Mysteryland 2011: Fiesta, calor, euforia y poca música

Publicado por disorder.cl

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Por Gustavo Aguilar y Alfonso Bezanilla / Fotos por Andrés Larraín

A las 15.00 horas del sábado 17 de diciembre unas  300 personas gritaban alrededor de una piscina de dudoso color café. No se había desatado ninguna tragedia estival que respondiera a tal número de mirones,  sólo una improvisada –y bastante divertida- competencia de guatazos, que dejó muchos pechos rojos y carcajadas.

Esta era una de las miles de diferentes escenas que ocurrían de manera simultánea en Picarquín, dentro de la comuna de San Francisco de Mostazal. Estaban los que preferían bailar al ritmo de uno de los 9 escenarios con djs pinchando en vivo incansablemente, otros parrillaban en la onda más relajada, mientras que más allá algunos descansaban gracias al balanceo de una hamaca. Y estaban los que se tiraban guatazos, claro.

Lo cierto que eran muchos los que estaban disfrutando de este festival que se produjo e importó directamente desde Holanda, y que en Chile funcionó bastante bien: sin grandes accidentes, sin peleas ni botellazos, sin chascarros clásicos de eventos masivos en nuestra querida tierra.

Si bien sabemos de sobra que Mysteryland está lejos de ser un pionero en materia festivalera, el evento vino a ratificar algo que se venía fraguando en nuestro país:  las ganas y lo mucho que gusta a los chilenos los festivales, demostrado en lo masiva que fue la convocatoria , el buen comportamiento de la gente, que a estas alturas ya sabe a lo que viene, por lo tanto lo respeta.

Esta misma mística ya la habían captado los productores de Lollapalooza, cuando en la primavera del 2010 asomaron sus narices en el primer festival Maquinaria que se celebró en Santiago y quedaron impresionados con la buena onda que allí se vivió, lo que los motivó más tarde a exportar el mega evento de Chicago hasta Chile. Y tenían razón: aquí las cosas pueden funcionar muy bien.

En materia música, y siendo sinceros, al festival le faltaron artistas. El line-up era desconocido para la mayoría, siendo lo más rescatable la actuación de Matanza, Javiera Mena, la gente del sello DFA en el escenario Club Fauna y un poco más. Si hay algo que la producción del festival tendrá que cambiar para futuras ediciones, es en los músicos que piensan traer: hubo ausencia rotunda de nombres, aunque para salvedad de ellos, a la gente mucho no le importó.

Pero para ser positivos concluiremos que Mysteryland es bienvenido, porque Chile tiene el público y las ganas, y eso ya es mucho trabajo avanzado.

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