Por Francisco Campos

Los cuentos infantiles han evolucionado con la humanidad. Ya no están los tiempos para contar historias sobre princesas y dragones, ahora las preocupaciones son mucho más mundanas, cotidianas y cercanas a la infancia y a la adolescencia. Sin embargo, muchas de esas historias rompen las barreras etarias y no solamente pueden entregar valiosas lecciones a los niños, sino que muchas veces estas calzan perfectamente para los no tan jóvenes. De esos cuentos, hemos elegidos los mejores que, para nuestra suerte, están maravillosamente animados, dos de ellos por el maestro Chuck Jones.

El oso que no era – Frank Tasling

Un oso se va a hibernar y, cuando despierta, se da cuenta que todo su bosque ha sido arrasado y que en el lugar en donde habían árboles, ahora hay una fábrica. Confundido, el oso se levanta a ver que sucede pero, una vez que entra en la fábrica es confundido con un trabajador, sin embargo, nadie le cree que efectivamente es un oso y finalmente lo ponen a trabajar como si fuera un obrero más.

Aunque a momentos el cuento se pone confuso, la enseñanza que busca dejar Tasling es clara: el progreso es enemigo del medio ambiente, por mucho que digan lo contrario,’  y que uno siempre tiene que tener muy claro quien es y de donde viene, sin importar lo que te diga el resto.

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Donde viven los monstruos – Maurice Sendak

Max, un niño que se portaba pésimo,’  es castigado por su mamá y es enviado a la cama sin comer, luego de llamarlo monstruo. En su pieza, Max imagina un mundo lleno de monstruos terribles,’  en el cual es el rey y se divierte con los monstruos, no obstante, en un momento Max siente el olor a la comida que lo espera en casa y decide abandonar esta tierra de monstruos y volver a su casa a comer y fin del cuento.

Aunque muchos traten de buscarle las cinco patas al gato, sobretodo del hype que se armó alrededor de esta historia después de su adaptación al cine, Donde viven los monstruos no tiene otro trasfondo que decirnos que, muchas veces, los malos se salen con la suya y que el castigo no siempre es algo malo, al mismo tiempo’  que señala que, en la intimidad, podemos ser quienes queramos, aunque se trate de monstruos.’  Además, Sendak le deja muy claro a los niños que no hay límite alguno para la imaginación.

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El Punto y la Línea – Norton Juster

Una vez, una aparentemente aburrida Línea Recta, se enamora perdidamente de un Punto. Sin embargo, El Punto se encontraba muy interesado en una Línea Garrapateada, sin prestar atención a la Recta por considerarla fome. La Recta cae en una profunda depresión por culpa de este amor no correspondido pero, cuando pensaba que lo suyo no tenía remedio, se da cuenta de lo mucho que vale y de que, si confía en ella misma, puede hacer todo aquello cuanto se proponga.

El Punto, sorprendido por el cambio de la Recta, se da cuenta de lo vacía que es la Garrapateada y vuelve al lado de la Recta, dándose cuenta de lo maravillosa que es ella y de lo tonto que fue. La historia, desde una perspectiva superflua, nos dice que el término de una relación amorosa no es el fin del mundo. Pero, si vamos un poco más allá, nos dirá’  que los niños – o las personas en general – podemos hacer lo que queramos si somos capaces de valorarnos, querernos y confiar en nosotros mismos. Del mismo modo, por parte del Punto, Juster nos dice que que nunca es tarde para arrepentirse y enmendar los errores.

Uno de mis libros favoritos de toda la Bida.

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