“La prisa de la batalla es una potente y letal adicción, pues la guerra es una droga”, es la certera frase (original de Chris Hedges) que da inicio a la mejor película sobre la guerra -y que no es de guerra- hasta la fecha: The Hurt Locker. Y bueno, también la mejor película de ¿la última década?
Por Nicolás Wellmann
La historia va así: El sargento William James (Jeremy Renner) es el nuevo líder de la compañía Bravo: brigada del ejército estadounidense especializada en desactivar todo tipo de bombas y trampas explosivas en la peligrosa ciudad de Bagdad. Desde un comienzo James se tranforma en el alma del escuadrón. Y en el alma de la película. Es un líder que chorrea coraje, pero que esconde algo muy cercano a lo patológico: Una tenaz adicción a la adrenalina. Una adicción a bordear y desafiar la muerte. Si bien en un trabajo como el suyo esta condición pueda tomarse como un talento, para los soldados que lo acompañan a diario ”“y que ponen en riesgo sus vidas en cada una de las misiones-, la actitud de James se trata simplemente de un enfermizo placer por retar la muerte sin ninguna provocación. Se trata de una locura inaceptable para un jefe de comando.
A lo largo dela campaña las motivaciones de James permanecerán en un misterio: ¿Su nulo instinto de sobrevivencia es una consecuencia de ser el mejor en su trabajo? ¿O es lo inverso? De esta manera la película apuntará a una de las dos teorías, tomando en cuenta las palabras del comienzo: “La guerra es una droga”. Sucede que The Hurt Locker parece ser una serie de misiones de la compañía Bravo ordenadas en una progresión que tiene más que ver con la misteriosa cabeza del sargento James que con la peligrosidad de las bombas a desactivar. Un paseo infernal por la mente de un soldado adicto a la adrenalina. Pre y post resaca incluida.
Lo sorpréndete de todo es que Kathryn Bigelow (directora) y Mark Boal (guionista), se las arreglaron para evitar caer en juicios u opiniones -despojándose de un explicito discurso anti-bélico- y añadieron una capa de realismo inusual en la ficción, funcionando casi como un documental expositivo: planteando y desarrollando a sus personajes valiéndose de la mera exhibición de la rutina de su peligrosa y singular vida laboral.
Por otro lado la eliminación de un enfoque ideológico evidente permite la ilusión de una película con mayor rapidez; de la misma forma que la tensa cámara en mano 16 mm -al estilo Apocalypse Now– lo hace en el aspecto visual. Impresionante es la escena ”“con guiño/homenaje a Full Metal Jacket de Kubrick incluido- del francotirador en el desierto. Una verdadera lección de cine de acción/suspenso/drama. Una escena memorable para darle play una y otra vez.
Es importante destacar que la película evade el obligatorio villano que sube las apuestas a cada paso y dispone de un antagonista que al no tener un sólo rostro, resulta mucho más amenazante. Y por este, y por otros miles de detalles que tienes qué descubrir, The Hurt Locker es la mejor película del año; tanto así que en el Festival de Venecia 2008 se llevó una ovación de 10 minutos y una nominación al León de Oro, devolviendo las esperanzas a los amantes del cine de acción. Y sin siquiera utilizar un cliché del género.
The Hurt Locker es un clásico instantáneo, con un sólido elenco –Guy Pearce, Jeremy Renner, Ralph Fiennes, David Morse, Brian Geraghty– y con una fotografía impresionante que te dejará loco en cada escena. Consíguela lo antes posible, ya que que ninguna reseña puede describir la sensación que produce verla. Y no exagero. Es maestra.
Trailer:
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Publicado por disorder.cl
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