Por Luc Gajardo / Fotos por Oscar Soto Bravo
Este es el saldo de 3 conciertos en una semana:
1 .El cuerpo convertido en una chaqueta militar por culpa de los moretones.
2. Un poco de fiebre producto de estar tres noches casi al hilo a guata pelá transpirado en un sauna y después al frío.
3. El cuerpo, otra vez el cuerpo, lo físico, adolorido como se debe sentir ser atacado por una jauría de perros rabiosos.
Pero eso no es nada, porque lo que realmente hierve es la mente.
O sea, porque si el sideshow de Deftones ya nos había dejado hechos pico, faltaba la guinda de la torta: Maquinaria, un festival que mosh a mosh empieza a mordisquearle los talones a Lolapallooza. Con precios razonables, con una política de entender un festival de rock como lo mismo y no como una entrada a la parada militar, o sea que vendiendo cerveza adentro y no revisando como si estuvieras ingresando detenido a un campo de concentración. Y bueno, quizás no mordiéndole los talones, porque me da la idea que no pretende lo mismo, que no apunta al mismo público. Separando con machete y palurdamente, Lolla es shuper y Maquinaria es rockero. Consciente estoy de lo totalitario y no completamente correcto de la afirmación. Pero se entiende el punto. Creo.
En fin.
Día 1
La mano estaba dada para romper una de mis reglas esenciales de ir a un recital: no tomar copete’ (en exceso). Resulta que llego al primer día de Maquinaria con una pura misión en la cabeza: ver al puto Papa del Satanismo Pop: Marilyn Manson. Y todo comenzaba a convertirse en un hermoso infierno cuando voy caminando frente al siquiatrico de El Peral con una de King Robert II colgada del hocico y pasa una cuca-van de los pacos al lado mio y me paralizo de miedo (Dios sabe que yo y los pacos tenemos una relación, por decir lo menos, tensa) y pienso que cagué, pero desde la ventana de atrás unos pacos me saludan con la manito así: \m/.
Reflexión: Adentro la locura va estar más desatada que en el mismísimo loquero.
Y sale Manson. Y no hay mucho que pueda contar, porque mi amiga había logrado colar una botella de pisco y la habíamos vaciado al puritano. Pero sé un par de cosas:
1. Las Vizcachas es una cancha de tierra que, más la cantidad de gente pintada como Kiss, te da la impresión de estar en un gathering of the Juggalos.
2. Que Marilyn Manson dejó la zorra pese a estar ‘teloneando’ a Slayer y a Kiss y pese a pasarse por la raja la tradición festivalera de irse a puro hit.
3. Que no es tan buena idea romper la regla sagrada de no ir curado a recitales, porque a la mitad del show no fue lo único que rompí. Saltando y cabeceando azoté mi cara contra el hombro de un tipo y la segunda mitad del recital figuraba con labio superior e inferior rotos, chorreando sangre como Gene Simmons un rato después.
Y no pasa nada. MM sigue dándole satanismo a la noche con un micrófono-chuchillo o pala jardinera, con máscara sado, con sostenes en la cabeza, vestido de milico ¿nazi? y cerrando con «Beatiful People», dejandonos raja pero queriendo más. 65 minutos de infierno total.
(Cáchense quien andaba. Al final del youtubazo.)
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=iGWWhQHp03Q[/youtube]
Es entonces cuando la historia se pone interesante. Cuando camino hacia afuera, hocico goteando sangre, a guata pelá, con calor y frío, me llama un amigo que viene de cabeza a ver a Kiss, pero yo no consigo reunir las fuerzas suficientes para quedarme. Se emputece y al otro día me cuenta la historia más demente de festivales que mi cabeza haya recibido. Acá va, contada vía Google Chat.
Nosotros perdimos contacto cuando me llamaste y yo me iba yendo, ensangrentado y curado, de Maquinaria. ¿Qué pasó ahí? Llegaste, no me encontraste, me puteaste por cell ¿De ahí que pasó?
Al principio no quería ir, pero tenia un compromiso moral con Kiss. De chico creo que fue la primera banda que me gustó, como el 95, tenía 12 años.
¿Fuiste con tu polera de Kiss?
Al poco tiempo me dejaron de gustar, conocí a los Ramones y entonces encontré Kiss un poco infantil y naive. No fui con la polera. Estoy muy gorrrrdo.
Ok. Ya po. Llegaste y ¿Qué onda?
Fui no más, agarré el auto, me compré ese petacon de Jim Bean y partí. Me demoré 45 minutos, la botella tiene creo que 450 cc. así que me tomé como 10 cc. de whisky por minuto, manejando.
Muy bien. O sea llegaste elegante.
Me bajé del auto, me estacioné a la CSM, y ahí cache q venia finolli. Super curao, con personalidad, un poquito agresivo. Llegué y no te pillé y supe que no estabai y me enchuché, como tan mamá este hueón. Me puse a recorrer las barras, porque un amigo estaba sirviendo copete.
Buen spot.
No lo pillé y justo comenzó Marky Ramone y en el camino me lo encontré. Fuimos a su barra, le pase dos lucas para hacer la parada que compraba, pero me las devolvió con 6 tickets. O sea me regaló 3 chelas que me las tomé como si fueran Gatorade.
La clásica y pésima táctica de ‘bajar la curadera’ con chela.
Si poh. Y rara cosa, andaba sin caños. Así que mejor, sino hubiera quedado pal pico.
Bueno y ¿Viste a Marky?
Marky la cagá. Es falso, es como estirar el chicle, pero igual es un cuarto de los Ramones.
Está un wn de Misfits también.
Tiene una banda media all star. Hay varios bacanes ahí. Bueno, puros covers. Con «The KKK» me puse medio romanticón. Tu cachai, medio Los Vásquez.
Hahah ya…
Y puta, fui a pedir más chelas. Me dio dos más. Ahí se acabó y me fui a Kiss con un amigo que tenía VIP.
Ahí ya ibas bien en los mocos me da la impresión.
Estaba bien turri. Tratamos de colarnos en un principio e imposible, fuimos a buscar chela, me envalentoné y me colé. Me metí así a lo caballo.
¿Cómo te colaste?
Entré no más, a lo NFL. Compramos unos tragos y buena onda con el de la barra, regaló Red Bull y trago hasta arriba. Entré realmente a lo Stone Cold diría yo, alcoholizado y desesperado por ver a Kiss, más red neck imposible. Estaba en el VIP, parte Kiss y queda la cagá misma: «You want the best you got the best the hottest band in the world KISS!», fuegos artificiales y la zorra. Me encontré con otro amigo, que me pasó a un super VIP, entre la reja del escenario y un container donde subía gente a ver el show. Me regaló más copete. Y ahí yo ya estaba todo cocido, vuelto loco, con los fuegos, el hueveo y la parafernalia. Y puta, me vino ese análisis mental que sólo te nace cuando estai raja y dije: estoy cerca, pero no tanto. Me fui a los baños del ultra VIP y salté la reja.
¿Cómo fue ese salto?
El salto, pal pico, caí de hocico, pero no me vio nadie y logré el objetivo. Al otro día caché la ropa hecha mierda. Toda rota, hice pico una chaqueta bacán. Me fui corriendo a fondear detrás del escenario. En un principio me cacharon y me viraron, pero me escondí detrás de un camión y zafé. Aguanté unos minutos y subí como un crew gringo, vi las últimas tres canciones detrás del escenario. Gene Simmons al lado mío. Enorme, como de tres metros, con el traje. Emocionante a cagar, la pirotecnia, y estar al lado de una banda que te gusta de chico. Yo tenía los monitos, libros, cartas, etc. Fan total.
Ok, termina el show y ¿Qué pasa?
Puta se acabó y los huveones salen y me voy a darles jugo. Ahí un tipo del crew gringo se pega un WTF y dice «¿Quién chucha es este culiao?, Y el de la producción local que me vio antes vuelve a putearme y yo como venía todo escabechado y me pongo chorizo cuando bebo lo mandé a la conchesumadre.
¿Qué alcanzaste a hablar con los Kiss?
Nada, pasaron sin pescar. Traté de lograr la foto con el cell y comenzó la chimuchina. Llamaron a los pacos y los weones me llevaron a estas van culiadas que tienen. Eran dos pacos y una paca. Me suben, me dicen que no estoy detenido, pero retenido. Y que ellos me tienen que llevar a la puerta, porque todo ese lugar era fuera de donde estaba el público. Era todo en el backstag, de las barras y de los escenarios, como adentro de la pista
Ok, o sea retenido pero todavía VIP.
Ellos tenían que hacer su ronda y yo los tenía que acompañar hasta la salida, que era bien lejos. Yo curado soy bien simpático y dicharachero. Así que venía flor de talla y hueveo con los pacos. Eran medios cesantones por lo que caché. Buenos para sacar la vuelta.
En otra modalidad, no a lo achorado ya. Modalidades del curado. ¿Te preguntaron qué chucha, por qué hiciste eso?
Si poh. Yo les decía estupideces como «por el trago y el rock and roll».
Dale. Y ¿Qué onda?, te iban escoltando a la salida entonces.
Puta, yo iba en su ronda. Me iban a dejar al final, cuando terminaran. En la van estuvimos parados como 45 minutos detras del escenario de Kiss. Conversando. Echando la tallla.
¿Qué tallas echaban?
Como de oficina, medio colegial.
De minas me imagino, ese es el humor policial, medio degenerado.
Si, un humor medio degenerado. La paca era como media sordida, de talla cochina. La hueá es q después me llevaron a la puerta donde estaba como el punto cero de los pacos. Y estaba el copete requisado, que me llamó mucho la atención. Entre talla y talla, les pregunté si podía pegarme una refrescada.
¡Nooooooo!
Cosa que causó más risas y me dieron el visto bueno. Como soy fino, seguí consumiendo whisky.
Obviamente no te ibas a tomar una caja de vino.
Pillé una botella con un concho considerable de Ballantines.
Perfecto. Una finezza.
Me lo tomé.
¿Frente a ellos? ¿Y ellos degustaron?
Si, pero ellos no degustaron. Fueron súper responsables en ese sentido. Ninguno. Yo creo que después se lo hacen papita, pero fueron unos gentleman.
¿Se veían con sed?
El chileno siempre tiene sed. La hueá es que mi auto estaba como dos kilometros más alla. Me puse a alegar de esa cuestión, que como el pico y etc. Y se ofrecieron a llevarme. La verdad, creo que les dije q andaba con un amigo que manejaba, que era el auto de él. Ya estaba bien arriba de la pelota ahí. Pero me dejaron a 5 metros del auto. Y yo estaba raja.
Chuchas.
Puta y ahí se dieron media vuelta y se fueron. Me subí al toco y me devolví desde las Vizcachas a Provi. Recuerdo el taco a la altura de la entrada, como 20 minutos parado… Oye Gajardo, nada que me pueda hacer identificable, ningún indicio.
Ok, ok. ¡Gracias!
Fin de la entrevista.
Día 2
Como ven, Satán había metido la puntita de su cola en nuestros culos y todavía pretendía meterla entera, porque en la mañana, antes de partir a Deftones, la Tiniebla había decidido que eso era demasiado. Que ver dos veces a Deftones en una semana era mucho más de lo que me merecía y entonces prendo el califón de mi amigo y suena el timbre y ‘apago‘ el fósforo. Parto a ver y era un testigo de jehová con un sombrero de vaquero, muy en la onda Primal Scream, o quizas yo seguía borracho. Me empieza a hablar y cuando consigo cerrarle la puerta siento olor a quemado y, Santísimo Cielo, se está quemando la lavadora que está debajo del califón, a menos de medio metro del enorme balón de gas. Alcanzo a apagar el infierno gritando como un loco’ y por un pelo no vuela en llamas la cuadra entera donde vive mi amigo, su linda novia, la productora donde trabajamos, las salas de ensayo de nuestros otros amigos, el gato, y todo-todo-todo.
Obviamente mi culo se iba directo al infierno, y probablemente el testigo de jehová y su sombrero de cowboy igual.
Superado el horror, partí a Deftones. Y tengo toda la impresión de que no quieres leer de la catarsis que provoca ver a tu grupo favorito por segunda vez en una semana. Sólo voy a dejar escrito para la posteridad que agarré una botella que tiró Chino, o sea que compartimos un poco de agua en medio de esa tormenta de arena que fue el show. Muy en la onda del clip de Minerva. Salí escupiendo pollos que eran barro y ‘ mis últimos segundos con vida estuve tirado de espaldas escuchando el dubstep de Nero que mezcló temas de Skrillex, de Beastie Boys, de System of a Down, mientras se me secaba la transpiración y mis pulmones aceptaban la arena.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=eTZkEERNwig[/youtube]
No sé como mierda sobreviví. Pero acá estoy. Para la cagada pero estoy.
Para revivir en grande los dos días de Maquinaria vean las excelentes fotografías de nuestro enviado, Oscar, el más trabajador de todos.
Fin del mensaje.
Publicado por Luc Gajardo
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