William Duvall no destiñó. Si era como cerrar los ojos y escuchar a Layne.

Por Francisco Campos / Fotos: Feeeik

Cuando uno va al concierto de un grupo que se presenta por primera vez en Chile, siempre hay algo de dudas, pues resulta sumamente complicado sacarse de la cabeza la posibilidad de que aquello que esperamos con tantas ansias sea un fiasco y que las expectativas terminen traicionándonos.

Ahora que estamos viviendo un boom de conciertos de artistas noventeros – Pearl Jam, Alice In Chains, Hanson (?) y otros – , uno no quiere que la ÚNICA PERRA VEZ en la que podrá ver a esos grupos, las cosas no salgan como deberían ser.  Además, como no dudar, si la última vez que había estado en el Club Hípico tuve atados hasta para ver la pantalla, porque ese lugar de mierda es para caballos, no para personas. Afortunandamente, Alice In Chains estuvo muy lejos de ser un fiasco. De hecho, fue todo lo contrario y el resultado fue un show de antología, de esos que van a quedar en la memoria por muchísimo tiempo.

Apenas salieron los músicos al escenario quedó claro que no había nada que temer. Desde el primer minuto demostraron cercanía y calidez con el público y se preocuparon de hacer el show que sus fans querían ver. No se fueron con chicas y partieron puntualmente a las 19:03 con «Them Bones», ganándose al respetable de inmediato. Nadie paró de gritar hasta los últimos acordes de «Would?» a las 20:38.

Fue un concierto perfecto y no lo digo porque sea una de mis bandas favoritas, mas bien todo estuvo la zorra: el sonido, el setlist, el ambiente, el caregallo ya no picaba tan fuerte -corría vientecito a esa hora-  y la disposición de AIC a darle en el gusto a sus fans y a regalonearlos con las canciones que ellos querían escuchar. Y lo mejor, se veían felices y satisfechos arriba del escenario, cuestión que se notaba desde lejos. No estaban ahí sólo por cumplir, como ha pasado muchas veces.

Jerry Cantrell, el alma de Alice In Chains.

Puede que hayan faltado un par de temas como «Bleed The Freak», «Grind» o «Heaven Beside You», pero decir que la cosa no estuvo buena sólo por eso me parecería una exageración sin sentido. Si hasta sorprendieron a muchos incluyendo en el setlist «Last Of My Kind».

Teniendo en cuenta que el show no podía durar más de una hora cuarenta porque el maricón con tetas de Chris Cornell – que aunque se ponga la camisa leñadora no volverá a ser jamás lo que fue antes del Euphoria Morning – tenía que empezar a dar la lata inmediatamente después.

Además, no se puede pasar por alto la presencia de Phil Anselmo y la participación de Duff McKagan en «Rooster», algo que no se puede ver todos los días.

Aunque fue una noche memorable, no todo puede ser perfecto. Sigo insistiendo que el Club Hípico es un lugar sumamente deficiente para eventos musicales masivos porque tiene pocos accesos, la mitad de la superficie es tierra, es oscuro y está lleno de hoyos que salen de la nada (?).  Además, la productora aportó con lo suyo,  cagando a miles de asistentes con los tickets de comida. Espero pronto olvidar que me tomé una Red Bull light para no quedarme con dos tickets que nunca pude cambiar por comida, ni siquiera pizza fría.

De lo que no me voy a olvidar es que Alice In Chains dio uno de los mejores conciertos que he visto en mi vida y que, aunque su hora haya pasado hace mucho, demostraron que su nivel y calidad están intactos, porque al final eso es lo que importa. Es de pelotudos medir un concierto de rock en base a las patadas, los golpes y empujones, la sangre, el mosh, los combos que pegaron o la rudeza del ambiente. Yo mido el nivel de un concierto en base a la satisfacción que siento cuando se apagan las luces y Alice In Chains me dejó infinitamente satisfecho.

SETLIST

·  Them Bones
·  Dam That River
·  Rain When I Die
·  Again
·  Check My Brain
·  It Ain’t Like That
·  Your Decision
·  Got Me Wrong
·  We Die Young
·  Last of My Kind
·  Down in a Hole
·  Nutshell
·  Acid Bubble
·  Angry Chair
·  Man in the Box

Encore:
·  Rooster (con  Duff McKagan)
·  No Excuses
·  Would?