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Palo

Publicado por Sebastian Cavallo

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Por Sebastian Cavallo

Caño o tubo de 2, 7/8. Ese es tu nombre técnico grandísimo hijo de perra. Vienes en tiras de 9 metros porque te ocupan para perforar. Me da lo mismo porque en días cómo hoy te recuerdo por lo que has sido siempre. Ayer fijo eras de madera, porque esos son más pitucos, los del Mundial. Poco me importa tu material porque aunque te llamen “poste”, “madera” o “cañería” para mí eres el puto palo.

Hoy te odio más de lo que te odie nunca. Te las arreglaste para transformar las últimas 36 horas de mi vida en las peores que recuerde. Me pateaste en el piso, y me arrastraste al infierno. Recién hoy domingo, a las 5, estoy empezando a pararme. Eres un hijo de perra. ¿Con qué cara, huevón?.

Te hubieras quedado conmigo y está bien. Pero eres tan maricón que se lo hiciste a millones. Tu estas hecho para demarcar, concha de tu madre. Tu pega es decir dentro o fuera, es tan simple y tú lo haces tan complejo. La misma FIFA lo dice. Te investigué huevón, te busqué. Esto dice la FIFA de ti:

“Las metas se colocarán en el centro de cada línea de meta. Consistirán en dos postes verticales, equidistantes de los banderines de esquina y unidos en la parte superior por una barra horizontal (travesaño). Los postes y el travesaño deberán ser de madera, metal u otro material aprobado. Deberán tener forma cuadrada, rectangular, redonda o elíptica y no deberán constituir ningún peligro para los jugadores. La distancia entre los postes será de 7.32 m y la distancia del borde inferior del travesaño al suelo será de 2.44 m.”

Estas tan definido, cabrón. Y te las llevas años ingeniándotelas para ser el protagonista. Le costaste un golazo de antología a la Perla Reyes jugando por el Arsenal contra el Manchester United. Le arruinaste la vida a Gyan el 2010 contra Uruguay, en la misma escena, 4 años atrás. Le negaste el sueño a Trezeguet por el resto de su vida, le regalaste un mundial de pasadita a Italia, y avivaste más que nunca el mito de la locura del entrenador francés, Domenech.

En fin ¿Entiendes a lo que voy? Te has creído la raja siempre y te metes en el partido porque sabes que tu pega la hace cualquiera. ¿Tu crees que nos ganaste? no das para tanto. Yo me pongo así porque soy un exagerado. Pero tu vas a ser tan recordado en unos años como el mito que es Pinilla. Y no digo mito en el mal sentido, hablo de la leyenda. Porque la de Pinilla no es pega fácil y eso te pica. Tú, yo, (que no le tengo especial simpatía), y el país sabe que Pinilla es bueno para la pelota, pero que parte de su ser, de su esencia como futbolista, es haber vivido eso.

El que ahí lo hace es Suárez. Sí, ese mismo enfermo que muerde gente en los partidos. Ese genio rabioso ahí la reventaba en una esquina, burlándose de ti por lo cómoda que entró la pelota. Te sacaban a pasear. Pero no. La leyenda de Pinilla es más fuerte que eso. Lo bonito de todo es que Pinilla la reventó contra ti, palo de mierda, después de una muy buena jugada, y nos dejaste fuera estando tan cerca. Nos cagaste la vida a muchos, sin duda. Pero no nos ganaste.

Del penal de Jara no tengo mucho que decir. Jara le pegó cómo un astro y le salió unos centímetros más allá. La pelota sin parches, la humedad, lo que quieran. Pero estabas tú ahí, maricón reculiado. No tuviste ni la cortesía de meterla adentro. Te tocó de las formas más raras que me he presenciado. Te tocó por el lado, pero vino de frente, ¿Qué chucha?

No nos puedes haber ganado. Porque las canalladas pasan al segundo plano. Agrandaste nuestro mito. Nos hiciste más fuerte en la pasada. Te salió todo mal, pobre y triste palo. El Gary, si que ha ganado. ¿Lo viste llorar? ¿Lo viste bien, con el corazón en dos? ¿Le viste los vendajes en las piernas?

El Gary le ganó a la adversidad, ¿Qué has hecho tu? El Gary jugaba con hambre, con frío, con lo que fuera. Y te ganó tantas veces mas de las que tú a él. Seguro alguna vez le echaste una manito, pero te aseguró que pocas veces ganó en su vida gracias a ti. Más bastarda es tu historia, a quién más mariconeas es a los que te tienen más cerca durante toda una vida.

Alexis, Vidal, el Edu, todos, lo mismo. Te hablo más del Gary porque él ayer fue nuestro “Fusilamientos del tres de mayo” de Goya; fue el niño símbolo del sacrificio. Nunca vi en el fútbol a alguien entregar las piernas así. Cuánto nos tiene que querer el Pitbull. A ti te tiene cariño, porque te ve seguido, pero por nosotros da su cuerpo. Yo lo vi correr cómo enfermo en la Católica, en Boca lo mismo: en el Sevilla ya parecía broma, y en el Cardiff City nunca vi mejor versión. Se lo están peleando los chanchos gordos de Europa, y tu sigues ahí quietito concha de tu madre.

Yo crecí con ellos, si tenemos unos años de diferencia no más. Fuera que las condiciones son diametralmente opuestas, hablo sencillamente que pude verlos jugar desde chicos. A los más mayores los conocí de siempre, y los vi “brillar” en Qatar y a otros diluirse en Chipre. O mantener una carrera “bien” con la Real Sociedad, hace varios años ya.

Pero tú no entiendes bien. Muchos de esos nos ganaron hasta a nosotros. ¿Si nos ganan a nosotros cómo no te van a ganar a ti? A muchos les ganó Bravo, pero si el Barcelona lo tenía listo antes del mundial, por algo será. El gato Silva y Jara le ganaron a un país entero. Demostraron que si se creían el cuento, Neymar era un escobillón de broma y no el indignante artista de los otros partidos. ¿Entiendes lo fuerte de todo esto? El gato Silva, y Jara, antes nos sacaban la respiración del cuerpo cuando calentaban, y ahora eran nuestros leones imperiales, y desde el arranque. Jamás pensé que un refrigerador con piernas cómo Hulk volara tan lejos cuando nuestros cabros le metían el cuerpo. No nos costaron ningún penal en un Mundial enamorado de ellos.

De un par lo esperábamos. A Vidal se lo pololea el Real Madrid pos huevón. Los que estamos enamorados del Arsenal tenemos sueños húmedos con Alexis. El Edu ha sabido dar la talla en el Valencia. Pero jamás esperamos que nos dieran sus mejores versiones justo ahora. De Eduardo (por respeto), quizás todos quisimos más. Pero es porque sabemos que puede. Vidal venía saliendo del quirófano, y corrió hasta que las piernas cedieron. Nunca había visto a Alexis jugar así de espaldas al arco; nunca tan bien.

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De que nos cagaste, nos cagaste. Te cagaste a los más trabajadores. ¿Sabías que el Pato Díaz, fue hasta ese pitazo, el jugador que más kilómetros tenía recorridos en cancha? Y no del partido, del mundial hueón, del mundial entero. Más que el pintor fantoche de Robben.’ Ese tipo de esfuerzo fue el que lo llevó de La Serena al Basilea en un par de años. El Gary era el segundo con más pases completados (y de central): le ganaba Luiz Gustavo. No dejaste que siguiera en carrera un artista como Charles Mariano Aránguiz.

Te juro que vi a Bebeto o a Romario pegarle así a la pelota, cómo en su gol contra los españoles. Y al fondo volaba el mejor arquero de la historia de España. Charles la cacheteó entre puntete y tres dedos como los delanteros de antes, los de verdad. ¿Y su penal, lo viste? Obvio, si estabas ahí también. ¿Viste lo cerca que te pasó? Nunca vi quedarse a un arquero parado con una pelota tan cerca de él. Julio César no entendía como chucha un chileno le había pegado así. A este hueón de Charles se le contagió en los camarines de Brasil. En los muros mismos, el aire, los espíritus, no en esta generación brasileña cagona.

Mira Palo, eso es lo que más rabia me da tu intromisión aquí. Me hiciste llorar hijo de la gran puta, durante horas. Te cruzaste dos veces y aquí estamos. Lo que pasa es que ahora, hablándote, me doy cuenta que tú y nosotros somos víctimas. Somos parte de una nueva leyenda asquerosa de la que ya no queremos ser parte.

Vamos a ser los dos, un mero recuerdo de estos putos brasileños muertos. Una anécdota en una historia superior. En unos años, no te van a recordar tan bien. No va a haber brasileño que no le atribuya la victoria a en una buena medida, a la “categoría” y frialdad de Neymar en su definición del penal. El problema es que van a estar en lo cierto, en parte. Con los años, el mito de ese flacuchento de pelo raro sólo va a seguir creciendo y se va alabar aún más por su categoría, cómo llevamos una vida entera haciéndolo con los brazucas.

Los brasileños tienen talento para dar y regalar, Palo. Ayer veía a David Luiz sacarse a uno, y tocar tan precisamente como cualquier mediocampista y no pude evitar decirme a mí mismo: “si dieran la vida como nosotros, golean hasta en la final”. Tienen otro trato con la pelota. Pero no. Éstos son unos muertos. Mojan la polera por el clima de mierda en el que tienen que jugar, pero están todos muertos. Están preocupados de sus pases al Paris Saint-German, o a alguna otra vergüenza Qatarí. Estos andan preocupados de sus auspiciadores, que ahora los hace usar zapatillas con tobillo.

Parecía película de Raúl Ruiz. La mitad de los presentes, todos muertos. Era una cancha con 23 personas y 12 almas. Agrego la de Howard Webb y le estrecho la mano. El sargento fascista este, tiene igual o más cojones que nosotros para haberles anulado un gol, y de locales. ¿Viste Palo? Ese huevón sabe, él tiene una pega que hacer y no ser el centro de todo. Y lo hizo a la perfección. Se demoró en las tarjetas, pero no puedo culparlo, no tengo cómo.

A lo que voy, Palo reconcha de tu madre, es que jugaste a ser el protagonista y el tiempo va a borrar tu recuerdo bajo la victoria de unos muertos vendidos. Y los propios brasileños, que saben lo cerca que estuvo la hazaña, saben más de la victoria que nadie. En ellos, que vive el fútbol cómo arte y religión; cómo música. Y sin embargo vivió en ellos ayer la desesperación por un buen tramo del partido. El tiempo les va a permitir olvidar y estar tranquilos en una victoria así.

Pero a nosotros no. No metimos importancia en el mundo, como andan diciendo todos. Eso lo venimos haciendo hace rato con estos bestias en Europa. Se nos vienen años negros después del 2018, pero va a quedar en todos nosotros en Chile, que tú los ayudaste, palo de mierda. Que tú les salvaste la estabilidad política del país. Que tú los ayudaste cuándo más te necesitaron, y a nosotros nos cagaste EL sueño.

¿Ves tonto huevón? Les hiciste un favor enorme a unos muertos que te van a olvidar a ti tanto como a nosotros. Vamos a ser una anécdota en unos años más. Nos vamos a ir difuminando de a poquito. Nos vamos a ir como le va a llegar su minuto a la nueva leyenda que es Costa Rica (termino de escribir esto en el descanso de preparación para el alargue con Grecia, el que salga de acá va a ser un mito). Nos vamos a ir cómo el 2-1 de Uruguay a Italia, o la goleada de Alemania a Portugal.

Palo hijo de puta.

Nos cagaste a nosotros y a ti mismo. Podrías haberte consagrado con nosotros en la misma tanda de penales, o dejando entrar el bombazo del Pinigol y te llevábamos para siempre a la historia. Hubieras sido el centro de nuestros libros de fútbol por los próximos 50 años. Pero te las ingeniaste para destruir todo por los motivos equivocados.

Me hiciste la vida un infierno, puto. Pero no puedo odiarte, porque los dos estamos iguales. Somos un recuerdo tan lindo de lo que pudo ser. Todo tiene un lado bueno en la vida. Y cuándo la tormenta de esta marejada pasó me di cuenta que se escribió en nuestro inconsciente la historia más romántica de todas. ¿Por qué no funcionó? ¿Por qué lo nuestro no funcionó, Palo?

Pudimos haber llegado tan lejos, Palo querido. Tuvimos a los brasileños de rodillas rezando, listos para ser ejecutados de la forma más sangrienta posible y decidiste salvarles la vida.

Ayudanos el 2018 si llegamos, o en la Copa América más que sea.

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