Por Cha Giadach / Fotos por Jaime Carrera

Los australianos embajadores de Perth y su nueva psicodelia (o sicodelia, como se escriba) llegaron a Santiago a mostrar lo suyo. Confirmaron, por enésima vez, que su música, su puesta en escena y su publico son un reflejo de lo ambiguo y especial que puede llegar a ser la música en tiempos como hoy. Época en la cual el pop es el dictador del universo pero eso no quiere decir que en nuestras cabezas no exista el rock. El rock experimental, el rock de antes pero hecho ahora, el rock clásico pero traído al 2013, como quieran llamarlo.

El 19 de octubre algo pasó en Chimkowe. Todos llegamos a un acuerdo, como un pacto de paz. Un pacto de paz muy raro. Todos podíamos fumar. Nadie se quejaba. Ese Centro Cultural estaba pasado a de la buena, a la que nos une, a paraguaya y a otras cosas de buena calidad. Pero no nos pongamos pachamámicos, la música se encargó que esto pasará. Ni siquiera los guardias estaban molestando. La niebla fue algo tan natural como la gente coreando las canciones de Tame Impala. Los modestos australianos que simplemente tocan su música, no se creen la muerte, y dejan que todos nos quedemos pegados con las visuales. En fin, nos pasamos por la raja la ley 20.000 y nadie a estas alturas puede hacer algo al respecto. Y eso es hermoso. La reunión de humanos en torno a la música lo hizo posible.

Esa noche todo empezó con Cóndor Jet. Banda nacional que por las puras ganas de tocar empezaron a moverse por Europa antes que en Santiago. Y eso no es algo que pase muy seguido. Ya son parte del circuito local con su música que nos lleva a otros lugares, como un viaje alrededor del mundo sin moverse un milímetro. Fueron los teloneros perfectos y la música del amigo Felipe Arriagada, don POTQ, hizo que los intermedios fueran tranquilos, pero al mismo tiempo llenos de ansias para que los Impalas lleguen de una maldita vez al escenario.

Pasadas las 22:30 llegó el momento que todos esperábamos. Algunos corrían atrasados entre los quiltros mascota del Chimkowe. Pero la mayoría ya estaban instalados. Especialmente los cabros inteligentes que se tomaron la tarima que unos días atrás había servido como el VIP para el concierto de the xx.

Desde acá, y por escrito, quiero mandarles un aguante a una pareja de amigos medio-hippies que decidieron casarse durante el concierto. Y también a otra pareja que terminó su relación esa misma noche. Cosas que pasan. Ya pasado “Solitude is Bliss” se podía ver a las primeras victimas de la marihuana siendo socorridos por sus amigos para tomar aire, o agua, o alguna cerveza sin alcohol, o bebida energética. La gente vacilando “Elephant” mientras que los tres tipos vestidos de científicos locos le ponían todo el esfuerzo a las visuales, al sonido, algunos de la banda Pond. El mismo loco del afro que en el encore salió a prender al publico para que vuelvan los australianos con nada más, ni nada menos que con “Feels Like We Only Go Backwards”, cerrando la noche con “Nothing That Has Happened So Far Has Been Anything We Could Control”. Una noche perfecta.

Porque al final todos bajamos del Chimkowe flotando, las micros eran alfombras voladoras con multitudes satisfechas. En los autos se veía gente sonriendo. Los que caminaron se veían con los brazos extendidos parando en las botillerías del sector para seguir con la fiesta de la música en algún punto de un Santiago que de a poco se convertía en madrugada.

Setlist Tame Impala.
19 de octubre, 2013.
Centro Cultural Chikowe.

Intro 
Endors Toi 
Jam 
Solitude Is Bliss 
Alter Ego 
Music to Walk Home By 
Why Won’t They Talk to Me? 
Desire Be Desire Go 
It Is Not Meant to Be 
Half Full Glass of Wine 
Why Won’t You Make Up Your Mind? 
Elephant 
Be Above It 
Oscilly 
Mind Mischief 
Apocalypse Dreams 

Encore

Feels Like We Only Go Backwards 
Nothing That Has Happened So Far Has Been Anything We Could Control