
Por Camilo Salas, desde Estados Unidos / Fotos por Isidora Ortiz
¿Cuantas veces el clima te ha cagado un día en la playa, una boda o un festival de música? si al mal tiempo le agregas las políticas de seguridad de los gringos -que rayan en la paranoia – un buen fin de semana puede terminar en un martirio.
Exactamente eso fue lo que pasó un domingo a mitad de la tarde, último día del primer Hudson Music Project: una tormenta venía en camino y todo se transformó en un gran pozo de barro. Los miles de asistentes fueron evacuados del festival y los organizadores ni siquiera dieron tiempo para desarmar carpas, tomar todo y arrancar. El mensaje fue claro: “Por seguridad todos deben salir. Resguardense en sus autos hasta nuevo aviso” y eso terminó siendo peor porque cuando llegó la tormenta se armó un barrial que no dejaba sacar los autos del estacionamiento. Los que no andaban sobre cuatro ruedas fueron evacuados a un gimnasio cercano. Yo alcancé a escapar gracias a una tincada de mi novia, tomamos el último bus a Nueva York. Desarmamos la carpa 5 minutos antes del mensaje por alto parlante, justo para el entretiempo de la final entre Alemania y Argentina. Vimos a un che corriendo a buscar un lugar con televisor para ver ese gol que les daría la gloria. Todos sabemos como terminó eso.

Pero antes de la tormenta y el caos, antes de los gritos en la entrada del festival, la gente intentando dialogar con la seguridad del evento para -al menos- asegurar sus pertenencias, los mensajes en Twitter e Instagram, los vídeos de Vine y las noticias sobre el inesperado cierre; Antes del fin del festival y del comienzo de la tormenta todo estuvo bien para ser una pequeña reunión en torno a la música en el norte del estado de Nueva York, a un par de horas de la gran ciudad. O casi bien, porque hubo desorganizaciones, como que hayan cancelado el Shuttle desde el pueblo llamado Woodstock, o que la seguridad a veces funcionara como si todos tuviéramos bombas y otras veces nada más miraban a ver si tenias una botella de Vodka bajo la ropa. El lugar estaba al lado del pueblo de Saugerties y era una granja grande que albergaría 3 escenarios y dos carpas, una de ellas la protagonista del festival, donde todos los veinteañeros -que eran mayoría- pasarían estos 3 días escuchando beats y muchos bajos que vienen de a poco y revientan dos, tres, cuatro veces por canción.
Musicalmente fue un festival ecléctico: había rock independiente de los 90 (Modest Mouse, The Flaming Lips, un DJ Set de Moby), estrellas internacionales del Hip Hop (Kendrick Lamar, Action Bronson -que fue suspendido el Domingo- Isaiah Rashad) y otras bandas de esta década (Flying Lotus, Matt & Kim, Capital Cities, !!!), en total 80 artistas divididos en distintos escenarios, con una misión transversal en edades, pero el dominio estuvo entre quienes rondan los 20 y un estilo particular, mal llamado EDM o Electronic Dance Music.

Después de visitar la carpa de EDM un par de veces (porque me gusta bailar, pero mis ritmos están más cercanos a los 90 que a la electrónica plana que se escucha ahora) llegué a una triste conclusión: los jóvenes de hoy no quieren punk rock. No los sorprenden las guitarras afiladas ni los mosh pits. Los veinteañeros quieren un shot de EDM directo al cerebro y que el bajo reviente bajo sus pies. Quieren drogas sintéticas y bailar casi en pelota. Lo vi cuando tocó Skrillex en La Cúpula, cuando el publico cercano a los 18 estaba vuelta loca, pero ahora estuve un fin de semana entero sorprendido con lo que pasa actualmente en la música y sus fans. No se si será una moda o si solo quieren bailar drogados, pero la generación que viene es el EDM, lo que sea que eso englobe y signifique.

Si tienen alrededor de 20 años y te gusta ponerte poleras estampadas que emulan esas hippies de los 70, y si eres una chiquilla y te gusta bailar en sostenes y calzones, con la cara pintada y algo de metal colgando por ahí (entre paréntesis, una de esas nos habló sobre un tipo de gonorrea que anda dando vueltas en el pueblo donde vivimos) y si estas dispuesto a pasar un buen fin de semana escuchando una canción interminable y esperando que caiga el bajo, el siguiente The Hudson Music Project es tu festival de la costa este. Solo reza para que no llegue una tormenta.
Publicado por Camilo Salas
Archivo: 1298 artículos