
Por Camilo Salas / Fotos por Jaime Carrera
Cuando comenzó el show de Mayer Hawthorne, lo primero que dijo es que eso no era un concierto, era una fiesta. Tenia demasiada razón.
Ya íbamos en la segunda canción, «Gangsta Luv», y un tipo de anteojos se me acerca gritando «¡Se acabó la Zona!», mientras escupía. Impresiona que gente aun te recuerde por ser parte de un medio que ya no existe hace casi 2 años.
Va pasando la fiesta, que casi duró 2 horas, e impresiona darse cuenta que todo el mundo tararea las canciones. No se cuanta gente cabe en Amanda, tampoco puedo calcularlo, pero el lugar estaba bastante lleno y siempre me dio la impresión que todos cantaban. Un punto para Mayer.
Otro punto va para la banda que lo acompaña: son realmente secos. En el baño alguien me comentó que los fanáticos del Soul (los «Souleros» en palabras de mi interlocutor) encuentran que la banda de Hawthorne es la zorra. Cuanta razón tienen.
Otro amigo, baterista de un grupo que sacó recientemente un disco, y que se va de gira con su banda a México y Estados Unidos, describió el show explicando porque su música gana mucho en vivo, argumentando que esta todo-todo ensayado hasta el cansancio, desde los quiebres a los silencios, desde el momento en que canta el tecladista hasta cuando canta el público. «La caja -decía mi amigo- tiene un efecto que llena la sala». Concluimos que el baterista es un seco, y es quien más bajo perfil tiene dentro de la banda.
La primera vez que Mayer Hawthorne vino a Santiago (en Enero del 2011), cerró con un cover de Electric Light Orchestra, específicamente Mr. Blue Sky. Esta vez no hubo cover final, y realmente no fue necesario. Con su nuevo disco, «How do you do», bajo el brazo, el show ganó como loco.
Mayer Hawthorne es, definitivamente, una fiesta que debes seguir en vivo y en directo.
Para el 2013, Hawthorne debería visitar Chile nuevamente y ser parte de un festival grande. Se lo merece.
Publicado por Camilo Salas
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