Lollapalooza 2012: Pedro Piedra, Adrianigual, 31 Minutos, Los Tetas, Arctic Monkeys y Björk

Publicado por disorder.cl

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Pedro Piedra

Por Roberto Cisternas

Abrió Lollapalooza y como lo hizo señores. Venia de Vive Latino México, donde me sentí muy decepcionado por un show bien mediocre en cuanto a sonido y entusiasmo. Esta vez fue diferente, que bandaza se sacó (Ojo, diferente a la de México) junto a sus partners con los que toca en Jorge González: Gonzalo Yáñez, Jorge del Campo y un lote de genios más.

Abrió con la linda «Occidental», siguió con «Las niñas quieren verse bien», pero no fue hasta que tocó uno de sus canciones mas del ritmo, «Al vacío», donde se armó el vacilón, la gente se prendió en mala, quizás nadie se lo esperaba y eso fue lo «mágico», como diría Alfredo Lewin. Después fue un metralleo de canciones buenas como «Inteligencia dormida», «Vaciones en el más allá» y «Sol Mayor», se dio el gusto de cerrar con «Cuarto Oscuro». De lo mejor en Lollapalooza 2012.

 Adrianigual

Por Roberto Cisternas

Lo ví por streaming, o lo que se pudo ver, porque inexplicablemente en medio de su presentación empezaron a transmitir el discurso de Piñera en la reunión UDI. Que hueá mas rara, ¿Error o conspiración? Dejo la duda a los especialistas.

Diego Adrián se cortó el pelo, entró con la guitarra y tocaron hitazos como «Me gusta la noche» y la hermosa «Juliette», con eso estábamos pagados. Luego se sacó la guitarra, se subió a la tarima y hizo lo que mejor hace: bailar y cantar. Fue justo cuando la transmisión nuevamente fue interrumpida con el discurso de Piñera, esta vez solo con el audio y era bien chistoso la verdad, porque se veía a los cabros moverse con «Bang bang» y «Siglo XXI», lejos las canciones mas antipiñeristas de la banda, y de fondo el presidente hablando puras huevadas.

31 Minutos

Por Vadim Vidal

Kidzapalooza es el mejor escenario del festival, tiene de todo en muy pocos metros, baños, comida, juegos para niños, mesitas para que pinten y un buen sistema de seguridad anti-extravíos. Además es el único lugar libre de zorrones del magno evento.

Lo de 31 Minutos fue como esas funciones de títeres del Forestal (fui el sábado, no sé cómo fue al día siguiente); los papás sentados y los niños de pie. Claro que esta función era mucho más divertida que las otras. Nada, Diaz, Peirano y compañía cantan pésimo (la única afinada es la Jani) y esa es la gracia, que sea rústico, rasca, amateur, bien chileno. Pese a eso, debe haber sido el único número nacional libreteado, o sea, con concepto de espectáculo. Y fue muy, pero muy divertido. Plagado de referencias para grandes y chistes para los más pequeños. Y, como es habitual en la música infantil, los papás gozaron más que los niños.

PD: El chiste de Soda Stereo al final fue de antología.

Los Tetas

Por Camilo Salas

Esta raro el fenómeno de Los Tetas, raro pero popular, heterogéneo. Uno pensaría que los fans son gente de veintitantos o cercana a los treinta, pero esta reunión y sus shows ha traído nuevo publico, jóvenes que cuando salió Mama Funk tenían 2 años, universitarios como los de la Chile, quienes un día antes de Lollapalooza 2012 recibieron a Rulo, Cee Funk, Tea Time y Pepino en su fiesta mechona.

Por lo anterior y por que prácticamente no topaban con nada en su estilo, Los Tetas en el Alternative Stage tuvo un marco importante de publico y no defraudaron. Se nota un fiato especial, distinto al de aquel primer show en el Caupolicán meses atrás. Se agradecen las pocas interrupciones, dejar de lado el free style y mostrar las canciones que todos quieren escuchar, incluso una nueva, bien en la onda de «La Medicina». Uno de mis shows favoritos.

Crosses

Por Luc Gajardo

Misión sencilla pero no fácil: Tocarle la mano a Chino Moreno, en un humilde intento por revertir el chasco de haber sido semi ninguneado por mi mayor héroe del rock el año pasado cuando le mostré, al borde del desmayo, el varonil tatuaje del pony blanco y lo miró con cara de «me importa un moco».

La situación ahora era 100% diferente. No estaba acreditado. Por ende, había cero opción de sicopatearlo en la carpa de prensa y alrededores. Pico. La idea de acosarlo en buena onda con mis amigos del foro de Deftones Latino también fracasó pese a que se elaboró un ninja plan de suplantación de identidad para entrar a la pituca fiesta del W donde iba a poner música. Nada de eso sin embargo disminuía en lo más mínimo la descontrolada excitación por ver a Crosses. Un evento tan improbable que hacía totalmente incierto cualquier análisis a priori convertían la idea de ver el nuevo proyecto volado y calentón de Moreno en una especie de sueño húmedo hecho realidad. Como soñar con estar follando de lo lindo y despertar y estar follando de lo lindo. Si eso sonó medio Keko Yunge (‘Inolvidable como lo que no se puede olvidar’), por favor hacédmelo saber en los comentarios.

Estamos claros entonces en que era apurado y atarantado vislumbrar como se vendría la mano con Crosses, pero los ágiles colegas especializados ya creían haber dado en el clavo con los calificativos. ‘Sólo para fanaticos. Fanáticos de Deftones,’ habían escrito arrugando la nariz. Cosa que es cierta, pero no martillan el clavo sino el dedo. Hagámonos la pregunta, ¿Qué clase de concierto no es ‘sólo para fanáticos’? Existen, está claro, y en Lolla está plagado, pero ¿De qué calaña son? ¿Quién goza realmente con los shows para ‘todo espectador’? Respuesta: el mutante, pero por acá las aguas se mueven en corrientes de fanátismo compulsivo. Si no, no vale.

Por eso el escenario alternativo-casi-de-kermesse resultaba ideal para la cita. Claudio, creador del foro antes mencionado, estaba instalado junto a otros jarcore fans en la reja desde el medio día junto a dos cabras que habían venido desde Arica para ver el primer show de Crosses fuera de USA. Respeto infinito para ellos. Porque de eso se trataba esto, de un dulcecito- un cuartito de ácido- para fans obsesivos entre tanto ‘fanático de la música en general’ (¿Existe algo más caga-onda-mata-pasiones que esa clasificación?).

Una colita pasada las 7 y el sol parando un poco el azote, Crosses se instala el escenario y el sueño se hace real. Lluvia de tags: trip trash hop, Sade, Tricky, Team Sleep, Far, The Cure, Duran Duran, Deftones lados b, dándole-con-dos-baterías-hazte-esa. Otra vez, los mismos del año pasado con Deftones, bailando tan-pero-tan pegados esta vez un lento, como en un metro repleto y lleno de humo picante y una tormenta de arena en dirección a la puta luna. Mezclando sudores, baba, y una que otra lagrimita. Y Chino Moreno genuinamente excitado de entregarnos su nuevo e inesperado regalo en vivo, que no es para todos, que es un secreto sururrado al oído, sólo para nosotros.

Y entre toda esta zorra, hago mi mayor esfuerzo por tocarle la mano. Está tan cerca, pero somos tantos. No lo logro. Quedo a menos de un metro pero no lo logro. Pero no importa. Porque Claudio tira el polerón azul que se ve en la foto y se lo queda de souvenir la esposa de Shaun Lopez (guitarrista de Far, y cofundador de Crosses). Porque Chino se afirma de Claudio, le toma la mano y le apoya la guata en la cara, para encaramarse encima de todos nosotros. Porque Daniela y Javiera, que vinieron de Arica, hicieron llegar la bandera (que se ve en la foto) al escenario. Y acá eramos todos uno. Sólo para fanáticos: colegas ‘especializados’, pueden apostar sus acolchados culos en la carpa de prensa que así fue.

Arctic Monkeys

Por Roberto Cisternas

Eran los que más quería ver y no me decepcionaron, pero fue raro. Inconcientemente pensé que iban a tocar todo cuadradito, como buena banda que es cabeza de cartel y me equivoqué: son una banda indie por excelencia, desordenados y está bien. Es como un estilo desordenado-pro. Sin embargo, lo que no es para nada desordenado son sus peinados y sus pintas, eso me hacía harto ruido. Me explico: bailé las canciones, me emocioné en otras, pero me gustaría que se ducharan menos.

Me encantó que cerraran con «Back to 505» y hubiera cambiado un 25% del concierto de Foo Fighters por unas 4 canciones más del primer disco de los Arctic Monkeys, porque por la cresta que son fomes las canciones nuevas.

Björk

Por Vadim Vidal

Un concierto puede conmover de múltiples formas; por su repertorio (que tenga canciones que intrepretan a los fans); por el carisma del artista; o por la entrega (los grupos de fervor adolescente cumplen con esa primera meta, algunos no pasan de ella). Pero que una presentación en vivo sea bella, se da pocas veces. No hablo de “bello” en el sentido “rico-buena-onda” de la palabra, sino en su acepción artística. Bello de belleza, de evocar o de lograr una contemplación hermosa. El show de Björk fue bello de esa manera. Algo que, se me ocurre, solo ha intentado Radiohead en pastos locales; que la presentación sea una experiencia sensorial conmovedora. Algo que solo los grandes artistas pueden lograr.

Desde que se prendieron las pantallas sabíamos que estábamos en presencia de algo totalmente distinto al código de un festival de rockanroll. Y así nos tuvo por poco más de una hora. Pero justo en el momento en que era todo demasiado sublime, la islandesa dio el golpe maestro y varió para tornarse punk. Del modo en que Björk puede ser punk. Me refiero a las tres últimas canciones, desde Pluto hasta Army of me. Punk tectónico. Simplemente alucinante.

PD: Sí, el coro, las Oompa Loompa de Björk eran espectáculo aparte.

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