Por Cha Giadach / Fotos por Jaime Carrera T. (cortesía de POTQ.cl)
Más que una reseña sobre un concierto esto es una historia de supervivencia. Una crónica, si quieren. Porque no quiero hablar de música, quiero hablar de cosas que deberían pasar todas las noches. Esto es de optimismo. De bailar y cantar (gritar) con las tías que trabajan en el servicentro hasta altas horas de la madrugada, casi amaneciendo. De despertar resfriado y de volver por un momento a esos especiales momentos de la enseñanza media.
Nunca me ha gustado ir a conciertos en la Amanda. Nunca. Y no es el lugar. Da lo mismo el lugar. Suena bien. Siempre ha sonado bien. Tampoco su ubicación. No importa que quede en Vitacura. Hay gente a la que le queda lejos el Estadio Nacional, el parque O”’Higgins, el Barrio Bellavista, etc, etc. Si quieres ir a un concierto/tocata/recital vas a hacer lo que sea por llegar y punto. Mi problema con el Centro Cultural Amanda no es eso, mi problema siempre ha sido el tipo de gente que va a ese lugar. Del tipo que habla todo el rato y no escucha al artista sobre el escenario. Miles de veces me he quejado al respecto y pareciera que cada vez aparecen más personas que son como esas que odio. Pero, que va, lo que pasó el 21 de junio en ese lugar fue diferente. Tanto que hace rato que no disfrutaba un concierto tanto. No soy el único, creo, que tenía bajas expectativas sobre lo que pasaría en ese recinto. Una idea generalizada que en resumen era como: “Ya, vamos a ver a los Libertines, pero sin el Pete”. El morbo mundial por ver al chico drogado hecho bolsa, en cualquier banda, no sólo esta. Empoderar a la heroína como acto de rebeldía. Muchas bandas han hecho eso. Durante toda la historia de la música, eso ya es como es. Pero el sentimiento ese de ir a ver a una banda, digamos, incompleta, no se podía negar.
Pero Carl Barat. Gary Powell y compañía dejaron en claro que el espíritu de los Libertines sigue vivo. Nos dieron a todos los presentes una cachetada con anillo en la jeta. Un sentimiento libertino tan joven y tan simple como antes. Porque todos sabemos que los Libertines no eran exactamente unos próceres de la música. No eran estudiosos, no eran experimentales, ni nada de esa basura docta. Ellos se fueron por el camino fácil, y tal vez el más entretenido para algunos. Se convirtieron en una maquina de hits, de polémicas, de peleas, de adicciones. Eso los convirtió en esa especie de mito urbano que son hoy por hoy. Porque no podemos negar que la mayoría de nosotros se los imagina inyectándose tranquilizante de caballo detrás del escenario, cuando en realidad Carl debe estar tomando tecito y Gary debe estar peinándose la barba o algo por el estilo.
La previa fue larga y aburrida, pero todo eso se olvidó cuando al fin, después de una selección basura de música noventera, se dio el inicio al espectáculo. Y no, no habían de esas personas que regularmente van a un concierto sólo por ir a figurar, eran fanáticos de verdad, creo. Gente bailando con vinilos en el aire, gente coreando, gente casi llorando, saltos, bailes, sudor, alegría. Un puñado de personas que nunca, en su existencia, pensaron que tal vez podrían escuchar música de los Libertines, y productos sucedáneos, en vivo, en Chile. Todos sonreíamos, muchas gritaban, me encontré con amigos de la vida, con amigos que van a ser amigos en el futuro. Esa cosa espontanea que debería pasar cada vez que un grupo de personas se reúne en un lugar para presenciar algo (entre comillas) importante. Carl trató de fumar, pero no lo dejaron. Pero igual se bajaron una botella de whiskey entera. Esas son las cosas que queríamos ver, supongo. Además de escuchar esos temas, que tanto añorábamos escuchar en vivo. Recordé momentos de la enseñanza media, cuando con mis compañeros de colegio nos mostrábamos música y los Libertines eran una de esas tantas bandas de las que se hablaban cada vez que perdíamos el tiempo en clases. Podía ver a todos mis amigos, como espejismos, y con varios años menos bailando en el Amanda. Esa cosa adolescente que todos llevamos en el cuerpo, aunque lo neguemos.
Un rato después, camino a casa, casi muero. Espero no estar exagerando. Estaba manejando feliz, no a toda velocidad, cuando otro auto y de la nada, con las luces apagadas, se atravesó en mi camino. El imbécil cruzo tres pistas, prácticamente no viendo a ningún lado. El tipo estaba destruido, y ni siquiera parecía borracho. Parecía un fantasma que recién había tomado alguna clase de pastilla. Frené en seco, como nunca había frenado antes. Tanto se movió el vehículo que quede perfectamente alineado con su ventana. Bajé el vidrio, le saque a la madre, a su abuela, a su hermana y a todas sus primas. Los autos que venían detrás mío hicieron lo mismo. Y el tipo ni nos tomo en cuenta, siguió su camino a 10 kilómetros por hora. Yo solamente escuchaba canciones en mi cabeza, esa adrenalina que queda después de los conciertos. Paré a comprar cigarros al servicentro donde voy siempre a hacer lo mismo, prácticamente todas las noches. Las tías que atienden estaban embaladas escuchando Mijares a todo volumen. Ellas ya me conocen y me vieron cara de sepultura, así que les dije que casi muero, compré los cigarros, y creo que le subieron a la radio como para subirme el animo y nos pusimos a cantar “Soldado del Amor” gritando hasta que nuestras gargantas pidieron tregua.
Ahora que lo pienso: si no hubiera atinado a frenar a tiempo hubiera terminado volando por el parabrisas. Por lo menos unos diez metros. Mi cuerpo hubiera terminado destruido. Y tal vez ese idiota que se puso en mi camino era el espíritu de Pete Doherty diciéndome “también estuve aquí guasho perro” Pero nada de eso importa porque fui uno de los afortunados que (casi) vio en vivo a los Libertines.
Setlist
1. Bang Bang You’re Dead (Dirty Pretty Things)
2. Up the Bracket (The Libertines)
3. Run With The Boys
4. Canción nueva
5. Canción nueva
6. The Enemy (intro)
7. Deadwood (Dirty Pretty Things)
8. Time For Heroes (The Libertines)
9. Horrorshow (The Libertines)
10. France (Acustico)
11. The Ballad Of Grimaldi (Acustico)
12. What Katie Did (Acustico)
13. The good Old Days (Acustico)
14. Gin and Milk
15. Death on the Stairs’ (The Libertines)
16. Don’t Look Back Into the Sun (The Libertines)
17. What a Waster’ (The Libertines’ song)
18. The Man Who Would Be King’ (The Libertines)
19. I Get Along (The Libertines)
Publicado por Camilo Salas
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