Por Juan Pablo Prado.

Es muy raro eso de “hacer la cama”, sólo un chileno entiende de qué va dicho término y sólo una especie tan maricona como el chileno, la puede llevar a cabo con la precisión de un relojero suizo.

La hacen entre compañeros de trabajo que se pensaban inseparables en busca de posiciones privilegiadas, la hacen en los camarines cuando el pendejo talentoso opaca a los viejos cracks, la hace la NM con la rancia derecha chilena y la hace la rancia derecha chilena en contra del gobierno. Hacer la cama es más que el simple chaqueteo, otra característica tan propia y tan idiosincrática de nuestro pueblo.

Y en eso, la rumorología de Internet juega un papel esencial, tanto así que uno de lo últimos habla de la renuncia de Bachelet. Que es un secreto a voces, que la situación es insostenible en La Moneda, que lo ha dicho frente personas que no son de su total confianza y un montón de cahuines dignos de pelambre de colegio, digno de esa rara especie de personajes que comenta en Emol”¦ Serán weones.

Es cierto que la situación actual no da para más y que la cacería de brujas está dejando muertos de lado y lado en el camino, pero por la chucha, ¿no son acaso irresponsables las voces que así como no quiere la cosa, busca en el populismo banana la solución a los males de la nación? Váyanse a la chucha y dejen de hacer la cama.

A toda esa manga de enfermitos les proponemos humildemente que dejen el chisme en el almacén del barrio de una vez ¿Acaso no ven lo estúpido de esto? Correr un rumor de ese tipo es completamente poco sustancioso, como investigación de la revista Muy Interesante, como esa que hicieron correr los Republicanos diciendo que Obama era nigeriano (Jaja). Si quieren desestabilizar la democracia, si quieren un cambio verdadero la mano no está en compartir al irresponsable de Mosciatti (Larry King al peo), tampoco está defender a un sector u otro, ya muchas tajadas han sacado estos hijos de la gran puta como para tomar partido por ellos. La solución, compañeros y compañeras, está en vencer a la paranoia y tomar las riendas de esta política añeja para así, de a poco convertirnos en poder. No le haga el juego al periodismo del rumor, no le haga la cama a la democracia antes de conquistarla definitivamente.

Sin ellos, la alegría ya viene.