Texto y fotos por Guillermo Scott

Llevo años pechando en eventillos, todo gracias al CEO de este pasquín que siempre me considera y termino siendo su +1. En este tiempo he visto de todo: eventos malos, otros con comida penca y muchos con cierta convocatoria clase B, pero lo del sábado en la noche en Valpo puede clasificar dentro de lo mejorcito. Muelle Barón es un lujo, la vista del puerto es imponente y si a eso le sumamos trago gratis, fuegos artificiales y carritos del Dominó, la experiencia se convierte en algo completamente recordable, que nos deja claro que Coca Cola Company tiene hartas ganas de gastar plata y, seguro, después recuperarla con creces.

La tremenda mesa con comida

La producción no dejó nada al azar. Había un mesón grande con muchas cosas para comer, desde cupcakes a bagels, mucha fruta y hasta shawarmas, pero la verdad es que comí poco, porque me enfoqué en combinar todos los sabores de estas aguas vitaminizadas con Vodka, conversar con amigos, conocidos y cuartear al ramillete de mujeres lindas que había. Quiero detenerme en eso y hacer un análisis fashion blogger: La moda se ha tomado por asalto este país, todas las mujeres demasiado producidas y con looks que ”“ según yo ”“ en 6 meses más se van a arrepentir de usar. Soy un convencido que la ropa es la pasta base de las mujeres.

Devendra acompañado por una guitarra de palo y la de su amigo

Del hipillo de Devendra no puedo decir mucho, solo que se parece demasiado a un amigo, que tocó con guitarra de palo y que dijo algo polémico y lo anduvieron pifiando. No lo pesqué mucho y tampoco al DJ Det de los Hot Chip, pero estoy seguro que ellos pincharon el «Pa-pa-namericano«, por favor que alguien me corrija esto.

Lo mejor de la noche fue mi encuentro con Eli Roth. Después de varios vodkas con agüitas, estaba hinchado como sapo y tuve que ir a mear al baño químico más elegante que he visto en mi vida. Era tan fino que si hubiera tenido material de lectura, hasta un moreno me hubiera pegado. El asunto es que mientras estaba haciendo la fila para evacuar el trago entró el Eli y yo obviamente le di jugo. Que Hostel era bacán, le hable de Inglorius Basterds, pero mayormente conversamos de lo rica que estaba la minita chilena que se está sirviendo. Un crá.