Por’ Cha Giadach
¿Cuántas veces me mintieron? ¿Cuántas veces he mentido? ¿Cuántas veces soñé con alguien, pero en términos censurables? Eso no se puede decir en voz alta, porque quedas como caliente. Al final todos tenemos órganos sexuales.
Como el día en que una amiga -que no sé si es amiga, pero a veces lo es- de la nada me dijo que había soñado conmigo. Y yo no le creí porque todos mentimos (Yo he mentido mil veces para llamar alguna atención). Una buena manera de empezar una conversación sin decir “Hola” es: “Oye, soñé contigo”. Infinitas veces he soñado con alguien, se lo digo y luego me arrepiento. Un error en medio de la oración, con la boca abierta, con las palabras saliendo. Esas situaciones no se pueden arreglar. Quedaste como un psicópata de mierda porque dijiste la verdad. Cuando mientes puedes decorar mejor la situación. Ambos escenarios son malos.
«Oye soñé contigo»
«Hola»
«Hola, soñé contigo»
«Si te escuch锦 ¿Y que pasaba?»
«Ã‰ramos pareja. En el sueño, claro»
«¿Qué?»
Te pasas rollos. Eres humano, eres imbécil, tienes corazón. No me había hablado y de la nada me aparece con esas supuestas afirmaciones que son como una espada afilada directo a lugares idiotas de la cabeza. Es difícil creer en el subconsciente ajeno cuando uno no cree en el de uno.
«¿No me crees cierto?»
«Me dejaste pensando porque he mentido muchas veces al respecto»
«¿¡Incluso a mi!?»
«Sí. Es la manera fácil de empezar una conversación»
«Bueno, pero en verdad soñé contigo»
«Te voy a creer sólo porque me gusta la idea»
«¿Qué idea?»
«Lo que dijiste que pasaba»
«¿Qué?»
Desde ese momento no me ha hablado más.
Publicado por Cha Giadach
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