Gourman on tour: la Feé Verte

Publicado por disorder.cl

Archivo: 1853 artículos

por Guatonsumami

El absenta es un licor de sabor similar al anís fabricado a base de la planta  «artemisia absinthium» y fue muy popular dentro de la bohemia parisina de fines del Siglo XIX y principios del Siglo XX. Durante ese periodo, muchos artistas como Baudelaire, Rimbaud, Oscar Wilde y Tolouse Lautrec eran asiduos consumidores de absenta, pues su consumo era sinónimo de estar a la moda. Sin embargo, durante la segunda década del sliglo el absenta fue prohibido en Francia y posteriormente, se hizo progresiva a lo largo de todo el mundo pues se creía que su consumo generaba alucinaciones debido a su alto grado alcoholico -la mayoría de ellas relacionadas con un hada verde y un dragón-. Su grado, que va desde los 60º a los 80º y que incluso podía llevarte a la locura. Dicen que a Vincent Van Gogh, se le arrancaron las cabras pal monte por ponerle mucho al absenta.

Sumamilaire, el poeta maldito coyhaiquino que se ofreció como sujeto de prueba

La fama de «licor maldito» acompañó al absenta durante casi todo el Siglo XX. No obstante, estudios recientes han señalado que el absenta no es más perjudicial que otros licores de alta graduación como el vodka y el gin -puro veneno- y que, de producir alucinaciones, estas se originarían producto del consumo excesivo de alcohol y no precisamente del absenta. Además, se ha descubierto que era habitual diluir un poco de laudano en el vaso, cuestión que modificaba los efectos del licor y que este no siempre era elaborado de la mejor manera. Producto de lo anterior, los Gobiernos han ido levantando la prohibición a la elaboración de absenta y legalizándola nuevamente.

Particularmente en Chile, sí se produce absenta pero en muy pocas cantidades. Conseguir una botella de buena calidad es algo complicado, primero, porque el Servicio Agricola y Ganadero (SAG) y el Ministero de Salud (MINSAL)  han sido sumamente estrictos a la hora de supervisar la elaboración del absenta -ojalá lo fueran así con los productos Mitjans- y porque, las pocas botellas que se producen cuestan un ojo de la cara. Sin embargo, como en disorder somos cabros de clase alta con mucho poder adquisitivo y sin mayores ocupaciones que entregarnos a la vida, nos conseguimos una botella para ver que tan maldito es este licor y porqué estuvo tan de moda entre los lolos del 1890.

Para lo que cuesta la botella no cuesta nada ponerle una etiqueta mejor

Las dos formas más fáciles de conseguir una botella de absenta es comprar una vía www.absenta.cl o, si vives en la Quinta Región, comprarla directamente en el bar Verde Absenta de Valparaíso, un local dedicado a este licor. Nosotros tratamos con la primera, pero no hubo caso debido a que la gente de absenta.cl tiene una producción limitada y al parecer no tenían mucho stock. Con la segunda opción nos fue mejor y pudimos conseguir absenta «clásico» de gloriosos sesenta grados, es decir, el conocido anisado de color verde. Además de la botella, en el lugar  recibimos las indicaciones de como prepararla y nos dijeron que tratásemos de no tomarnos más de cuatro y que, por nada del mundo, nos empinásemos la botella.

Con altas  expectativas, el comité somelier de esta página de cuicos bohemios se preparó para degustar el absenta, cumpliendo con todo el ritual porque, como algunos sabrán,  la hueaita no es nada al lote. Por cada onza (50 ml) de licor, hay que agregar de cuatro a cinco onzas de agua, dicho de otro modo, por cada tapita de absenta hay que ponerle cinco tapitas de agua para diluirlo un poco, mal que mal son 60 grados. Si uno quiere, le puede poner un cubito de azúcar para cumplir con todo el ritual, pero a la larga no es una cuestión determinante.

Haciendo la maroma con lo que hay a mano

Para los que no lo han probado, el absenta tiene un sabor muy similar al anís -obvio-, al arak árabe y el ouzo griego y, tal como este último, cambia de color cuando se le agrega agua poniéndose más turbio. No tiene un mal sabor, pero digamos que al rato puede hostigar, sobretodo a aquellos que están más acostumbrados a los destilados, además, es un licor sumamente perfumado y hay a quienes tanto olor les molesta a la hora de empinar el codo. No obstante, si puedes pasar por alto estos detalles, no te vas a arrepentir porque, a diferencia del pisco/vodka/ron no te deja empachado y el emborrachamiento es más progresivo y pausado. O sea, no te pasa esa cuestión de que  te paras a cambiarle el agua al pájaro y te llega el combo de una.

Con respecto al hada verde, supuestamente  a los dos primeros tragos, nuestros sentidos habrían de agudecerse y nuestra percepción de las cosas se alteraría. Al final, me terminé tomando ocho y no pasó nada. Claro que me curé y luego me dio un bajón terrible pero el hada verde no apareció por ninguna parte. Puede ser que me haya faltado sugestión o algo semejante, pero no sufrí nada más que una borrachera. Cierto es que fue una buena curada, paulatina, relajada y sin caña, pero aparte de eso nada más. Algunos dirán que no me pasó nada porque el absenta actual no trae tujonas, cuestión que es mentira porque las tujonas siguen igual de presentes en el licor, tal como lo hacían hace un siglo.

Sumamilaire poniéndole weno

Dicho de forma sencilla, las tujonas son un compuesto químico presente en la planta artemisia absinthium -y por el consiguiente en el absenta- y que se hicieron conocidas porque se dijo que generaban  alucinaciones, cuestión que a la larga no era verdad. Lo cierto es que las tujonas en grandes cantidades pueden ser letales entonces, más que producir alucinaciones pueden provocar la muerte, por lo tanto, se ha regulado su presencia no sólo en el absenta sino que también en otros licores como el bitter y la menta, para evitar consecuencias trágicas relacionadas con su consumo.

En definitiva, curarme con absenta fue una buena experiencia. Eso si, estuvo bastante lejos de de la experiencia religiosa que auguraron quienes me vendieron la botella. En ese sentido, el precio de la botella puede parecer un poco exagerado -casi 15 lucas-  si no produce nada del otro mundo, por lo que la curiosidad puede salir media salada. Sin embargo, hay que tener en cuenta que es un trago rendidor así que, si se compra entre hartos sale a cuenta.

Comentarios publicados en "Gourman on tour: la Feé Verte"

¡Deja el tuyo!