Por Fernando Vuletich
Es como si estuviera jugando el Colo-Colo. Todo el publico grita cuando los jugadores hacen una buena jugada. Cuando alguien se salva por los pelos todos se ponen de pie. Aplauden. Gritan. Tienen entre 8 y 35 años, son huevones nerds o niños rata cómo se les conoce en el mundo gamer. Hay papás, algunos con sus hijos, y minas, algunas extremadamente ricas. El amor por League of Legends no tiene estereotipos. Son recién las 10 de la mañana y ya hay más de 10 mil personas sentadas esperando que la primera ronda del campeonato latinoamericano de LoL comience.
Antes, a las 8.40, las mismas 10 mil personas estaban paradas en el pasto mojado esperando que se abrieran las puertas del Movistar Arena. Hubo gente que acampó para ser parte de los primeros en entrar, llevarse una figura coleccionable de regalo y un skin aplicable en el juego.
Un vendedor está instalado entremedio de la multitud vendiendo unas poleras mal estampadas. Apostaría que el tipo bajó una imagen de Google y se lanzó al emprendimiento sin cachar nada de LoL.
“No cacho que onda esto» -Responde cuando le pregunto qué hace acá- «En verdad no cacho nada. Un amigo me dijo si quería rescatar unas lucas y aquí estoy. Pero en verdad no cacho nada, esto es como otro mundo pa mi. Me recuerda a eso que había antes, cuando los cabros se juntaban en el portal Lyon a jugar con unas cartas, ¿Es cómo eso? Igual yo creo que es algo sano. Se nota que son cabros buenos y aquí no hay hueas”.
A lo lejos se escucha un ce-hache-i, seguido del himno nacional y entiendo que esto es más que un juego, es un e-sport y la competencia está metida en el inconsciente colectivo. Hoy Chile juega por la final del campeonato contra México y Uruguay.
El estadio está lleno
Se abren las puertas y rápidamente cambia el mood. Las sonrisas y cánticos se transforman en empujones, gritos, insultos; es como cualquier entrada al estadio.
Por el lugar donde está la prensa me cruzo con un montón de mesas, servidores, esos computadores gigantes que hacen que todo funcione. Un piño de gringos están concentrados en sus computadores, tomando red bull. No hacen más que teclear y hablar por micrófonos.
Una rubia, rica, con un polerón de LoL, está parada junto a uno de ellos.
– ¿Qué están haciendo ellos? – Le pregunto.
– Son los encargados que toda la transmisión salga bien. Coordinan las gráficas y el switcheo del streaming – Responde en un dificultoso español.
– ¿Y tu, qué haces en todo esto?
– Yo no hago nada, soy la esposa de él -Dice mientras sonrie, apuntando a un barbón con jockey que me mira de vuelta.
– ¿Qué opinas de estos eventos? ¿Juegas LoL?
– Sí, claro que juego, pero no mucho por que es demasiado frustrante para mi, que tengo 30, siempre perder contra niños de 12. Son demasiado buenos. En verdad me encantan estos eventos, me gusta todo el “excitement” que hay, sólo mira, el estadio está lleno.
Mientras busco un asiento para mamarme las cerca de 8 horas de espectáculo, voy y le pregunto a un guardia si cacha algo del evento:
«No, en verdad, no cacho nada. A mi me pagan por trabajar no más, no por saber que hay ni por tener opinión”
– ¿Pero le gusta? ¿Qué opina de los juegos en línea?
– No, no me gusta. Me carga. Están todo el día ahí, agachados frente al computador. No me gusta, no lo entiendo. A mi hijo le gusta. Le tengo todas las cosas, los audífonos, todo. Ese pasa todo el día frente al computador.
– ¿Qué opina sobre que la gente se reúna de manera sana a jugar computador en vez de estar pitiando?
– Es sano, pero no me gusta.
Cuando me despedí, el guardia respondió con «Disculpe, que no lo pueda ayudar, es que yo no opino» y seguí mi tarea. Encontré asiento justo al medio. Perfecta ubicación, salvo por unos pendejos que me preguntaron si acaso me podía correr un puesto para estar juntos. Les dije que no pero se me ablandó el corazón porque necesitaban solo un asiento.
A favor: le pusieron talento con la producción. Partió una orquesta tocando los temas más clásicos del juego y una gringa cantó un par de canciones, también presentaron unos videos que ya podías ver por YouTube antes. Incluso un loco le pidió matrimonio a su polola de 9 años, a la que conoció en LoL y que es su support.
Los support son personajes que se dedican a sanar a los que atacan, para que no mueran tan rápido. Es amor virtual en forma de energía.
LoL es una pasión
El campeonato consistía en 4 equipos que ya pasaron por una clasificatoria: dos de México, uno uruguayo y uno chileno. La final se jugaba en partidos al mejor de 3.
En la primera ronda los mexicanos de «Lyon Gaming» le patearon la raja a los uruguayos de «Pineapple Express», mientras por el otro frente jugó por Chile el equipo «Kaos Latin Wars» contra «Team Quetzal» de México. Chile demostró supremacía.
Se acercaba la final. Me paré y un cabro de no más de 13 años me detuvo:
– Señor, ¿Me puede regalar su acreditación? Es que es muy bonita y a nosotros no nos dieron.
– Sin esto no puedo salir – le respondí- Y además yo también las junto. Oye y qué onda, ¿A ti te gusta mucho el juego?
– Sí, caleta.
– ¿Y cada cuánto juegas?
– No tanto, unas 4 veces al día todos los días aunque el fin de semana juego más.
– ¿Qué level eres?
– Soy bronce – dijo y se quedó callado – No. En verdad soy plata 2. Llegué ahí en casi 2 meses.
Una aclaración: yo llevo más de 4 meses jugando y ni siquiera soy nivel bronce. Estoy recién en el 22.
– ¿Qué opinión te merece LoL? -Le pregunté al maldito enano.
– LoL es un deporte, una pasión porque requiere de intelecto y entrenamiento. No es como cualquier juego en línea, requiere harta habilidad y además fomenta el compañerismo.
– ¿Qué onda con los argentinos? ¿Por qué nos tienen mala?
– No sé, pero es cierto. A veces muero, onda una vez, y altiro te dicen “buena chileno de mierda” o cosas así; Yo no trolleo mucho pero he cachado que los demás países le tienen mala a Chile.
A la hora de la final se repiten los ce-hache-i, el himno y los gritos cada vez que los chilenos aparecen. El primer partido se ve promisorio, pero los mexicanos son unas máquinas y lo dan vuelta rápidamente. Nos volaron la raja.
Al final terminamos segundos, pero un aplauso final resumió todo a la perfección: para la nueva generación existen los e-sports, tanto o más que los deportes tradicionales, y se vienen con cuática.
Que se preocupen los del Colo-Colo.
Publicado por disorder.cl
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