Por Edo Agrela.
Escrito el 25/09/15

Las fechas del dieciocho son especiales y uno nunca las quiere desaprovechar, pero luego de muchísimos dieciochos planeados desde Agosto y con nefastos resultados en el divertimento, decidí que el viento lleve mi volantín al rumbo que el estime conveniente y debo decir que volé tan alto como el carrete me lo permitió. Mi conclusión (luego de reponerme) fue que las expectativas traicionan y son muy difíciles de cumplir, ya que la cabeza nos suele distorsionar tanto el panorama que por ende, solemos decepcionarnos al término de la velada, esto, es en todo orden de cosas, desde una cita a ciegas hasta una eterno y prometedor verano en que no ocurre nada, hasta que un verano te quedas en Santiago y como dijo Juan Gabriel, hasta que te conocí…

Una de los puntos en común que tienen los grandes discos, las grandes películas, las grandes obras de arte en general, es que nacen y se hacen desde la fluidez y no de una fórmula pre-concebida, aunque pueden haber excepciones, por lo general aquellas obras que descansan en nuestra memoria y se aferran cómo inspiración en nuestras vidas, fueron hechas entre grandes dificultades y o por la incertidumbre de sus resultados.

“So Sgt. Pepper took you by surprise “ Así cantaba Lennon en “How do you sleep” en los setentas, revelando que ni él, ni el propio Paul McCartney esperaban que la critica tomara a Sgt Pepper como una obra maestra, eso quiere decir que al momento de dejar los escenarios y tomar el control de sus carreras, hicieron lo que su instinto e imaginación dictaba, haciendo la música que estaban oyendo y dejándose llevar por el surrealismo, dejando atrás el marketing y las Silly Love Songs, tratando de superar la proposición artística de “Pet Sounds” de Brian Wilson, dando por consecuencia un álbum que aún devela nuevos sonidos y letras mágicas, hablando de corregir huecos en la lluvia o reparando los detalles de la vida a través de la lectura de un periódico y que eso pueda llegar a ser una canción, algo nunca antes visto y así se abría para siempre un ancho camino de creatividad y derribando las barreras de lo establecido, desde los instrumentos y la manera de tocarlos hasta las temáticas que se entablan y su forma de decirlo para el arte en general.

Es bien sabido que toda la producción de Star Wars a la hora del rodaje, los extras y el equipo en general no pararon hasta la última escena de “chaquetear” y burlarse de la película, desde los “disfraces” y los diálogos de la película, incluso las mofas que recibieron Han solo y compañía, no cesaron hasta el estreno, lo que demuestra que nadie tenía muy claro de lo que se estaba gestando en esa cinta, increíble ya que “Odisea al Espacio” había logrado lo imposible, replicar la vida en el espacio a través de una cámara (fue tan perfecta su recreación que se dice que Kubrick fue ayudado por la Nasa para la creación del espacio y mas aún , se cree que fue él quien dirigió “el montaje de la llegada a la luna de Amstrong y Aldrin en 1969”) . La guerra y la Paz fue una de las películas mas caras de la historia y nadie es capaz de recordarla como película, sólo sabemos de las páginas de León Tolstoi.  O cómo dice la leyenda, que el primer rodaje de Woody Allen, “Huyo, robó y lo pillaron”, ni el mismo imaginaba qué es lo que iba a ocurrir con el film, de hecho él pensó lo peor y de antemano, se puso a escribir más chistes para las páginas de los periódicos que él escribía, ya que ese era su trabajo y a lo que se dedicaba antes de la dirección de Cine, su ópera prima marco y creó un género que vio como “Una pareja de Idiotas” marcaba su apogeo. La persuasión que tuvo que tener Robert de Niro, para que su gran amigo Martin Scorsese dirija su película “Toro Salvaje”, llego a ser una leyenda, ya que la situación de Scorsese y su adicción a la heroína daban una impresión de que no era la persona idónea para dirigir su cinta, pero el tiempo le dio la razón a De Niro y su perspicacia logró hacer de un film sobre un boxeador un clásico.

Una película con muchos recursos, grandes actores y un prestigioso Director nos asegura que será exhibida en muchos cines y cortará numerosos tickets de ventas y que de seguro será un gran acompañante a la hora de viajar en Tur Bus o nos dará un pretexto cómo para tener un buen panorama de Jueves a la noche, pero, no será jamás una cinta inmortal si es que no tiene la virtud de ser un imprevisto, amén de tener la originalidad y la creatividad como actores protagonistas, que sólo se puede obtener siendo honesto y auténtico en sus pretensiones. Los mejores momentos de mi vida, no los recuerdo, aún los vivo y se perfectamente en donde y cómo lo viví, y ése tipo de experiencias no viene con una tarjetita de invitación, ni siquiera con antelación porque el factor sorpresa es clave, esos momentos vienen como una estrella fugaz, no alcanzas a avisarle a quién tienes al lado, cuando ya pasó, es un momento único e irrepetible.

Un caso notable a la hora de hacer lo que el instinto dicta, es el de Alfred Hitchcock, él célebre Director hipotecó su casa para poder rodar “Sicosis”, ya que ningún productor creyó en la película en ese entonces y como don Alfred venía de capa caída por esos años y sus filmes cayeron en historias repetidas y predecibles, no pudo encontrar el financiamiento para su nueva película y tuvo que tomar el riesgo de apostar y poner todo su patrimonio para tener los recursos de su última obra, era el todo o nada (su mujer si creyó en el proyecto y aparte de arriesgarlo todo, juntos confeccionaron letra por letra el guión completo), hasta que llegó el día del estreno, recibió a la crítica con sus mejores ropas y en el momento en que la película se acercaba a la escena clave, Hitchcock salió afuera del teatro para escuchar a su público, si los espectadores gritaban escalofriadamente la película sería un éxito, sino el fracaso sería rotundo y de paso el fin de su carrera, hasta que llego la secuencia de la cortina de baño, Norman bates y su cuchillo mata a la protagonista en la mitad de la película y al escuchar el terrorífico aullido de la gente, ahí fue cuando lo supo, eran ensordecedores gritos que le decían que había triunfado, así se hace un clásico, dejándolo todo, contra viento y marea, pero no por capricho o tozudez, sino porque sientes el deber de hacerlo por amor propio y si es necesario, morir, pero con las botas puestas, yacer con el respeto de todos y no purgar entre los lamentos de no haber hecho nada, porque en el fondo hay que encarar las cosas cómo fluyen, cómo vienen y tal cuál las sientes, no presionar al viento que sople tan fuerte para que se lleve un piano, porque las cosas no funcionan como sumas y restas, porque las matemáticas no consideran el factor humano, por eso, creo que los clásicos no se hacen, resultan.