Por Javiera Romero.

Sacerdotes del voodoo haciendo rock. Eso es Goat, una banda sueca de rock psicodélico que, apenas la escuché, me voló la cabeza. Tienen 1 álbum en vivo y 2 discos de estudio, y el último es Commune del 2014.
Siendo muy jodida, creo que Commune es uno de sus mejores trabajos: más acabado, con una dirección clara, pero que no deja de prescindir del tan querido psy-jamming. Eso es lo que lo hace tan especial.

Sin recurrir a muchos recursos técnicos, Goat se luce por la calidad de sus músicos, un gusto exquisito y una carga ritual en sus canciones. La presencia del bajo es casi tan predominante como la percusión; las guitarras se transforman en atmósfera y la voz de sus cantantes resuena como un mantra. Sus letras hablan de sacrificios y de todo tipo de cosas relacionadas con la brujería y con la religión, y a la larga, entre repeticiones y la fuerza de su interpretación, te terminan atrapando.

Talk to God, track que abre el disco, es casi el plato fuerte de Commune, pero temas como Goatchild y Hide From The Sun siguen la misma línea en cuanto a formato de estrofas, versos y solos. Bondye es la canción instrumental del álbum, que a pesar de moverse en la misma estructura durante sus 5 minutos de duración, es el momento en que la banda realmente desarrolla su propuesta al máximo.

Nueve canciones de psicodelia mágica old school están bien guardadas en Commune. Escuche el disco, porque las palabras me quedan cortas.

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