento a través de sus representantes, que sintamos la conexión con quienes tienen la facultad de legislar para que sus dictámenes nos representen, que esa voz sea la tuya y la mía ante la Nación”¦ Es harina de otro costal.
Y sí, conocí a Pluto.
Publicado por Francisco Campos
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