Mientras Margaret Thatcher imponía el neoconservadurismo en el Reino Unido e imponía una guerra social que favorecía a los más ricos de Londres a expensas del resto del país, también lo hacía fuera de sus fronteras. No tan lejos de acá, en las Malvinas. Mientras toda esta mierda ocurría, se desataba  una guerra también contra todos los pilares de la juventud y la clase obrera. Su consecuencia: Nace el punk para dar cara y cambiar el mundo.

Mientras en Chile se vivían las páginas más oscuras de la historia reciente, con desapariciones, tortura y la nula posibilidad de protesta, nacían en San Miguel un trío que sacó la voz por su pueblo.

Mientras nacían los ghettos en NY o París y las minorías étnicas comienzan a ser conscientes de su poder, nace el Hip-Hop como una repuesta cultural a la opresión histórica y el racismo y también como un lenguaje que uniría a negros y latinos bajo una misma idea de sociedad.

Mientras queden cagadas en el mundo como la de ayer o mientras la ignorancia gane terreno como pasó con el Brexit  o el “No” en Colombia se crea un clima perfecto para la contracultura.

¿Este nuevo escenario la hará renacer? Todo da entender que sí, que mientras exista una figura beligerante como Trump, habrá gente dispuesta a encontrar nuevas formas y nuevos lenguajes para no dejarse sobrepasar.

¿Quieren un ejemplo? No ha pasado ni un día desde el fracaso demócrata en EEUU y Rage Against The Machine ha deslizado la posibilidad de volver a los escenarios y en las universidades gringas, ya comenzaron a marchar y quemar las banderas de su país.

El escenario es perfecto para abrir los ojos, para que los jóvenes del mundo desempolven ese viejo sueño de “cambiar el mundo” y porque no, crear un nuevo paradigma musical que mi generación no encuentra desde de la muerte de Kurt Cobain. Cuando todo se puso intrascendente. Lleno de fondo y no forma.

Yo prefiero pensar que esta generación se sacará el mote de millenials y volverán a rayar los muros o pinchar discos. Quiero creer que todos esos rayados de “Punk not dead”, están comenzando a hacerse realidad. Porque lo que pasó realmente, es que se los viejos punketas se fueron a callejear un rato, se tomaron unos copetes, despertaron con caña y volvieron más brígidos que nunca.