Descifrando «La Muerte de Pinochet»: entrevista con los realizadores

Publicado por Fernando Pérez G.

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Por Fernando Pérez G.

Perut y Osnovikoff. Apellidos extraños en Chile, bastante alejados del común nacional. Pero esa lejanía no les ha impedido a Bettina Perut e Iván Osnovikoff, hacer trabajos documentales que tocan temas populares, parte de lo más profundo de nuestra identidad.

Sucedió con «Un hombre aparte» (2002), su primer trabajo propio. Un film sobre un español radicado en Chile y sus intentos por ser millonario. Antes ya le habían agarrado el gusto a la producción y a la dirección con «Chi-Chi-Chi-Le-Le-Le Martín Vargas de Chile» (2000), bajo la supervisión de Silvio Caiozzi.

Después vendrían un par de proyectos más que los destacarían como una dupla ícono de esta nueva generación de documentalistas chilenos, como «Noticias» (2009), un documental de observación que utiliza el detrás de cámaras de los noticieros de televisión para contar  la historia detrás de la historia.

Pero lo que los tiene en la noticia desde la semana pasada, es el documental que estrenarán el 1ero de septiembre, titulado «La muerte de Pinochet». El nombre ya dice algo. El trailer (que abre esta nota), un poco más. Y ellos dos, mucho más aún.

Han pasado casi 5 años desde la muerte de Pinochet. ¿Cuándo nació la idea de este documental y cuánto tiempo han invertido en él?

Estábamos empezando el rodaje de «Noticias», en diciembre de 2006, cuando un día domingo nos enteramos de que a Pinochet lo habían internado de urgencia en el Hospital Militar. Partimos para allá, y como ya veníamos grabando con un estilo de registro y punto de vista definidos, logramos crear un material sólido, que cubrió los hechos más importantes pero con nuestra marca cinematográfica. Considerando que grabar hechos que están ocurriendo, «en caliente», y hacerlo con precisión, es muy difícil, creemos que el resultado es bueno. La decisión final de usar ese material en una película específica sobre la muerte de Pinochet la tomamos en 2008.

Cada uno de sus documentales ha tenido un sello especial. En «Un hombre aparte» (2002) miraban la historia de un solo personaje. En «Noticias» (2009), retrataban a todo un grupo de personas. ¿Cuál es la impronta que distingue a «La muerte de Pinochet» de sus anteriores trabajos?

«La Muerte de Pinochet» es claramente una película más narrativa y lineal que “Welcome to New York” y “Noticias”, con construcción de personajes, entrevistas a cámara y mucho ritmo. Los personajes los definimos dos años después de las grabaciones originales, buscándolos en el material. Y tuvimos mucha suerte porque los cuatro que nos parecieron interesantes resultaron serlo. Cada uno de ellos tiene una metamorfosis al interior de la película, todas muy surrealistas, lo que nos permitió ir mucho más allá de la cuña periodística para lograr, por ejemplo, empatía con un alguien que admira hasta el día de hoy a Pinochet, lo que no es nada de fácil.

Pero por otro lado están presentes muchos de los elementos que caracterizan nuestros estilos cinematográficos: la mirada desafectada, el humor y el sarcasmo, la preocupación por el encuadre y la fotografía, la conciencia de lo sonoro, etc. Las entrevistas son puestas en escena donde, por ejemplo, la artesana en flores Otilia Carrillo aparece permanentemente  rodeada de decenas flores. Siempre que usamos los clichés del cine documental (entrevistas, voz en off, etc.) lo hacemos evidenciando el cliché, cuestionándolo, tanto en lo formal como en los contenidos. Por lo tanto, al igual que en el resto de nuestros trabajos, estamos siempre poniendo el tema de la representación cinematográfica en juego.

Los temas del Golpe de Estado y de Pinochet ya los habían tocado antes en «El astuto mono Pinochet contra la moneda de los cerdos» (2004), aunque de una manera muy particular y menos directa que en este nuevo film. ¿Tienen alguna preferencia o los tocan estos temas de manera especial y/o personal?

Los temas van apareciendo circunstancialmente. Para nosotros hay una continuidad que es nuestro punto de vista,  la mirada que compartimos sobre el mundo, y que se va a apropiando de diferentes submundos en cada película.  El tema de Pinochet y Allende surgió también casualmente en uno y otro caso y la verdad es que en principio nos producía distancia porque es en torno a lo que giró durante mucho tiempo el stablishment del cine chileno.

Ahora, en los dos casos nos terminamos por interesar porque, primero, es un tema que nos cruza transversalmente y por lo tanto es una fuente intensa de material.  Y por otro, es un campo en el cual podemos entrar en polémica directa con las formas tradicionales de representar la realidad, la historia, lo conflictos políticos, etc.

¿Cómo se documenta un tema tan polémico y divisorio? Es decir, ¿cuáles son los principales riesgos de trabajar con la figura de Pinochet?

De partida, las palabras documental y documentar a nosotros nos dan urticaria. Primero por la división ficción/realidad que intentan producir, donde la ficción supuestamente es más artística y el documental más informativo, con todas las limitaciones creativas que a partir de eso se intentan generar. Para nosotros todo es cine, y ya sea con personas y situaciones reales o con actores y recreaciones, el desafío siempre va a ser el mismo. De hecho, creemos que lograr consistencia artística con hechos que están ocurriendo y que uno no puede controlar, tiene niveles de dificultad que no se dan en lo que se suele llamar ficción. Y por otro lado, tanto en uno como en otro caso, los niveles de inevitable deformación de realidad son similares. Lo que llamamos ficción es tan documento como lo que llamamos documental, y lo que llamamos documental es tan ficcional como la ficción. Todas son películas y algunas son más y otras menos significativas.

Yendo a la pregunta, el principal riesgo es que la necesaria toma de distancia para enfrentar el tema sin caer en los clichés de siempre, es que por no ser condenatorio, se pueda pensar que nosotros estamos siendo condescendientes con la figura de Pinochet. Que no es el caso, para nada. Lo que pasa es que nuestra película no es sobre Pinochet, sino sobre como reaccionó un país, o una ciudad, ante su muerte, como personajes de carne y hueso viven ese proceso, con todos los matices. No como se vivió en la capilla de La Moneda ni en el Club de La Unión, donde “los grandes personajes” soltaron sus “grandes frases”. Sino como un militar retirado, una vendedora de flores, un ex conscripto de izquierda y un estacionador de autos viven ese proceso. Y con todos sus matices, porque la vida real no es solemne: es trágica, cómica, seria, ridícula, y entre otras cosas, solemne.  Esa es la mirada que para nosotros permite entender mejor las cosas. Y en esa mirada hay un riesgo de que te acusen de pinochetista, de comunista y de muchas otras cosas al mismo tiempo.

En el trailer lanzado la semana pasada se pueden escuchar frases muy fuertes como «comunistas, maricones, les mataron los parientes por hueones». ¿Cuál es el criterio para el montaje final, para dejar o quitar imágenes o audios de este tipo?

Para nosotros, una película no es un video institucional ni un álbum de familia donde tengamos que estar protegiendo o adornando la imagen de los personajes que aparecen en ella. Al contrario, es una oportunidad para dar cuenta de cuales son las fuerzas que circulan, por muy chocantes que estas sean. Hay gente que grita ese tipo de cosas como también hay gente que descorcha botellas de champagne por la muerte de Pinochet, y eso es lo que pasó. Eliminar algo porque es demasiado fuerte no es parte de nuestro estilo. Si el material es plásticamente sólido, si los textos son significativos y contribuyen a la construcción de la obra. Esos son los criterios que guían nuestra selección.

¿Qué buscan y cuáles son sus expectativas con esta película?

El lanzamiento del trailer generó una reacción masiva en Internet con más de 50.000 visionados sólo en Vimeo, y una cobertura de prensa generalizada. Esto nos llevó a tomar conciencia sobre el potencial de interés público de la película y estamos trabajando para tener un estreno nacional simultáneo el 1 de septiembre en la mayor cantidad de salas posible. Ya tenemos cerradas salas en Santiago y estamos avanzando en Valdivia, Concepción, Valparaíso-Viña, y Antofagasta. También nos gustaría mucho estar  en Iquique, Copiapó, La Serena-Coquimbo, Rancagua, Talca y Temuco, entre otras ciudades.

Paralelamente estamos planificando la producción del DVD para su lanzamiento inmediatamente después del estreno en salas, el que estará a la venta en nuestro sitio web (perutosnovikoff.com) junto con el resto de nuestra filmografía.
Así que invitamos a toda la gente a la que le gustó el trailer a ver la película porque no se van a arrepentir.

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