Por J.R.M. / Fotos por il_tommy

Hoy vi pasar a un grupo de estudiantes por fuera de mi casa, de puro entusiasta me metí a la marcha. Estudié en un liceo y me formé bajo el alero de una educación municipalizada deplorable, estoy actualmente endeudada después de haber estudiado en una universidad con crédito fiscal y soy habitante de la comuna de Providencia, las medidas tomadas por el Alcalde Labbé me parecen discriminatorias y terribles, pero no se qué más se puede esperar de un UDI ex miembro de la DINA.

Cuando llegamos al frontis del edificio, me emocioné con la cantidad de padres, familias, niños y adolescentes que protestaban de manera pacífica, tomándose la calle Pedro de Valdivia. En un momento todos levantaron el dedo de al medio, fue la señal más violenta que pude observar. En ese instante se me acercó una señora rubia, típica habitante de Providencia a increparme: ¡Váyase a estudiar!,’  me gritó. La miré y le dije: no soy estudiante, estoy aquí porque soy de la comuna y me parece una vergüenza que el alcalde prohíba que otros chilenos puedan estudiar libremente. La señora no me escuchó y siguió diciendo, ¡váyase a estudiar! A lo que le respondí: señora no sea fascista, ella me dijo: soy demócrata cristiana.

En ese momento la señora se enojó y se puso más violenta. Y ahí no aguante la rabia y le grité: ¡por gente como usted me da’ vergüenza’ vivir en este país facho! pasó un minuto y alguien me agarró violentamente del brazo, me dio vuelta y me gritó: ¡no tienes derecho a tratar así a mi esposa!. Acto seguido 10 personas, todos adultos, se metieron a defenderme, ¡es una niña! gritaban, ¿cómo se te ocurre tratarla así?, ¡no a la violencia!, fueran algunas de las palabras que escuché.

Al rato llegó una periodista de La Segunda a preguntarme ¿qué había pasado? Le dije que hace años que no era estudiante y le conté todo calmadamente. Mucho antes de que empezara cualquier conflicto con carabineros me fui.

Ahora leo el diario y encuentro toda la versión tergiversada de lo que ocurrió, con párrafos dignos de una película de ciencia ficción:

(Foto: recorte diario La Segunda. Lee lo publicado acá)

La Segunda: “El encendido ambiente despertó la molestia de algunos vecinos: ¡váyanse a estudiar de una vez por todas! Gritaba una vecina, que de inmediato recibió de vuelta un ¡cállese vieja fascista!”“.

La verdad: La señora sólo se dirigió a mí con esas palabras, después de cinco minutos tratando de explicarle que estaba mal que estuviera en contra de los estudiantes, le dije que era una vieja facha.

La Segunda: “Un caballero salió en su defensa y los jóvenes comenzaron a empujarlo y a golpearlo con manotazos, gritándole también “viejo fascista””.

La verdad: No era un caballero, era el esposo de la señora, quien me agredió con violencia, me agarró del brazo y me amenazó. La gente, en su mayoría apoderados, sólo se metieron a separarlo de mí y decirle, qué cómo se le ocurría intentar pegarle a alguien con menos fuerza que él.

La Segunda: A esa altura comenzaba’  a intervenir el carro lanzaaguas frente al municipio.

La verdad: Me fui a las 11:10 am, asustada y chata por el nivel de gente que vive en esta comuna. La marcha recién estaba empezando y no se había formado ningún conflicto con carabineros, quienes ni siquiera se metieron para ayudarme, porque no se dieron cuenta.

Después de todo este show estoy totalmente segura que Labbé nunca dejará de ser alcalde, porque la vieja fascista representa la mentalidad del 60% de hombres y mujeres de Providencia que hace más de 15 años lo siguen reeligiendo con amplia mayoría.