Por Camilo Salas / Fotos por Rosario Oddo
10 horas antes de lo último que recuerdo me bajé de un bus. Partió desde Santiago y todo estuvo bien, salvo la calefacción en exceso, y las paradas en exceso. Llegue un Jueves a primera hora, y logré lo que se debe hacer en un festival de cine: ver las putas películas. Vi unos cortos de las escuelas de cine, un documental de policías italianos, «La Hija» y un documental de Bob Marley que fue la mofa de mi circulo de amigos, y que no valió la pena, salvo un par de imágenes de la época, pero ya hablaré de las películas.
Quizás lo menos interesante de mi primer día ‘ en el FICV 2011 fue que entre medio pensamos en un documental que siga los festivales del mundo. Imaginamos un registro para la posteridad y para el espacio exterior que muestre los actos culturales de toda humanidad, sea música, arte, plástica o cualquiera, pero siguiendo esta regla: un festival o carnaval al día y hacerlo por un año. Si alguien lo hace antes que yo, la pateadura merece otro documental. Toda esta historia se conecta con el FICV 2011 porque mucho de lo que vi es documental, sesgado hacia la contingencia, menos mal.
Hay divergencias entre ver «Actores Secundarios», que se pudo ver el miércoles, y el documental «Del Poder» que se presentó a las 14 horas en la tibia sala de la Universidad San Sebastian de Valdivia. Trata de como la policía italiana masacra a golpes a los manifestantes en una revuelta contra el G8, en pleno año 2000. La policía del país de Berlusconi es peor que la nuestra, y no es que los nuestros tengan defensa en materia de abuso de poder, y lamentablemente los excesos ocurren en todos lados. Creo que un documental como «Del Poder» seria capaz de hacer caer al director general de Carabineros en Chile, lo que funciona como un acto democrático pleno, pese a que abusos así ocurren todos los días y no siempre hay cámaras cerca.
Todo lo anterior me lleva a otro punto: el documental. Sucede que mucho de lo que vi esta en ese formato, desde los cortos de las escuelas de cine (donde brillaban «Titanes«, de la chile, por su excelente fotografía y dirección, y «Memorias del viento» por documentar -otra vez- la historia de un hombre en vías de ser ciego y la afición de su padre a documentar todo en fotografías, lo que constituye una gran contradicción) e «Hija» que cuenta la historia de una madre y su hija-directora quien documenta el viaje de ellas en busca de las raíces que comparten y, lamentablemente, no encuentran. «Hija» es interesante, sobretodo para los estudiantes de cine que verán en ella un excelente manual de como hacer una película, paso por paso, con comentarios detrás de escenas, sombras que son el camarógrafo y el audio, y una directora-actriz que comanda a su madre como alguna vez fue dirigida ella a menor edad.
Ademas del cine, el FICV siempre plantea una interesante vida nocturna y se ha creado, a través de los años, una circuito de bandas en vivo y locales que esta versión también mostró. Anoche Follakzoid, Vapourboat y Temporal fueron los grupos en vivo, mientras en Rock nGol se presentaba Sexual Democracia y Diego Peralta hacia gritar la guitarra en Guz Guz. El festival es tan universitario que da gusto, y mientras haya cultura y ‘ juventud el FICV seguirá adelante con todos sus excesos.
Lo mejor es que de hacerse el documental del que hable antes, FICV seria un capitulo importante.
Publicado por Camilo Salas
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