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Columna: Aysén se enojó fiero

Publicado por Francisco Campos

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Por Francisco Campos D.‘ / Fotos por Jonathan Gómez S.’ desde Coyhaique

Soy hijo de una profesora de estado y de un empleado público.’  Llegué a Coyhaique en 1986, cuando no había ni taca-taca y tan sólo un par de calles estaban pavimentadas. No digo que mi infancia, o mi vida, hayan sido las más terribles, ni las más sufridas de todas, porque eso sería una patudez mayúscula, pero el aislamiento y la soledad de la Región de Aysén se sentía y eso se ha visto potenciado durante décadas por la indiferencia de las autoridades, las cuales han manejado la región como si fuera un fundo que se administra a la distancia, algo parecido a lo que hacían los españoles con Chile durante La Colonia. Desde que Chile es Chile, las determinaciones respecto del futuro de la región se han tomado pensando en la conveniencia del Gobierno central por sobre la de sus habitantes, quienes sufren día a día con el aislamiento, el alto costo de la vida, el difícil acceso a los servicios básicos y la falta de conectividad con el resto del país.

Estamos de acuerdo que no es la región más austral de Chile, porque todos sabemos que esa características corresponde a Magallanes. Sin embargo, no se puede dudar que, aunque Magallanes sea la región más alejada del centro político y administrativo del país, Aysén es la más aislada y la única en donde sale más a cuenta moverse hacia a Argentina que dentro de la misma región:

1) Porque es caro;

2) Es peligroso;

3) Toma mucho tiempo;

4) A veces simplemente no se puede.

No quiero asumir una parada de pobrecito, pero cualquiera que haya vivido allá sabe a lo que me refiero. Claro, yo tuve la suerte de salir, de conocer Chile y otros paises, y de poder estudiar afuera de la región, pero eso no significa que eso sea una cuestión corriente. ¿Sabían que Aysén es la única región de este puto país que no tiene una universidad regional? Para muchos puede parecer una cuestión sin importancia, pero me gustaría verlos yéndose a una ciudad desconocidad y viendo a su familia una o dos veces al año.

Además, han contribuido de gran manera la enorme cantidad de funcionarios públicos inoperantes, independiente del Gobierno de turno, que no tenían ni la menor idea de la situación de la región y cuyo nombramiento se debió exclusivamente al cuoteo o al pago de favores políticos. También han aportado su granito de arena diputados y senadores aparecidos y venidos de otras regiones, que han utilizado el cargo pensando exclusivamente en su carrera política o para resguardar sus intereses económicos. Me refiero a Zaldívar y a Walker, ambos DC, los cuales han hecho gala de lo peor que puede tener un político. Algunos dirán ¿Pero por qué los eligen? desgraciadamente, el nivel de rastrerismo y de guatadecallosis existente en la región es exactamente proporcional a su aislamiento.

Por lo tanto, queda sumamente claro que el movimiento social que poco a poco se está articulando en Aysén, es la respuesta a décadas de abandono, indiferencia e inoperancia. No se trata de un movimiento político, ni mucho menos está organizado desde Santiago, como señala el ministro Longueira, aunque claramente se va a producir un aprovechamiento político tanto de derecha como de izquierda. No obstante, se trata de un movimiento transversal que busca reivindicar a las 120.000 personas que se sacan la chucha día a día’  y tratan de salir adelante en el rincón más olvidado de este país, y sin el más puto beneficio.

La gente no pide más ni menos que lo que se merece, porque vivir allá no es ninguna gracia. Nadie pide que de un momento a otro el Estado subsidie todos los gastos y que de un momento a otro la vida sea como en Dubai. No, no seamos imbéciles. Nadie quiere nada gratis, ni nadie espera que le regalen todo, no obstante una ayuda mínima siempre es bienvenida. Además, tampoco esperamos que nos concedan autonomía ni que de un día para otra nos convirtamos en «la República Independiente de la Patagonia». No, no, no y no. Solamente esperamos que se tenga en consideración nuestra opinión. ¿O es que me van a decir que a algún habitante de Aysén le preguntaron si es que está de acuerdo con la construcción de las represas? Claramente no.

No seamos giles, aprovechemos lo que tenemos, pero aprovechémoslo para bien. Aysén es una región con un potencial enorme en todos los sentidos habidos y por haber (cualquiera que haya vivido allá sabe que quien venda un poquito se humo tiene un buen turro de plata asegurada, sino’  pregúntenle a la dueña del Café Ricer). Sin embargo, no se trata de una cuestión de plata, se trata de una cuestión de disposición del Gobierno. Se trata de hacer que la vida de quienes día a día se parten el lomo por hacer crecer la tierra que los acogió, sea un poquito mejor. No solo basta con copete barato, ni 4×4 al alcance de cualquier perhuétano (como lo hicieron al instaurar una suerte de zona franca). Se trata de una cuestión de dignidad, y eso es super sencillo de enteder.

Podrán reirse, creer que estoy exagerando, pensar que es una fantasía de gente que vive poco menos que en la Ciudad de los Césares, forrada en plata y con una asignación de zona grosera. Pero no cabros, aquí la cosa es como el EJE (?), para entenderla hay que vivirla. No obstante, agradezco el haber vivido ahí y y haber conocido a mis mejores amigos.

PD1:‘ ¿Que chucha, Zaldívar? Colorín hijo de’  17.000 kilómetros de putas. #yquewea #gratuito #laDCmelochupahastaquesemegaste.

PD2: El Mostrador la masca aun más.

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