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10 cosas que hemos aprendido del movimiento estudiantil

Publicado por disorder.cl

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Por Vadim Vidal / Fotos: Pateandopiedras, Fabsy_, Uni2.cl, Charlancastor, Solorie

1. Todo lo sólido se desvanece en el aire

Estaba en nuestra biología; ni el más optimista pensaba que se iba a poder lograr un cambio importante movilizándose. Vayan 4 meses atrás y recuerden qué les dictaba su sentido común. De hecho todo comenzó como una protesta por el endeudamiento y en cosa de semanas se convirtió en un movimiento reformista sin precedentes. Incluso, si la mesa de diálogo fracasa, los estudiantes como mínimo habrán logrado bajar la tasa de interés de los créditos en cuatro puntos, un uno por ciento más de PIB en materia educacional y la desmunicipalización gradual de los liceos municipales. Eso es un gol de Messi a estadio lleno. Y una bofetada a los escépticos que siempre tienen muy buenas razones para justificar el inmovilismo.

2. Los moderados de hoy eran los extremistas de ayer

No es que el movimiento haya moderado sus posturas, es que el escenario político cambió. Tarde o temprano se va a discutir una reforma tributaria y los que llamaban a los muchachos a no subirse por el chorro por pedir más tributación de las empresas van a tener que ir con una llave maestra a intentar cerrar el grifo. Hoy ya nadie siente que sea un disparate pedir educación gratuita, de hecho es una vergüenza no haberla exigido antes. ¿O no se les cae la cara cada vez que le explican a un extranjero (cualquier extranjero) lo aberrantemente cara y segregada que es nuestra educación? En materia educativa el país se izquierdizó. Y eso es Maradona contra los ingleses.

3. La “calidad” es la excusa para dejar todo tal y como está

Como no se puede medir con exactitud (hay índices, pero todos cuestionables) es el mejor argumento para mantener el statu quo. Por lo demás quienes la esgrimen como “centro” del debate probablemente vienen de buenos colegios y han tenido todos los estímulos ambientales y culturales a la mano (algo para nada criticable), los que les da una superioridad moral para proponer para los demás lo que les sirvió a ellos, la manida “excelencia”. Como si el contexto educativo no contara para nada. Además resulta curioso que un gobierno de derecha quiera consagrar algo tan ambiguo como la calidad en la Constitución y regularlo con burocracia, o sea, con una superintendencia. Hay una instancia que vigila a los bancos, y los banqueros hacen lo que quieren, y otra que vigila a las Isapres y ni les cuento por dónde se la pasan.

4. El problema es el mercado, estúpido

Cuando los dirigentes secundarios y universitarios hablan de ambigüedad en las propuestas del Ministerio, se refieren al punto anterior. Lo que se busca es algo bien concreto: rescatar la educación de manos del mercado, todo lo demás es verso. Que el Estado se haga cargo de algo de una puta vez y entregue una educación pública, laica y gratuita. ¿Suena a panfleto? Pues a mi me parece mucho más rancio aquello de la “calidad y la excelencia”.

5. Los profesores son el Diablo

¿Alguien se ha tomado el tiempo de preguntarle a Gajardo (sí, a Gajardo, es el presidente del gremio, qué se le va a hacer. A mi no me gusta Piñera así que estamos empatados) el por qué de su negativa a la evaluación docente? Porque resulta que los profes son el diablo del cuento. Piénsenlo así: ¿ustedes darían todo de sí en una pega mal pagada, en un ambiente laboral endemoniado y con un país colmado de genios que te dicen cómo tienes que hacer tu pega? Cuando se habla de subir los sueldos del sector público para atraer a los mejores, nadie piensa en el magisterio. Si para los ingenieros comerciales funciona (“invertir” en sus pródigas mentes para subirle el pelo al Estado), ¿por qué para los profes no?

6. Los derechistas salen del clóset rápidotaza

Si antes se escudaban confesando ser “independientes” o “a-políticos”, bastó una sola manifestación masiva para que aparecieran como hongos después de la lluvia. Con argumentos básicos que fueron derivando al filo-fascismo rápidamente. No escatimaron en nada: la misoginia, la paranoia anti comunista (si la izquierda pudiera movilizar tanta gente Piñera no sería Presidente) y finalmente las amenazas y la violencia. Pasando por una cantidad de frases célebres que se deberían recopilar; desde los inútiles subversivos de Larraín hasta culpar al marxismo como lo hizo Labbé. Punto aparte para las amenazas de la ex funcionaria pública Tatiana Acuña, la valentía a toda prueba de @1topone1 (José Luis Alonso) y los retuiteos mal intencionados de @derechatuitera. No es malo ser de derecha, lo que alarma es que pasen de la apatía a la violencia verbal y matonezca tan rápido.

7. Ojo, la policía dispara al bulto

Miguel Millacura, el carabinero que hirió de muerte al menor de 16 años Manuel Gutiérrez, hizo lo siguiente: llegó a reforzar a un contingente que dispersaba a un grupo de manifestantes, disparó en diagonal hacia dónde se encontraban estos, repuso las balas que utilizó con cargas propias y después limpió el arma para no dejar rastro. Perdónenme pero eso no parece un accidente, parece un método. Muere mucha gente de balas perdidas en Santiago, en barrios repletos de narcos, hay asaltantes disfrazados de policías en la prensa roja y ahora sabemos que hay carabineros que tienen balas calibre 9mm en sus casas y que las reponen para ocultar disparos. ¿Todo calza?

8. Hay que ser un poco artista

Esta idea se la escuché a Antoni Gutiérrez-Rubí en el Blogpower de este año: para que una protesta se visualice, hay que mezclarla con el ingenio y la creatividad en lo que bautizó como “Artivismo”. Cuando yo era universitario nuestras ideas de manifestación era marchar detrás de pancartas, hacer un par de gritos divertidos y escapar a la primera lacrimógena. ¿Habría sido todo lo mismo de no haber habido un Thriller masivo, o la besatón, o las 1800 horas alrededor de La Moneda, o yodebo.cl, o… tantas otras cosas? Probablemente no. Las causas que movilizan gente son siempre nobles (los truhanes actúan escondidos), las que detonan en grandes cambios tienen algo de acción de arte.

9. LUN no importa nada

Ya lo sabíamos, pero queda ratificado. Para el hijo picarón de los Edwards el movimiento estudiantil ha sido básicamente los devenires de la dirigenta más reconocible; si mueve la colita, si tiene pololo, etc. Es su negocio y si alguien busca informarse por ahí, el que está perdido es él. Pero si bien la superficialidad no es inocente, es menos burlona que la “imparcialidad” de los diarios serios. Ahora nos quedó claro que para informarse de lo que pasa en Chile hay que leer diarios de afuera. Desde periódicos de Inglaterra hasta prensa argentina. De hecho muchas de las mejores crónicas del conflicto las escribieron plumas nacionales para diarios de afuera. Lo que habla muy bien de nuestra industria. El 2008 el diario Clarín de Argentina vio que la popularidad de los Kirchner venía a la baja y en una fría maniobra de mercado les empezó a dar duro. Acá el gobierno está en el suelo, pero la lógica de mercado no opera en los medios que defienden el mercado. Todo lo contrario.

10. ¿Hay que inscribirse en los registros electorales?

Hacer una mesa de diálogo con la venia directa del Presidente y televisar lo que se debate no se entiende si no es por la desconfianza en las instituciones políticas. Y con justa razón, fue el poder Legislativo el que pervirtió todo lo logrado (que tampoco era mucho) en la comisión del 2006. Legislaron para sí y a puertas cerradas. Jackson, Vallejo y compañía fueron a la comisión de Educación del Senado y a la primera que vieron sentadita en la mesa fue a la senadora designada Ena von Baer, alguien por quien nadie votó que se dedicó desde el minuto cero a defender el lucro. Todo el movimiento se ha tratado sobre bypassear el establishment político para lograr cambios reales. ¿No es contradictorio entonces que algunos bien intencionados llamen a inscribirse en masa para cambiar el sistema “desde adentro”? El sistema fue pensado por Jaime Guzmán y sus acólitos precisamente para este tipo de contingencias, para detener cualquier reforma estructural. Pongámoslo así, un chico del Lastarria el 2013 va a tener la gran responsabilidad de cambiar los destinos de la patria eligiendo entre Soledad Alvear y la misma Ena von Baer. Terminar con el binominal es la batalla que hay que dar.

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