
Por Cha Giadach. Fotos de Oscar Soto
Es difícil empezar a escribir algo como esto sin juzgar. Juzgar al resto, como si uno fuera el rey del mundo. Pero uno no es el rey del mundo. Uno no es el dueño de la verdad. A uno no tiene porque importarle como se viste el otro para ir a un festival de música. Porque es un festival de música y no de moda. Uno no es ninguna autoridad para andar criticando como hablan los demás, el tipo de fotos que se toma el resto, y todas esas cosas. Porque es un festival de música. Amargarse por detalles está de más. Uno aprendió a pasarse esas cosas por el traste, y puso como prioridad disfrutar. En reírse del viento que les levantaba las faldas a algunas, y en concentrarse en el goce de los demás, porque el goce de los demás a veces hace sonreír.
El clima no acompañó mucho a los que querían tirarse a la piscina. A los que queríamos ver potos y tetas. Los que estábamos en la casita de Prensa esperábamos eso. Pero no importó porque nos llevaron empanadas de pino. Se supone que fuimos a cubrir un festival y no a hablar de carne. Los colegas argentinos se lamentaban la situación, pero igual disfrutaron. Los colombianos se aburrían de vez en cuando porque nos encontraban fríos, pero igual disfrutaron. Al final todos disfrutan si quieren. Es posible hacer a un lado el prejuicio antisocial de odiar a todo el mundo alrededor. ¡Es posible! ¡Viva el cambio!
La “Pool Partai” siempre tuvo gente. Si usted, señor amargado no lo entiende, existen los entusiastas de la electrónica y los que simplemente prefieren bailar y tirar onda en vez de ver a las bandas. Y eso es respetable. Cada uno con sus gustos. ¿No? Bueno. Por ahí pasaron desde Román & Castro hasta Ellen Allien, la alemana que se encargó de cerrar la noche después de los Cut Copy para los que tuvieron suficientes fuerzas para quedarse hasta bien entrada la madrugada. Cabe destacar la cooperación de pura bacanidad que fueron Mostro + Matías Aguayo, también la del mismo Aguayo mostrando sus habilidades en las perillas. Daniel Maloso, Diegors y todos los demás. Un lineup que cualquier fanático del infinito mover del cuerpo agradeció. Al final no vino Breakbot, pero que se hace pues.
Los criollos Prehistöricos fueron los encargados de abrir el festival en los escenarios principales, el dicho por ellos mismos “pop de autor” fue el encargado de darle a la bienvenida al publico que ya estaba llegando de a poco al Espacio Broadway. Seguido de Luke Jenner, acto sumado luego de la caída de DIIV, quien al parecer con gusto acepto volver a Chile luego de estar hace pocas semanas en Santiago. La voz de The Rapture, mostró su trabajo en solitario, mientras todavía había sol y el estacionamiento del recinto ya estaba casi lleno. De vuelta al Escenario Dentyne pudimos ver a Coiffeur, el argentino que ahora prácticamente es chileno gracias a Quemasucabeza, en una faceta un poco desconocida para algunos, pero que simplemente no deja de ser el Guillermo Alonso de siempre. La guitarra siempre está presente, pero la electrónica está empezando a ser su amiga con ventajas. Después de todo el EP “Nada” es el mejor ejemplo de esto.

The Drums no han cambiado nada. Pero cumplen con su objetivo. Tocar sus canciones. Satisfacer a sus seguidores, quienes en primera fila disfrutaban más que Believer. Tal vez la hora no les jugo a su favor. Lo cual confirma que necesitan sacar más discos como para no quedarse colgados a sus temas de siempre. Es sólo un consejo Jonathan y Jacob, sabemos que están leyendo esto. Bueno, no.
La primera gran sorpresa del día fueron los Bomba Estéreo. Aunque ya hayan venido antes. Fue la venganza de la champeta vía Colombia que empezó a prender a todo el mundo cuando ya estaba corriendo el viento en el kilometro 16 de la Ruta 68. Liliana y compañía nos entregaron 10 canciones de la más pura cumbiaelectronicabailablers, animando al publico desde un comienzo. Movimiento de caderas necesarios, gracias al caribe. Barranquilla presente. Y todo eso. Oh gloria inmarcesible. Gracias Colombia.

A pesar del poco publico que vio a Solange. Su voz, su parada, su notable trabajo musical se hizo notar. Puro lujo, pop, R&B. Con cover de los Dirty Projectors incluido. Clases de canto y estilo para las aspirantes a divas del escenario. Pero siempre con humildad.
La amistad musical de Alex & Daniel se tomaron el aire después de Solange. Un par de canciones de cada uno, más algunas de su disco en conjunto e incluso un cover a Miguel Bosé. Pop Latino rindiéndole un homenaje al Pop Latino.

Como para bajar las revoluciones y sentirse un poco volados llegó el Devendra Banhart para sentirnos un poco enamorados y agarrar de la mano a la cabra que teníamos al lado. Un cabro que nos habló con todo el acento venezolano del mundo nos deleito con todas esas canciones que queríamos, pero igual faltaron algunas. Incluso obligo a su amigo brasileiro, Rodrigo Amarante, a cantar su canción «Maná». Pura amistad y alegría panamericana en el escenario Movistar. “Quédate Luna”, “I Feel Just Like a Child” y “Carmensita” fueron las que conmovieron e hicieron mover más a la masa.
Los Bunkers, a pesar de que algunos escépticos decían que “nada que ver gaia” de que estuvieran en Primavera Fauna, confirmaron algo… que son Los Bunkers. Una formula hecha a la medida para la satisfacción de la gente que les gusta Los Bunkers. Un trabajo de perfeccionamiento constante, ya a estas alturas hecho en México, pero que sin embargo sigue siendo de industria nacional. Sus éxitos y sus covers de Silvio. Eso sí, nos faltó el homenaje al Halcón.

Spiritualized fue rotundamente emocionante. Algunos escucharon al Pierce sentados en estado zen. Tal vez ni siquiera sabían quien era. Tal vez ni siquiera importaba. Tal vez ni siquiera le importaba a él, porque a él debe ser al que menos le importa. El rock espacial traído desde el Reino Unido, destruye tímpanos, con fanáticos diciendo “al fin” con la puta mirada. Esas son las cosas que valen la pena. “Here It Comes”, seguido de “Hey Jane”, “Lord Let It Rain On Me”, entremedio un montón de joyas para terminar con “Take Me To The Other Side” (¡de los Spacemen 3!). Dejaron satisfechos a los que fueron especialmente para verlos. Que alguien haga algo al respecto para poder tener un show de ellos, sobre ellos y sólo con ellos.
9 fueron las canciones que entrego Javiera Mena esa noche. Desde “Hasta la Verdad” hasta “El Amanecer”. Pasando por su infaltable cover, ya casi propio, de Daniela Romo con “Yo no te pido la luna”. La Mena sigue siendo la misma de siempre. La Javiera que algunos quieren, y que algunos odian. El debate de siempre. ¿Qué hacer? Nada.

M.I.A. fue un ataque frontal. El desembarco de Normandía hecho ritmo, mestizaje, calle, luces, baile. Fue ver a viejos bailando como si no importara nada en el mundo. Fue ver a viejos entregándose a lo que escuchan estos locos jóvenes de hoy. Y eso es lindo. Fue ver a gringos sintiéndose en casa, sacándose la ropa, haciendo competencias de alaridos, aullándole a los que nos unió en Espacio Broadway. La maldita música. La sordera de estar en primera fila, la envidia de querer estar en esta, pero a veces el cuerpo no da para esas cosas. Gente sudando, cagadas de frio, muchos resfríos de domingo. Una gran y pulcra mezcla de todos sus éxitos fusionados con canciones de su nuevo disco “Matangi”, para finalizar con la tremenda “Paper Planes” (Joe Strummer QEPD) y “Bad Girls”.
Luego de esos balazos, de los buenos (si es que existen los balazos buenos), de la M.I.A. era imposible no seguir con la fiesta. Entonces aparecieron las CSS, con la rica de la Lovefoxxx al mando, a seguir con el baile en ingles-portuñol. No podemos decir mucho de esta presentación porque él que escribe esto está infinitamente enamorado de la vocalista, así que cualquier cosa que se diga va a ser poco objetiva.
Uno de los referentes del pop-actual-mundial, los australianos de Cut Copy, fueron los encargados de cerrar la noche en los escenarios principales. En este caso el Movistar fue testigo de un setlist con algunos problemas técnicos ( a “Feel The Love” tuvieron que acortarla por eso), pero que no dejó a nadie insatisfecho. Al final los que se quedaron hasta esas horas se quedaron para verlos y aprovechar la jornada hasta que los pies estuvieran destruidos. Obviamente terminaron con “Lights and Music”, canción por la que fueron conocidos en estas latitudes gracias a las FMs taquilleras.
¿Lecciones que dejaron una instancia como esta? No sabemos. Pero está claro esa del “vive y deja vivir”. O también puede ser algo como “No pases a llevar a los demás”. Esto parece una fabula. Pero no lo es. Pero en ciertos aspectos si lo es. La tolerancia no es el producto de exportación principal de Chile. Si no quieren ir a pasarla bien, si no quieren ir a escuchar música o a ver bandas en vivo, simplemente no vaya. Por nuestro lado la pasamos bien. No tenemos quejas mas que el Internet se nos cayó en Prensa, pero ya era tarde, así que ya no importaba. Igual no queríamos seguir trabajando y queríamos salir a hueviar. Ojalá que sigan existiendo festivales como este, y como muchos otros, de diferentes estilos, colores, sonidos y todas esas cosas especiales y hermosas. Si ustedes se quejan del tipo de personas que acude a estas cosas, de todo lo que hacen, como se ven, que dicen… ¿con que cara después andan peleando por igualdad de derechos, diversidad y todas esas cosas que es bien fácil gritarlas? Empiece por casa, por sus amigos. Sea tolerante, y así cambiaremos de a poco. De la mano de Devendra, de Pierce y con la M.I.A bailándole al futuro que ojalá que llegue pronto.
Publicado por Cha Giadach
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