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Crónica Dura #20: La cocaína es mujer

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tyler Por Simona

Me cargan las mujeres, siento mucho no ser solidaria con mi género pero la verdad es que la relación con las mujeres nunca me ha fluido muy bien. Aparte de mi amiga del colegio y mi amiga de la u, y mis dos ex, no tenía más amigas que esas. Nunca he necesitado ir al baño con mujeres y sinceramente nunca me he sentido mucho como una, siempre me he juntado más con hombres o con gays, que con mujeres.

Cuando empecé a carretear, fue con los hombres de mi curso. Me educaron según la premisa de que tomar y fumar era para hombres, quizás por eso mismo quise hacerlo. Rápidamente me empezaron a molestar diciéndome “tu tomas a la par con los hombres”. Wea mas tonta y wea más machista. De hecho creo que tomo mucho más que muchos hombres.

O tomaba más en el tiempo en que tomaba.

La primera vez que me junté con un grupo de mujeres a carretear fue en Rancagua, había ido a ver unos primos y sus amigas me invitaron a un pre. Y ahí por primera vez vi a un grupo de mujeres que gritaban y se curaban, hacían salud y rompían vasos. La raja. Después en el sur, encontré a una amiga que me mostró la importancia de conocer a mujeres en el carrete para que te apañen al baño, porque los carretes en el sur pueden terminan en campos donde hay que caminar largas distancias para esconder tu poto. En una disco siempre que me acercaba a un grupo de mujeres no encajaba, nunca entendí porque, quizá estaba muy curada o a mi no me interesaba.

Después vino mi época de lesbiana, pero no son lo mismo. Es prácticamente lo mismo que carretear con hombres pero mas entretenido. Hasta que tuve un ex y eso es lo más femenino que hay y como es primera vez que me he adjudicado uno no he tenido más remedio que acercarme a mi tribu. En un principio las exponentes fueron como todas las que siempre he rechazado, llenas de prejuicios contra las mujeres más promiscuas, con moral antidrogas y si gustan de drogas no las compran sólo las piden. Pero luego mi suerte cambió y me he encontrado con que hay mujeres muy bacanes para carretear, que lograron entender mi manera independiente de ser, y se ponen contentas porque tengo drogas que ellas pagan para tener lo suyo y quizá invitar al saco de weas que les gusta.

Me rodeo de mujeres hermosas que, en alguna medida tienen problemas similares a los míos, mujeres incomprendidas por que les gusta carretear más de la cuenta, cuando en verdad, no hay nada más lindo que una cartera de mujer llena de drogas diferentes.

Que momento más lindo cuando es una rubia con tacos la que te ofrece una línea. No van de a dos al baño, van todas al baño, todas las que pusieron plata para la cocaína.

De a poco fui cachando que las minas apañan caleta, si les dices: “odio a esa loca”, tu amiga la va a odiar y la va a odiar incluso más que tu.

Te piden cocaína a las 3 de la tarde de un martes, porque son mucho mas ansiosas que un hombre y realmente la aprecian, porque la cocaína también es mujer.

El otro día salí con las cabras y es a toda zorra (jaja), primero porque siempre quieren arreglarme y hacer de mi un ser más bonito, me prestan vestidos y me enseñan cosas importantes como tener billetera y llevar condones. Yo les enseño sobre oxitocina y como llevarse huevones al baño con la excusa de invitarlos a jalar. Te apañan diciendo que tu ex es una mierda y que te mereces algo mejor. Pelotudeces. Pero es que cuando llega la falopa todas hablan al mismo tiempo y gritan y hablan weas, principalmente weas.

Me gusta estar sola pero saber que cuento con ellas para encontrar algún after o, en la mayoría de los casos, para que me digan que no vale la pena y que me vaya acostar. Las quiero cabras porque no es cocaína es amor.

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