Tras la llegada de Felipe Bianchi, CDF subió su precio al doble, VTR terminó el contrato, los medios se llenaron de quejas, arrebatos de ira, puteadas varias, insultos elocuentes y chistes políticos. Ante todo esas tendaladas, Cote Cumplido, nuestra nueva colaboradora, se pregunta: ¿Por qué a las mujeres no les gusta el futbol tanto como a los hombres? Una columna con mucha garra, y directamente desde el camarín.

Por Cote Cumplido

VTR ofreció cambiar CDF por el pack completo de Movie City, lo que representó un insulto para muchos fanáticos del balompié; sin embargo, algunas mujeres están contentas; tienen más canales para ver películas y el novio-pololo-marido-amante no estará colgado viendo partidos al lado de ella. Consideremos que el fútbol es el deporte de los amigos, del asado y de la cerveza. Fiel compañero y amigo. Ante esto, muchas mujeres se han visto víctimas de ésta pasión abrumadora, ante el rapto que se le hace a sus parejas. Entonces, la pregunta es: ¿Por qué a las mujeres no les gusta el futbol tanto como a los hombres? Una pregunta  más bien cuantitativa, porque se podría decir que es más fácil encontrar mujeres a las que les desagrade dicho deporte, que a hombres.

Se podría partir con que por años, la competencia deportiva era sólo para machos. Competencia que representa la popularidad en la época escolar (donde vemos como el que no es bueno para la pelota, se transforma en el perno del curso), pero que de algún modo no se da entre las mujeres (donde la más popular es la más linda o la más “top”).

En segundo lugar, los hombres tienen ese lado “animal” más preponderante, el que es descargado como fanático del fútbol. Donde puede gritar, saltar, y apasionarse por su equipo favorito, el que lo lleva a descargarse. Es el regreso a la naturaleza masculina de embrutecerse. Lo que es criticado por sus parejas, ya que, claramente, no les gusta tener a su acompañante en un estado de fervor absoluto sobre todo si no es ella quien despierta esos deseos. En ese sentido, quizás tenga que ver con un “celo” femenino al no ser el objeto primordial en su vida; considerando que la mayoría de los hombres no se pierden la pichanga del fin de semana pero si se pierden la instancia para llevarlas al cine o de paseo.

Otro tipo de celo tiene que ver con la ausencia femenina en la participación: el fútbol es de hombres y es reconocido así. Sucede que el fútbol femenino siempre ha sido una variación de segunda clase del deporte real, por lo que un deporte que rechaza a las mujeres puede ser provocador de dicha enemistad en conjunto con la transformación de los hombres que la rodean. Por ejemplo el Mundial Femenino no se acerca ni de lejos al fervor que genera el masculino. No se invierte tanto, no se mueve gente alrededor del mundo, no se da por miles de canales, tan sólo consideremos que los estadios de Chile fueron suficientes para hacer ese evento. Lo que es inimaginable si fuera el mundial de la testosterona.

Otro punto interesante, es la dinámica de juego: La mujer tiene en sí un afán por mostrarse, por ser ella quien participa, por tener toda la atención. Entonces, para la mayoría, es difícil entender un juego donde los jugadores no juegan a la vez, sino que solamente cuando tienen la oportunidad, cuando les llega el pase o la pelota está cerca de su lugar. Por lo que puede resultar muy aburrido, ver por más de una hora cómo se patea una pelota consecutivamente sin un resultado. “¿Para qué necesitan 11 jugadores en la cancha entonces? Si ya con la mitad podría hacerse más dinámico” – he escuchado decir a algunas respecto al tema.

Es por eso que a todos ustedes que estén tratando de convencer a alguna señorita de que se apasione por el balompié, les advierto que será una dura tarea, puesto que muchas de las razones de por qué ellas detestan el fútbol tiene que ver con el cómo han sido educadas. En muchos casos no es algo que ellas eligieron. Es algo que les inculcaron. Lamentablemente son muchas las que mantienen esos patrones de conductas, y se niegan a entender tan apasionante deporte.

Por todo esto, felicitaciones a las que han logrado insertarse en el mundo futbolero y son tan apreciadas por muchos fanáticos del balompié, como las chicas de nuestra ilustre Selección Femenina Sub 17, a la cual le envió, desde ya, toda mi fuerza para el enfrenamiento contra las charrúas. ¡Fuerza Ioana Aedo, Yudith Rojas y Christiane Endler! Las estaré alentando con toda la garra el próximo viernes.  Y espero que cada vez más hinchas femeninas comiencen a alentarlas.