
Texto: Rodrigo ‘Yoyo’ Cortés / Fotos: Karin MD
Viernes. Una llovizna cae sobre La Florida, pero mojarse es lo que menos le importa a los fanáticos que van llegando al Estadio Bicentenario. Pasa que hoy se verá un show esperado por largo tiempo, uno de los grupos mas originales que surgió de la oleada del metal noventero: System of a Down,
Todo empieza con Prison Song, proveniente de su segundo disco: Toxicity (2001), el publico immediatamente se prende y corea con entusiasmo. Luego siguen con B.Y.O.B (Mezmerize, 2005), donde comienzan a volar los primeros codos y rodillas; lo que llega a una primera catarsis mediante el doblete Needles + Deer Dance, esta última coreada por todo el recinto. Esto sería, entonces, la tónica que definiría la noche: violencia en extremo, pero siempre en el ámbito del compañerismo y la diversión. Sucede que el publico que hoy se encuentra en La Florida es, tal vez, uno de los mas variados que se ha visto en los conciertos de los últimos años: abarcando los típicos chascones thrashmetal, hiphoperos, saldos de aggrometal noventeros y pendejas bastante ricas que rozan lo ilegal.
Van pasando los hits y Serj Tankian ””que además, comparte su labor de canto con el guitarrista Daron Malakian, de inquietantes ojos y labios pintados, quien se ocupa de las canciones mas suaves como Lonely Day”” con la luna iluminándolo, alza su voz para proclamar contra los milicos chilenos y Henry Kissinger: uno de los artífices del Golpe Militar en Chile. Gran gesto. Paralelo a esto, en las pantallas grandes se proyectaba un cartel gigante que estaba colgado contra la rejas y que tenía pintado: ‘Fuerza estudiantes’. Esto generó la ovación de casi todo el estadio. Los únicos que no aplaudieron fueron los fachos de siempre, esos que no tenía otra que agachar el moño y masticar el momento.
A todo esto: claramente influenciados por Rage Against The Machine y su discurso contra el neoloiberalismo, System incluye en su sonido referencias del punk rock de los Dead Kennedys y The Adicts, estos últimos, precisamente en la voz de payaso que en ocasiones Tankian ocupa en las canciones mas enrarecidas. El ripio: en el concierto estas no fueron tan bien logradas como las de la vertiente del lado gutural que homenajea directamente a Cannibal Corpse, las que fueron impecables y poderosas.
Llegamos a la última parte del show y SOAD se arriesga al recordar canciones clásicas como Suite-Pee, War (en esta se desarrolla uno de los mosh más violentos que se han visto en conciertos de este tipo), Toxicity y Sugar, la que cierra el show con todo el estadio delirando y agradecido. Si bien no hubo bis, el núcleo del show fue variado, destacando, la acertada iluminación y parafernalia (excepto por las pantallas que fallaron en algunas canciones), un sonido a la altura de un espectáculo como el de los armenios; más una batería demoledora de John Dolmayan, un bajo aplicado y correcto de Shavo Odadjian y una guitarra y voz esquizoide de Malakian. El setlist, además, incluyó pasajes de cada uno de los discos ””menos el de b-sides y rarezas: Steal this album!””: canciones como Question!, Suggestions, Forest, Psycho, Chop Suey o Aerials, por nombrar los momentos mas altos de la noche.
Lo unico reprobable fueron los malditos pacos que andan mas idiotas que nunca, usando el guanaco en el ingreso, sin necesidad alguna y al terminar el show haciendo mas díficil la salida. En síntesis: En algunos momentos de System of a Down en Chile fue como estar marchando en a una protesta estudiantil, pero sin musica andina ni molotovs. Eso sí, Camila Vallejo es más atractiva que Daron Malakian.



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Publicado por disorder.cl
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