Por Cha Giadach / Fotos por Jaime Carrera

Hay que empezar diciendo que si usted no fue usted no tiene alma. Hay que decir que si usted no fue usted es tonto. No es nuestra intención insultarlos, pero se perdieron el concierto del año. Sí, del año porque se perdieron un combo en la cara de emotividad, éxitos, recuerdos, baile, saltos, lagrimas de verdad y caras de gente que no podía creer que todo eso estaba pasando, al fin, en Chile. Incluso podríamos llegar a decir que menos mal que nos dejaron con el Kino acumulado por no venir gracias al dictador ese, porque el jueves 7 de noviembre Virginia Water debe haber estado incendiándose.

Todo empezó con Coffeehouse (imaginen sonidos de grillos mientras leen el nombre de esa banda) y un DJ set de BYM Records. Después de eso vino Beck Hansen con todo el flow ”“porque sí, tiene más estilo que cualquiera de nosotros- a mostrar lo mejor de sus grandes éxitos, de los viejos, de los noventeros pasando un poco a los 00”’s. Un cientólogo’ apasionado (?), que dejó en claro que necesitamos tener un show sólo para él y su banda de bacanes del ritmo. Un setlist que no tenía nada del “Sea Change”, porque tal vez si nos deprimía antes de tiempo todos nos íbamos a llorar a un rincón. Pero que incluyó un gran solo en harmónica y un chistoso homenaje a Michael Jackson que debe haber estado al lado del Halcón de Chicureo disfrutando el show desde el paraíso.

Setlist Beck ”“ Pista Atlética Estadio Nacional

Devil’s Haircut
Black Tambourine
Soul of a Man
One Foot in the Grave (solo de harmónica)
Novacane
I Won’t Be Long
Get Real Paid
Qué Onda Güero
Soldier Jane
Sissyneck / Billie Jean’ (Michael Jackson)
Girl
Loser
E-Pro
Where It’s At

Después de la impecable presentación de Beck vino un largo entretiempo en el que todos se emocionaban cada vez que aparecía algo en el escenario, y con reggae de fondo, todo lindo. Hasta que se subió el Albarn con un cartel con la foto de Frank Hewetson, ambientalista detenido en Rusia, por el quien pidió su pronta liberación. Todos lo apoyaron, claro.

Y de repente “Girls and Boys”, la pista atlética estalla, y vuelve a explotar otra vez con “Popscene” seguido de “There”’s No Other Way”. Un verdadero Grandes Éxitos que se confirmó con, por ejemplo, todo el publico cantando “Tender” con Damon y sus coristas y “Parklife” con la ilustre y necesaria participación del loquillo de Phil Daniels. Pero el final de esta presentación, la segunda parte, cuando vuelven después del insistente publico fue el momento más de película. Una emotiva “Under the Westway”, seguida por “For Tomorrow”, después una lacrimógena “The Universal” en la que todos lloramos de mentira y algunos (muchos) de verdad, terminando con “Song 2” para celebrar que por lo menos seguíamos vivos.

Setlist Blur ”“ Pista Atlética Estadio Nacional

Girls & Boys
Popscene
There’s No Other Way
Beetlebum
Out of Time
Trimm Trabb
Caramel
Coffee & TV
Tender
To the End
Country House
Parklife’ (con Phil Daniels)
End of a Century
This Is a Low

Encore

Under the Westway
For Tomorrow
The Universal
Song 2

¿Qué se puede decir? Damon Albarn es un señor del espectáculo. Graham Coxon también, un genio. Alex James es el mismo flaco de siempre, el que todos queremos ahí parado como si nada, igual que el que nos mostraba MTV cuando todavía transmitían videos. Dave Rowntree destrozó las baterías con su precisión de nerd buena onda por la tecnología. Una banda redonda, un grupo de amiguetes que a pesar de separarse, y a pesar del tiempo, y a pesar de todo siguen siendo el Blur que siempre quisimos ver.

Aunque siempre entra la duda esa de si vimos a una banda de viejos reuniendo plata. O de que si vimos un espectáculo con un guión bien armado. O de si en verdad tuvimos el lujo de escuchar en vivo a esa banda inglesa que muchos querían hace rato. ¿Importa tanto? Por lo menos vinieron, el pasado es pasado, vinieron y ya. ¿Qué mas quieren? Si tuviéramos una maquina del tiempo seriamos los primeros en ir a la década de los noventa a verlos en su cúspide. No habrían teléfonos inteligentes que bloqueen la vista, por ejemplo. Y tal vez sonarían hasta más empoderados, la música sería mucho más cruda y menos cuidada. Pero las maquinas de tiempo no existen, y la edad nos afecta a todos. Hasta a ti, pero en realidad eso depende de uno. Y si necesitábamos ayuda para sentirnos como adolescentes, pues Blur, esos cuatro tipos comunes y corrientes, nos hicieron sentirnos un poquito más jóvenes de lo que ya somos y siempre seremos.