Uwe Schmidt: «El mp3 es un símbolo de nuestra propia decadencia»

Publicado por Ignacio Molina

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Para celebrar los diez números de Entrebeats, tenemos como invitado especial al versátil Uwe Schmidt (Atom Heart / Señor Coconut), quien desde la formación de su sello Rather Interesting (1994) viene publicando la impresionante cifra de un disco por mes y que, tras reversionar a Kraftwerk, bandas como Air y Depeche Mode se pelean para que remezcle sus canciones. De sus inicios, el formato mp3, el capitalismo y la muerte de la «música electrónica», conversamos con este alemán de corazón latino.

Por Ignacio Molina / Fotos por Nicolás Santa María y Tri.

Uwe Schmidt es un alemán inquieto. Seguir la pista de sus trabajos es realmente una odisea digna del mejor antropólogo, debido a sus múltiples seudónimos e innumerables colaboraciones y remixes. Sucede que su impulsiva creatividad lo ha llevado a experimentar con estilos latinos tan diversos como son el reggaetón, la cumbia – en estilo colombiano y villero-, el cha-cha-chá y el funk carioca. Pese a esta multiplicidad de ritmos, sus trabajos siempre tienen un punto en común, producto de la marcada influencia germana que tiene, especialmente de Krautrock.

Dentro de sus pálmares destacan su remezcla de Kraftwerk para el tema «Showroom Dummies«, el cual apareció hace unas semanas en el quinto puesto del listado de los mejores remixes de la historia, según el New York Post. Y también el haber participado en el disco «In Memoriam Gilles Deleuze» (1996), que tenía como fin homenajear la figura de el filósofo francés que odiaba el psicoanálisis. Cabe destacar que en este  registro, también aparece el britano-chileno Cristián Vogel, además de otros músicos tan influyentes como Alec Empire (de los extintos Atari Teenage Riot) o Jim O’Rourke (ex Sonic Youth).

Siguiendo con la discografía de Uwe: en 1999, bajo su sello Rather Interesting, Atom publica «XXX«, trabajó en colaboración con el ex-Los Tetas, Tea-Time. XXX es caracterizado por contener sexuales ritmos y provocativas letras. Por ejemplo: «Lo que me gustó de ella fueron sus tetas, she got big tits» («Love Story«). «Decías jódanme por todas partes, para ti el sexo es un arte. Uno: aquí nadie vino amarte, dos: ponte en cuatro que ya es tarde» («Perra Mojada)». Esta tónica se repetiría ocho años después, con la publicación, en compañía de Vicente Sanfuentes (más las colaboraciones de Jorge González, Peter Rap y C-Funk, entre otros), de el disco de Surtek Collective, “The Birth of Aciton”. En él, el reggaetón se mezcla con ritmos electrónicos, cumbias y otras yerbas; generando así un nuevo estilo; según los propios Uwe y Vicente: «Acitón»

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Fue ese señor con el nombre de Coco, quien inventó este ritmo loco

Señor Coconut es tal vez el proyecto más interesante de Uwe Schmidt. Mediante sintetizadores y samplers, ha sido capaz de transformase en un orquesta musical de un solo hombre («El Gran Baile», 1997), para luego darse el lujo de reversionar lúdicamente a sus héroes de infancia –Kraftwerk- en «El Baile Alemán» (2000), saliendo exitoso de la aventura.

En «Fiesta Songs«(2003), esta vez como Señor Coconut y su Orquesta, Michael Jackson, Jean-Michel Jarre y Deep Purple son los elegidos por Schmidt. En este disco, los sintetizadores son reemplazados por toda una banda de bronces, co-liderada por el talentoso venezolano Argenis Brito, quien otorga toda una onda caribeña, desatancando sus letras para «Electrolatino» o «Humo en el Agua».

Con “Señor Coconut presents: Coconut FM” (2005), comienzan los coqueteos de Uwe con ritmos como el funk carioca (“Labirinto Dos Carrasco”) o el reggaetón (“Candumbo”, “Punta”) a modo de DJ set. Este trabajo sería un auténtico presagio musical de lo que vendría más adelante en el ya mentado proyecto Surtek Collective, el cual volvió completamente locos a los nipones, los que ya empezaron a crear sus propios covers que suben a Youtube.

El 2006 aparece “Yellow Fever”, álbum tributo para la banda de electropop Yellow Magic Orchestra, en donde aparecen los miembros originales de la agrupación japonesa, junto a personajes como Towa Tei, Jorge González y los germanos Mouse on Mars. El resultado de todo esto e un disco imposible de detener una vez que se apretó play.

Actualmente, en “Around the world with Señor Coconut and his Orchestra” (2008), Schmidt se hace acompañar de Stephan Remmler, Louie Austen y Peter Rap –por nombrar algunos-, para gestar versiones de Eurythmics («Sweet Dreams»), pasando por Kiss (“Beso”), y llegando a Pérez Prado (“Que Rico el Mambo” ). Todo esto, bajo el apoyo de trombones, trompetas, saxos y maracas.

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Y bueno, a continuación, en el cuestionario de Entrebeats, Uwe Schmidt se explaya sobre temas como la actual situación de la música electrónica (“se ha muerto hace rato”), el formato Mp3 (“El mp3 es un símbolo de nuestra propia decadencia») y la eterna disyuntiva sobre la humanidad de la música generada por sintetizadores (“Encuentro la pregunta – ¡¡perdón!! – ignorante y estúpida”). Todo siempre, desde su particular punto de vista germano-latino.

¿Cuál fue tu primer acercamiento con la música electrónica y cómo esto fue generando que te dedicaras a ella?

Mi primer «real» contacto con la música cuando tenía más o menos doce años fue música pop/mainstream de principios de los años 80. La música que más me gustaba era la que sonaba «diferente», lo que en esa época se llamaba «new wave» o más tarde «new romantics» (Depeche mode, Visage, Human League, etc.). Tengo dos hermanos mayores que escuchaban «rock» setentero y por lógica no me gustaba. Cuando apareció este sonido nuevo, fue un camino interesante para mí, era muy diferente a lo que escuchaban mis hermanos y mis padres (aunque, realmente no sé «por qué» me gustó este sonido nuevo). Obviamente, como era un niño todavía, mi interés y consumo de música era poco profundo.

A los catorce años, con mis ahorros compré una batería usada. Toqué en el subterráneo del edificio en que vivíamos, sólo, practicando, por varios años. Luego encontré muy limitado tocar batería por un lado y por otro, nunca me gustó mucho tocar en bandas. En esa época me fascinaban los drum machines que se escuchaban por todas partes. Decidí vender la batería y me compré un pequeño drum computer.

Como a los dieciséis años tuve que cambiarme de colegio y me tocaron amigos nuevos… En general me tocó un ambiente más «underground», que cambió mi camino bastante. Yo soy de una familia media, más bien media baja diría. Mi madre era de bohemia y exiliada (después de la segunda guerra mundial), y mi padre venía de familia de campesinos y obreros, con cero onda artística, una familia más bien tradicional, básica.

En el colegio nuevo me tocaron puros amigos que eran de familias más bien intelectuales, artistas, psicólogos, escritores, etc. Obviamente esos amigos nuevos eran nada «normal» (como yo) y escuchaban música electrónica que nunca había escuchado antes. Era música underground, «industrial», «electronic body music», etc. En ese momento se me abrió un mundo completamente nuevo y más diferente aún. Dejé la música «pop» al lado, y empecé a escuchar música como «Cabaret Voltaire», «Chris ’N Cosey», «Severed Heads», etc. Pronto con estos mismos amigos, juntamos equipos, yo tenía un drumcomputer, otro amigo tenía un sintetizador y empezamos a hacer música.

Fundamos un sello llamado «N.G. Medien» que distribuyó música electrónica en cassette (que era «el» medio de distribución de música underground en esa época). Pronto sentí que yo tenía otra frecuencia de producción, se me hizo lento el ritmo de los demás, no avanzaba mucho el trabajo con mis amigos así que decidí seguir trabajando sólo. El equipo que me faltó me lo prestaron otros amigos y de a poco pude comprarme lo básico para hacer música en mi pieza: mi drumcomputer, una grabadora cuatro pistas (¡cassette!) y un moog prodigy. Trabajaba sólo para mí, para divertirme, sin ningún objetivo mayor, ni pensando en algo como una carrera musical, un disco, etc.

Un tiempo después hice un cassette bajo el nombre «Lassigue Bendthaus» y se vendió bastante bien a través de nuestro sello. Luego uno de mis amigos me dijo «encuentro tu música muy buena, hay que intentar grabar un disco». Lo encontré la idea más mala del planeta… Nunca había pensado en algo así, pero mi amigo insistía. Bueno, él se puso las pilas y buscó un estudio que nos dejó grabar en los horarios libres. Nos demoramos dos años en terminar el disco. En esa época (1989/90) había un gran movimiento de sellos nuevos en Frankfurt y no era muy difícil encontrar uno que quisiera sacar ese disco. Yo ya había salido del colegio y estaba recién empezando a estudiar filosofía y sociología. De repente me encontré muy metido en todo ese movimiento de los sellos nuevos, los primeros DJs y sobre todo el nacimiento de algo que hoy en día se llama «techno». Entre los años 1987-1993 este nombre o clasificación de estilo todavía no existía… y el nombre se cambiaba cada semana. En fin, sin haberme dado cuenta, de repente era músico…

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¿Qué te parece la crítica que se le hace a la música electrónica de ser poco humana debido a que es originada mediante máquinas y/o softwares?

Cuando yo recién empecé a trabajar con máquinas, a mitad de los años ochenta, esa «opinión/prejuicio/pregunta» ya era una pregunta muy, muy vieja (y por lo tanto respondida suficientes veces por otras personas). No soy ningún pionero de la música electrónica, más bien pertenezco a la tercera o cuarta generación, y por lo tanto esa pregunta ni su respuesta tiene/tenía importancia para mí. Nunca tuve que defender mi música en ese nivel… Las generaciones anteriores lo habían hecho. Más bien, músicos como Can o Kraftwerk durante los 70, incluso música pop como Depeche Mode durante los principios de los 80 tenían que responder a este prejuicio ridículo. Por lo tanto, no pienso responderla… La encuentro (¡¡perdón!!) ignorante y estúpida, y un poco desplazada en el tiempo (aproximadamente treinta años atrasado).

Hoy en día es posible hablar de un movimiento de músicos electrónicos chilenos que triunfa en Europa. ¿A qué crees que se debe el interés internacional, tanto de sellos como de fans, por ellos?

Antes de responder: pienso que «la música electrónica» ha dejado existir hace una década, cuando el equipo electrónico dejó de sonar electrónico. Cuando nació la música electrónica, la misma palabra «electrónica» fue usada por el hecho de que lo tecnológico (el sintetizador, etc.) se reflejó en lo estético (el sonido, la estructura en sí). Durante los años 90 la tecnología se despegó de la estética, o mejor dicho, se cambió la relación entre ellos. Lo que «es» electrónico hoy en día, no necesariamente tiene que sonar electrónico. The White Stripes, por ejemplo, o la misma Madonna en rigor, hacen música electrónica. Quiero decir que el concepto «música electrónica», en mi mundo por lo menos, no describe nada y no la utilizo. Quizás sería más útil hablar de «tecno» o estilos similares, en vez es de usar «música electrónica» como «lugar común». Todo eso quizás se ve un poco diferente acá en Chile, que ha conocido «la música electrónica» con un retraso de diez a quince años. Como sea, cualquier artista serio tiene que ver un poco más allá y ubicarse en la situación global de su rubro.

Ahora, respondiendo tú pregunta: La «música electrónica» ha muerto hace mucho rato ya. Cualquier persona que seriamente está haciendo «música electrónica» hoy en día (o sea, llamando una creación musical así), en mi opinión, está solo golpeando el cadáver de tal. No sé si lo están haciendo por ignorancia, ingenuidad o por patudez. Que los chilenos son parte del velorio lo encuentro interesante… Me da risa nerviosa.

El interés internacional quizás tiene que ver con el hecho que se necesitaba voluntarios para golpear el cadáver suficientemente fuerte, para asegurar que realmente estaba muerto.

Me ofrezco como otro voluntario para enterrar los restos.

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¿Crees que es posible formar un sello a nivel nacional que sea sustentable económicamente?

No.

Una alternativa a los sellos a nivel de difusión son los sellos virtuales (Netlabels) ¿Estás actualmente en uno?

No.

¿Crees que el futuro va dirigido hacia ese lado?

Si entiendo bien a la situación actual, el consumidor ha optado por cantidad, en vez de calidad. Mientras el músico/productor musical quiere música que cada vez suena mejor, el consumidor prefiere formatos cada vez más malos y sobre todo, baratos: vinilo-compact disc-mini disc-mp3… Esa es la cadena, o sea, decadencia de la música actual (su desarrollo de formato durante los últimos veinte años). Veo que es más importante llenar su Ipod con «files» que apreciar música. El puro «tener» el file y poder intercambiarlo (un hábito que debemos al capitalismo), vale más que la música en sí. Sin ser adivino, si hago la interpolación hacia el futuro, bueno, terminaremos con MUCHA música MUY MALA, muy pronto. La calidad en sí, no es un factor importante dentro el sistema económico y por lo tanto tampoco es un factor dentro nuestras vidas. En mi opinión, la corrosión del audio que produce y significa el formato «mp3», refleja la corrosión moral dentro las sociedades actuales. El mp3 es un símbolo de nuestra propia decadencia.

Los netlabels son un honesto pero descabellado intento de iniciar un camino nuevo, o sea, de introducir calidad al flujo económico. Personalmente creo que aunque es una idea valorable en sí, y una buena manera de distribuir y mostrar música interesante al mundo, no es una solución a un problema mucho más grande, que es un problema valórico.

Para finalizar algunos músicos que recomiendes dentro de la música electrónica chilena actual.

Uso mi joker para esta pregunta.

VIDEOS:

Señor Coconut – The Rotots

[youtube width=»630″ height=»420″]http://www.youtube.com/watch?v=qwCI04rdAG8[/youtube]

Surtek Collective – The Birth of Aciton (Versión Japonesa de Hibikilla)

[youtube width=»630″ height=»420″]http://www.youtube.com/watch?v=qxC2yF2r4Ps[/youtube]

LINKS: Señor Coconut (Myspace) | Atom Heart (Discogas) | Surtek Collective

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