Es de noche en Recoleta, calle Loreto y los puchos afuera. Adentro hay copas de más, sesiones de baile, un poco de sudor y canciones coreadas. No importa si es Onaciú o Bar Loreto, antes y después de la fiesta todo termina en un mismo lugar: sirviéndose una cosita en Chilango.
Esquina con pinta calavérica, la fachada negra y una cabeza esquelética pintada de blanco es lo que recibe a juerguistas que buscan sobrevivir al carrete y no morir de hambre en el intertanto. Una vez dentro el traslado al Distrito Federal es inmediato. Su estética neón, relajada, y los intensos olores a carne asada rebozada con especias son capaces de dilatar papilas gustativas de músicos, bailarines y bajoneros.
A diferencia de lo que muchos pueden creer, este local (que la mayoría sólo vemos abierto de noche) tiene una carta muy completa. Mis favoritos son los tacos de carne. También hay jugos naturales, quesadillas, chilaquiles, flautas y todo tipo de preparaciones con verdaderas tortillas de maíz, además de otras sorpresas mexicanas. Todo siempre sabroso, con mucha sazón callejera, algo de picante y preparado en el momento. Aquí no corren los recalentados ni los sabores a medias; Chilango es azteca de verdad.
Es de perfil bajo pero mucho más acogedor y apetitoso que otros. El pequeño gran restaurant mexicano con horario noctámbulo ha mantenido sus bajos precios y sabor original – que no se encuentran en ningún otro rincón de Santiago – durante al menos tres años. Por eso, por tu gente buena onda, el gusto a calle mundana y por aguantar a tus fans en cualquier estado: Chilango, te queremos.
Valor consumo aproximado por persona: 5.500 pesos
Dirección: Buenos Aires 201 (esquina Loreto), Recoleta Santiago
Publicado por disorder.cl
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